David Calle, candidato al 'Nobel' de Educación: "Los profesores están cada vez más desesperados"

David Calle, candidato al 'Nobel' de Educación: "Los profesores están cada vez más desesperados"

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Casi de la noche a la mañana, David Calle se ha convertido en una referencia educativa en España, un país acostumbrado a mirar a Finlandia siempre que busca héroes en la enseñanza. Este madrileño de 43 años es uno de los 50 candidatos al Global Teacher Prize 2017, un galardón que está considerado el premio Nobel de los profesores y dotado con un millón de dólares. Es el segundo español que opta al premio después del aragonés César Bona, nominado en 2015.

En las próximas semanas, ambos se encontrarán en una conferencia. Será el momento en que se conozcan los que, para muchos, son ya los dos mejores profesores de España. Entre risas, Calle dice que le preguntará a Bona cómo fue su experiencia, porque desde que se conoció la nominación no para: televisiones, radios, periódicos y maestros quieren conocer su opinión sobre la educación en España. “Bendita locura en la que me he metido”, celebra en conversación con El Huffington Post.

Aunque, en realidad, César Bona y David Calle no tienen mucho en común. Bona es un profesor más ‘clásico’ porque da clase en un colegio. Calle, en cambio, no estudió Magisterio ni trabaja en un instituto. Él es ingeniero de Telecomunicaciones y su fama ha llegado gracias a que resuelve de forma gratuita las dudas de matemáticas, física y química a millones de alumnos desde su canal de YouTube, que roza los 700.000 suscriptores.

PROFESOR, "MÁS GRATIFICANTE" QUE SER INGENIERO

Precisamente tres de esos alumnos fueron los que propusieron su nombre a la Varkey Foundation, que otorga los Global Teacher Prize. Calle recibió un email avisándole, rellenó “un formulario gigante” y en noviembre la fundación le escogió entre los 50 seleccionados. El siguiente paso llegará el febrero, cuando se decidan los 10 últimos finalistas que asistirán a una gala en Dubai, donde el 19 de marzo se decidirá el ganador.

El profesor madrileño ya se da por satisfecho con lo que ha conseguido, aunque cree que su perfil, alejado del modelo de maestro ‘estándar’, puede ser un punto fuerte en su candidatura. “Además, no ayudo a 30, 40 o 50 alumnos todos los días, sino a millones de chavales de todo el mundo. A lo mejor eso la fundación lo ha tenido en cuenta al pensar que soy un digno candidato para todo esto”, apunta.

Descubrí que era mucho más divertido y gratificante dar clase que programar una red móvil

Porque todo su proyecto, llamado Unicoos, comenzó así, con el propósito de ayudar a cuantos más chavales mejor. Se quedó en paro después de trabajar como ingeniero de Telecomunicaciones y volvió a dar clases en la academia en la que había trabajado en su etapa universitaria. Aquello cambió toda su vida. “Descubrí que quería ser profesor y que era mucho más divertido y gratificante dar clase que programar una red móvil. Y decidí montar mi propia academia”, recuerda.

DAR LAS MISMAS OPORTUNIDADES A TODOS

Todo ello pese a que muchos de sus allegados le tacharon casi de loco. “Me decían: si eres ingeniero de telecomunicaciones y eres muy ‘listo’. ¿Cómo vas a ser profesor y ganar mucho menos dinero? Pues por pura vocación, porque llega un momento en la vida en que decides que lo que tienes que hacer es aquello que te apasiona y motiva”, se responde él mismo mientras lamenta lo devaluada que está la labor de los profesores en España.

Una vez que montó su propia academia, empezó a ver que las horas de trabajo no alcanzaban para explicar todo a sus alumnos y comprobó que muchas familias no podían pagar las clases particulares debido a la crisis. Inició el proyecto de los vídeos, casi obligado por su mujer, para “tratar de dar las mismas oportunidades a todos”. “Con la crisis, el número de alumnos de mi academia se redujo a la mitad. Y se me ocurrió esto para que pudieran llegar a donde quieran sin tener en cuenta si sus padres pueden permitírselo o no”, explica.

Con la crisis, el número de alumnos de mi academia se redujo a la mitad. Y se me ocurrió esto

El proyecto fue creciendo gracias al boca a boca y su canal de YouTube que evolucionó hasta convertirse en una web en la que miles de alumnos plantean a diario cientos de dudas. ¿Por qué se lo preguntan a él y no a otro? ¿Qué tiene David Calle que les engancha? Él tiene claro el truco: transmite pasión, energía y, sobre todo, esperanza. Porque dice que muchos jóvenes están “desmotivadísimos” y piensan que es imposible entender los problemas a los que se enfrentan.

¿LAS COSAS COMO HACE 30 AÑOS? "NO TIENE SENTIDO"

Dice que intenta que sus vídeos sean fundamentalmente prácticos para que los chavales comprueben que todas las letras y los números a los que se enfrentan a diario tienen que ver con el mundo que les rodea, con la realidad, con sus superhéroes favoritos, con sus series, con sus películas. “Trato de encontrar ejemplos de películas en las que hayan cometido algún error de cálculo, explicarles por qué, y relacionar lo que hacen con el mundo real, con el rascacielos que ven, con el puente por el que pasan, con los aviones, con los coches, con los videojuegos”, explica.

Esa metodología sorprende porque, asegura Calle, en líneas generales “en España se sigue enseñando de la misma forma que siempre, igual que cuando no había internet” o cuando no había ordenadores que hacían “cálculos fantásticos en menos de un segundo”. “Tiene más sentido decirles a los chavales para qué sirve una ecuación que un ordenador resuelve en cinco segundos que hacer que resuelvan ecuaciones como locos”, apunta. Porque, subraya, los chavales han nacido con un smartphone en las manos y hay que tratar de adaptarse a los nuevos tiempos, ya que “no tiene sentido que sigamos haciendo las cosas igual que hace 30 años”.

Pero el cambio del “obsoleto” modelo educativo español, matiza, tiene que ir mucho allá de eso. Dice que, por ejemplo, los alumnos deberían tener una asignatura que tratase exclusivamente de cómo aprovechar internet, Google, las nuevas tecnologías… para cualquier proyecto que emprendan, para enseñarles a diferenciar lo que es falso y verdadero en internet, a que adquieran espíritu crítico, a que trabajen en equipo, a que aprendan a hablar en público. “Hay muchísimas disciplinas que no se enseñan en los institutos que luego son indispensables en el mundo real. Da igual que un alumno saque dieces en matemáticas si luego es incapaz de hablar en público y defender su propio proyecto”, alerta.

Hay muchísimas disciplinas que no se enseñan en los institutos que luego son indispensables en el mundo real

Pone como ejemplo a Finlandia, que ha suprimido las asignaturas y tiene proyectos multidisciplinares que engloban matemáticas, física, química, historia o inglés. “Hay que adaptar las clases a lo que se van a encontrar después porque la vida no es hacer ecuaciones de segundo grado”, insiste.

TRIPLICAR EL SUELDO A LOS PROFESORES

Por eso, él no da demasiada importancia al informe PISA. Dice que los chavales no se suelen tomar muy en serio esos exámenes ya que no cuentan para sus notas finales. Y no cree que el progreso de la educación de un país dependa de las notas que saquen los chavales en un examen. Pero sí alerta de que hace años que viene detectando que los alumnos “cada vez están más desmotivados” y tienen “menos capacidad de esfuerzo”.

“Y los profesores están cada vez más desesperados y más desmotivados porque se enfrentan a aulas masificadas, en las que la mitad de la clase no quiere aprender. Eso es lo que creo que hay que cambiar en este país y no centrarnos tanto en las notas que sacan en un examen. La vida es algo más”, zanja.

Precisamente en un momento en que la formación de los profesores está en el centro del debate educativo, Calle subraya que el objetivo no debe ser que los maestros tengan los mejores expedientes académicos del mundo ni que saquen las mejores notas: “Oigo a veces a profesores diciendo que para ser profesor de matemáticas hay que saber más matemáticas que nadie. No lo comparto. Para ser un buen profesor de matemáticas, o de cualquier cosa, lo que tienes que tener es pasión, ganas de enseñar y una profunda vocación de ayudar y de hacer mejores a tus alumnos. Esa es la clave”. Pese a ello, sí aboga por subir la nota para entrar en Magisterio y, sobre todo, por multiplicar por tres los sueldos de los profesores.

Para ser un buen profesor lo que tienes que tener es pasión, ganas de enseñar y una profunda vocación de ayudar

“No digo los míos, digo los suyos”, puntualiza. Porque sus ingresos salen exclusivamente de su academia. Los derivados de YouTube, afirma, son escasos y los invierte en mejorar la web. Por eso, dice, el millón de euros del premio le vendría pintiparado. Dedicaría buena parte del galardón a ampliar su proyecto. “Me encuentro todos los días a un montón de dudas que no puedo responder porque no sé de todo. Me encantaría grabar vídeos de otras asignaturas, entrar en Primaria, en Universidad. Tengo una lista de 500.000 cosas por hacer”. El Global Teacher Prize puede abrir la puerta.

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