Si bebes no tuitées: cómo sobrevivir a una metedura de pata en Internet

Si bebes no tuitées: cómo sobrevivir a una metedura de pata en Internet

ALIANZA EDITORIAL

Las redes sociales llevan más de diez años formando parte de nuestras vidas y todavía no sabemos bien cómo usarlas. Twitter cumplió una década en marzo y Facebook la hizo en 2014 convertida en una de las herramientas de socialización que más usamos en la actualidad. Luego están Instagram, con seis años, y Snapchat, que tiene apenas uno.

El último informe Global WebIndex Social apunta que los españoles estamos conectados una media de una hora y 49 minutos al día, tiempo más que suficiente para meter la pata un par de veces, como mínimo.

De eso, de meter la pata, saben mucho los famosos, que han logrado entrar en la historia de Internet con grandes meteduras de pata: David Bisbal se lió con las pirámides de Egipto; Paula Vázquez publicó su número de teléfono; y Alejandro Sanz confundió a Marta Domínguez con Marta del Castillo. Son sólo algunos de los ejemplos que Manuel Moreno ha recopilado en el libro Yo también la lie parda en Internet, (Alienta Editorial) y de los que habla en esta entrevista.

Hemos sido autodidactas a la hora de aprender a usar redes sociales y eso tiene consecuencias, ¿no?

Nadie nos ha enseñado a usarlas, muchas veces patinamos o publicamos cosas que no debemos. Todos tenemos un perfil porque se lo hemos visto a alguien, no leemos lo que estamos aceptando cuando nos inscribimos en una red social. Es un contrato que firmamos con la empresa y que usamos a la ligera.

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Manuel Moreno, en el programa 'Likes' de #0

¿Cuál es el peligro de llevar tus propias redes sociales?

No saber sacarles el rendimiento oportuno. Hay que usarlas con sentido común, transparencia y templanza. Si te calientas en un bar como mucho puedes llegar a pelearte, si haces lo mismo en Twitter puedes crear una crisis 2.0. Hay muchos peligros, lo bueno es conocerlos para no caer en ellos y sacarle el máximo partido.

Un patrón que se repite mucho en Twitter es hablar de lo que no se sabe

El problema es que no medimos lo que decimos en redes, a veces creemos que estamos en la barra del bar. Lo que sucede es que en Twitter no sólo hay diez amigos, nos escucha mucha más gente. Además, miramos con lupa a los famosos, no sólo lo que escriben en el presente, también lo que publicaron en el pasado.

Escribir un tuit es tan fácil que usamos las redes sin pensar la implicación que puede tener. Opinamos de un tema que no tenemos ni idea o nos metemos en conversaciones simplemente porque son Trending Topic. Si no tengo nada que decir, mejor no digo nada.

Escribir un tuit es tan fácil que usamos las redes sin pensar la implicación que puede tener"

Como Alejandro Sanz, que confundió a Marta del Castillo con Marta Domínguez…

En un momento dado se te puede ir la olla y decir que te has equivocado, pero hay veces que nos metemos a hablar de cosas que no sabemos.

También es el caso de Bisbal y su #prayforjapan. Es desconocimiento, él lo mismo pensaba yo hablo de mi concierto y pongo esto para demostrar que me solidarizo con Japón. Es lo que tiene no conocer la herramienta. Ellos se tienen que dedicar a cantar.

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David Bisbal también metió la pata con las Pirámide de Egipto.

Ese también es un comentario inocente, pero se hace una bola de nieve y nos gusta mucho reírnos de las meteduras de pata ajenas en redes sociales, del mismo modo que nos reímos cuando mete la pata alguien en nuestro trabajo o en otros ámbitos.

¿Fue la de Bisbal la primera gran metedura de pata de la historia de Twitter?

Fue de las primeras que tuvo su propia etiqueta en España. Después de cuatro años todavía hay gente que hace bromas con #TurismoBisbal.

Hay famosos como Paula Vázquez, que además de meter la pata, casi cometen un delito…

Eso es lo que sucede cuando no sabes cómo reaccionar a un error. El problema no es que publiques tu número, como hizo Paula Vázquez, si luego escribes: "Disculpad estoy en un entierro no me molestéis". Habrá gente que te seguirá molestando porque somos así, pero mucha gente te dejará de molestar. Ahora, si tú te envalentonas y empiezas a publicar los pantallazos de los números de las personas que te están llamando, como hizo la presentadora, haces un efecto bola de nieve que es imposible de parar.

¿Crees que un famoso se puede recuperar de una metedura de pata en Internet?

Sí, de hecho se le puede dar la vuelta y sacar beneficio de ese error. El fallo ya está cometido, pues vamos a intentar sacarle provecho. Es lo que hizo Esperanza Aguirre con los #AguirreFacts, en la que ella o su equipo de comunicación hicieron las mismas bromas que estaban haciendo los usuarios.

¿Deberían los políticos manejar sus propias redes?

Cuando tienes relevancia pública es bueno que haya alguien formado que te gestione tu comunidad de usuarios. Una empresa pequeña no puede permitirse tener un community manager, pero a medida que vas creciendo sí que es recomendable que haya alguien que gestione tu imagen online.

¿Esa persona tiene que conocer mucho a ese político?

Tiene que meterse en su piel, establecer unos objetivos y ver cuáles son sus puntos fuertes y sus debilidades. Establecer un plan: qué quiere obtener ese político de las redes sociales; hablar con sus seguidores, ganar votos, cambiar la imagen que los demás tienen de su persona...

Lo más importante es ofrecer una imagen coherente, ver qué mensajes clave se pueden dar, cuánto tiempo se puede estar hablando con la gente —24 horas, de 7 a 9, por la noche— y decir a sus seguidores qué hora se va a hablar con ellos. Un ejemplo es el caso de Rajoy, que cada vez que dice algo por sí mismo firma con MR. Eso es un ejercicio de transparencia, le estás diciendo a tu comunidad, "esto lo he escrito yo y esto no". Es cuestión de honestidad, no podemos hacer creer que este tuit lo ha escrito Rajoy y que estemos viendo en directo por la tele.

Un tuit de Nacho Vigalondo fue el primero que tuvo consecuencias severas, no sólo para su autor sino para el político de Ahora Madrid Guillermo Zapata.

Hace unos años no había esa conciencia con la repercusión que eso podría tener. Él mismo confesó que estaba tuiteando con unas copas de más, con lo cual, error. Si bebes, no tuitees. Eso tuvo sus implicaciones, perdió una campaña de publicidad, su trabajo como bloguero en El País y de hecho, ese caso está relacionado con el Caso Zapata, que le sacan unos tuits en los que él también estaba comentando lo mismo que Vigalondo.

Es como mandar un Whastapp cuando vas borracho, ahí se la puedes liar a una persona o a un grupo, pero en Twitter la audiencia es mucho mayor.

¿Tanta repercusión tiene meter la pata en Twitter o no es más que una burbuja?

Es una burbuja entre tuiteros. Los que usamos Twitter nos creemos que todo lo que ahí ocurre lo está viendo todo el mundo, pero eso ocurre en todos los ámbitos, cuando haces algo con tu empresa también crees que eso es algo innovador y rompedor.

Si metemos la pata en Twitter será noticia en Twitter, el problema es que si eres muy conocido puede saltar a otros ámbitos: a la tele, a la radio o que llegue alguien como yo y haga un libro sobre ello.

Es como mandar un Whastapp cuando vas borracho, ahí se la puedes liar a una persona o a un grupo, pero en Twitter la audiencia es mucho mayor.

¿Cómo debe reaccionar un medio de comunicación cuando mete la pata?

El esquema a seguir es el siguiente: darse cuenta del error, pedir disculpas, analizar las consecuencias que puede tener, tomar medidas y monitorizar esa respuesta para ver si ese medio ha conseguido subsanar la crisis.

Como en el caso de El Huffington Post

Exacto. Ana Aldea, vuestra community manager, explicó muy bien el error en el libro, es un claro ejemplo de cómo se debe reaccionar ante una metedura de pata. Es curioso y no pasa nada, queda en la anécdota. Es como cuando te tropiezas en la calle, te levantas y ya.

Lo que hayas publicado está ahí y sí que puede durar para siempre, lo que no dura para siempre es su efecto. Si has pedido perdón y te has explicado no tiene por qué ir más allá.