Ocho usos alternativos que le dan los niños a los objetos más cotidianos

Ocho usos alternativos que le dan los niños a los objetos más cotidianos

No se nos ocurre alguien más inteligente, loco o creativo que un niño pequeño. Un niño pequeño es mitad científico, mitad artista. Estos pequeños genios se recorren la casa para dar nuevos usos a objetos comunes constantemente. Por ejemplo, nosotros vemos una manga de camisa… pero ellos ven una servilleta y un pañuelo que siempre está a mano. ¿Qué otros objetos cotidianos tienen propiedades ocultas según los niños?

  57d1e62f1800006c32bd03a5

Hay que señalar que tiene que ser un zapato de un adulto. El zapato de un niño es demasiado pequeño para servir de teléfono. Pero tu zapato es perfecto porque la suela —sucísima, por cierto— es lo suficientemente grande como para cubrir desde la oreja hasta la boca. No sabemos por qué lo hacen. Igual es una táctica para que les dejes tu propio teléfono. Creen que te dará tanto asco que les darás el móvil. Mmm… puede que tengan razón. ¡No son listos ni nada!

  57d1e6ba1800001034bd03a6

Si estás leyendo esto y nunca has visto a tu hijo chupar la suela de uno de tus zapatos, considérate un afortunado. Pero el resto de nosotros lo hemos vivido: nuestros hijos han hecho eso (puaj). ¿Por qué? Probablemente por la misma razón que dio el montañista George Mallory cuando le preguntaron por qué quería escalar el Everest: "Porque está ahí".

  57d1e7141800006c32bd03a7

La mayoría de la gente no piensa en bañarse para limpiarse, piensa en darse un baño para relajarse. Además, un buen baño también relaja a tu hijo. Y, a veces, cuando un niño pequeño se relaja lo suficiente, puede utilizar la bañera para lo contrario de limpiarse. Y, para un padre, acaba siendo lo contrario de relajarse.

  57d1e7fe160000fe26c019a1

En cuanto un niño coge una cera (un pintalabios) de un color precioso, necesita encontrar un lugar en el que colorear con algo tan maravilloso. El papel es muy soso y normal. Y no es lo suficientemente grande para un niño pequeño que quiere dejar algo claro. ¿Y una pared? Las paredes son geniales. Y gigantes. No importa la altura del niño, siempre llegará a la pared. Y, lo que es mejor, ya está expuesto antes de acabarlo. ¡Y no se necesitan marco!

  57d1e8391700002e34c7898c

Si se realizara una encuesta para saber cuál es el escondite preferido de los niños mientras juegan, en nuestra opinión el ganador sería el hueco que hay detrás del váter. Es el escondite perfecto para niños porque, como son pequeños, la cabeza les queda a la altura de la cisterna, una parte que siempre está limpia y a la que no le salpica nada nunca...

  57d1e870170000ac34c7898d

Los niños dependen de los mayores para todo. Si quieren ir al parque o a jugar, necesitan a un adulto. Si tienen sed, tendrán que esperar a que un adulto les saque un vaso del armario y se lo llene de agua antes de poder beber. ¡Es muy frustrante! Por eso, tener un perro ayuda mucho a un niño pequeño: los perros tienen comederos que están a) normalmente llenos de agua y b) oportunamente colocados en el suelo. ¡No se necesitan padres! ¡Ni montaje!

  57d1e9791700002e34c7898e

¿Has oído hablar del test del pato? Si se parece a un pato, nada como un pato y grazna como un pato, probablemente sea un pato. Entonces, si se parece más o menos a un micrófono y un niño puede ponerle las manos encima, es probable que se ponga a cantar con él. Sí, con el desatascador. Con lo que acabas de utilizar para desatascar el váter. (Arcadas).

  57d2c9ce160000fe26c01b8f

Pero no cualquier pintalabios. Uno rojo. Cuanto más rojo, mejor. Para un niño, un pintalabios rojo es una cera preciosa que viene con estuche individual y todo. No se guarda en el cajón de la habitación con el resto de pinturas aburridas porque es muy especial. ¡Lo que significa que utilizarlo es todo un privilegio!

¿Qué más? ¿Nos hemos dejado algo? Cuéntanos qué usos alternativos ha descubierto tu hijo en los comentarios.

Este artículo fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido adaptado del inglés por Irene de Andrés Armenteros.