Por qué el resultado de las elecciones en Austria importa (y mucho) a la UE

Por qué el resultado de las elecciones en Austria importa (y mucho) a la UE

REUTERS

Un “ufffffff” gigante se escuchó en toda Europa el 23 de mayo de este año cuando el ecologista e independiente Alexander Van der Bellen ganó las elecciones presidenciales en Austria. No es que se tuviera especial predilección por este candidato, sino que con su victoria se había evitado algo inédito en la UE: que el país tuviera a un líder de la extrema derecha, Norbert Hofer, en el poder.

Poco duró la euforia: mes y medio después se determinó que las elecciones se tenían que repetir tras las irregularidades cometidas en varios distritos electorales y relacionadas fundamentalmente con el recuento del voto por correo. El partido de Hofer, el ultranacionalista FPO, no admitió el resultado electoral de mayo y lo impugnó. Su oponente había ganado por apenas 30.000 votos.

Los austriacos llegan a las urnas este domingo con el fantasma de un primer presidente de extrema derecha en la Unión Europea sobrevolando. En su mano está la posibilidad de que Europa gire hacia la extrema derecha.

ITALIA TAMBIÉN VOTA

Austria no será el único país donde se fijen los ojos de los europeos este domingo: en Italia tendrán que decidir si quieren o no la reforma constitucional propuesta por su primer ministro, Matteo Renzi. Europa contiene la respiración. Los alarmistas temen que la victoria de la extrema derecha austriaca y la derrota de Renzi puedan indicar que Europa se vea arrastrada por una ola populista. Esa misma ola fue la que empujó a los británicos en junio a votar la salida de la UE e impulsó a Donald Trump a la presidencia de EEUU. Es la misma que está alimentando al Frente Nacional en Francia.

Contextualizadas dentro del creciente populismo, las elecciones austriacas son más preocupantes: ninguna democracia europea ha elegido a un jefe de Estado de la extrema derecha desde la Segunda Guerra Mundial. Que suceda algo así en Austria, anexionada a la Alemania Nazi desde 1938 a 1945, sería de un simbolismo inmenso.

  5c8b4807230000040124795a

Van der Bellen, candidato independiente, ganó la segunda vuelta de las elecciones en Austria

Por el momento las últimas encuestas reflejan un apretado duelo entre el candidato de extrema derecha y el independiente, cuyas ideas no pueden ser más opuestas. La crisis migratoria ha sido uno de los asuntos clave en la campaña y, mientras que Hofer ha pedido que se prohíba la entrada a los migrantes económicos, Van der Bellen ha instado a que haya una integración más rápida de los solicitantes de asilo reconocidos. Austria, un país de 8,7 millones de habitantes, ha recibido a más de 120.000 migrantes de Oriente Medio, África y Asia desde el año pasado, soportando gran parte de la carga de la afluencia de refugiados junto con Alemania y Suecia.

Bajo el lema de "Austria y los austríacos primero", Hofer ha dejado de pedir que su país abandone la UE, aunque se ha mostrado partidario de un referéndum en el caso de que Turquía entrara o de que Bruselas pidiera centralizar más el poder. Defensor de la familia tradicional, este candidato quiere abolir el derecho de las parejas homosexuales a adoptar hijos. También aboga por la doble nacionalidad italo-austriaca a los habitantes de Tirol del Sur, territorio bajo bandera italiana.

  5c8b48072000004504707fef

Hofer sería el primer líder europeo de la extrema derecha

Mientras que el papel de presidente en Austria es en gran parte simbólico, los analistas políticos dicen que si Hofer gana la presidencia, esto podría conducir a elecciones parlamentarias anticipadas y al fin de la coalición centrista proeuropea que ha dominado la política austríaca durante décadas.

Por su parte, Alexander Van der Bellen, de 72 años y que concurre como independiente, se ha convertido en el estandarte de la moderación y el europeísmo. De ahí que le eche en cara a su contrincante sus estrechas relaciones con políticos antieuropeos como la francesa Marine Le Pen. El exlíder de los verdes cree que su rival "juega con fuego" cuando sugiere plebiscitos sobre la permanencia en Europa.

EL ASALTO AL PODER DE LA EXTREMA DERECHA

Bruselas mira con recelo estos postulados. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ya ha señalado públicamente que el candidato de la extrema derecha le desagrada, así como la posibilidad de que plantee un referéndum sobre la permanencia en la UE. "No creo que el próximo presidente de Austria, sea el que fuere, vaya a lanzarse a este tipo de aventura. He aprendido la diferencia entre promesas electorales y políticas concretas"

Una victoria del candidato la extrema derecha daría, previsiblemente, alas al populismo antieuropeo en el continente. De hecho, podría ampliar el "efecto dominó" de otros "votos de protesta" como el del Brexit o la victoria de Donald Trump en Estados Unidos.

El auge del populismo de derechas en el Viejo Continente es una realidad, impulsado en muchos casos por el hartazgo de la ciudadanía con la política tradicional. Esto ha provocado que haya un deseo de cambio que ha desembocado en resultados electorales inimaginables hace años. El mensaje en contra del establishment ha calado tan hondo que ha dado alas a un FPO que, según los sondeos, sería el partido más votado para formar gobierno si hubiese elecciones. Prueba de ello es que Austria tiene, por ejemplo, una tasa de desempleo de sólo el 5,7%, pero eso no ha evitado que Viena haya girado hacia la derecha más radical. Este domingo puede consumar su triunfo final.