Los tres generales que pueden frenar el extremismo de Trump y Bannon

Los tres generales que pueden frenar el extremismo de Trump y Bannon

AGENCIAS

James Mattis, secretario de Defensa, HR McMaster, asesor de Seguridad Nacional, y John Kelly, secretario de Seguridad Interior, son tres de los hombres más importantes que rodean al presidente estadounidense Donald Trump.

Los tres son generales retirados con la máxima graduación. Los tres han intervenido en diferentes momentos en la guerra de Irak. Los tres se caracterizan por decir lo que piensan, aunque no coincida con la línea oficial. Los tres ocupan puestos políticos siendo militares y tienen poca o nula experiencia en Washington.

Mattis, McMaster y Kelly son los hombres que pueden aportar reflexión a las impredecibles decisiones del actual inquilino de la Casa Blanca, capaz de permitir que quien le acompaña constantemente con el maletín nuclear se haga 'selfies' y aparezca en las redes sociales con una frivolidad que asusta a muchos.

Los tres exgenerales, condecorados con las cuatro estrellas, pueden convertirse en el contrapeso del todopoderoso Steve Bannon, jefe de Estrategia de Trump, con un puesto en el Comité de Seguridad Nacional y que está jugando un importante papel el la política exterior de Estados Unidos.

Los tres han participado, en un momento u otro de la contienda, en el conflicto de Irak, la guerra más costosa para Estados Unidos desde Vietnam. Ahora, los tres militares se sientan en un asiento privilegiado en la Casa Blanca junto al hombre más poderoso del mundo.

Quien estará más cercano a Donald Trump será su asesor en Seguridad Nacional, HR McMaster, y que sustituye a otro exgeneral, Michael Flynn, obligado a dimitir por mentir sobre conversaciones mantenidas con el embajador ruso.

McMaster, de 54 años, será quien ocupe un despacho en el ala Oeste de la Casa Blanca. Es el que tiene menos experiencia de los tres generales en Washington y llega a la capital avalado por Tom Cotton, senador republicano de Arkansas y veterano del Ejército estadounidense que ha servido junto a McMaster.

Precisamente, a juicio del senador de Arkansas, para el 'poco convencional' presidente Trump puede ser beneficioso la presencia de hombres que han tenido que utilizar e implementar la prudencia en el campo de batalla.

En un reportaje publicado por el diario estadounidense The New York Times se recoge que, incluso el republicano más crítico con Trump, el senador por Arizona, John McCain, ha visto con buenos ojos los nombramientos de estos tres exgenerales. McCain es también un veterano de la guerra de Vietnam y ha dicho que los tres generales "han demostrado una tendencia independiente y un talento, desde mi punto de vista, extraordinario".

LOS PUNTOS DE CHOQUE

James Mattis ya se atrevió a corregir a Trump sobre la efectividad de la tortura en los interrogatorios. El presidente consideraba que era efectiva, mientras Mattis corrigió los argumentos presidenciales. El presidente, desacostumbrado a que le corrijan, aceptó sin vacilar la postura de Mattis al respecto.

Sin embargo, cuando la Casa Blanca anunció la orden migratoria que prohibía la entrada de inmigrantes de siete países de mayoría musulmana, el máximo responsable de su cumplimiento, John Kelly, decía que había sido informado al final del proceso. Le dieron los hechos consumados, algo a lo que también es posible que tengan que acostumbrarse debido al carácter del magnate neoyorquino.

McMaster será quien esté más en contacto con Trump de los tres. Es, además, quien menos experiencia política tiene, lo que implica que deberá aprender sobre la marcha cómo equilibrar los diversos grupos; nada menos que el Pentágono, el Departamento de Estado, la CIA y el Congreso.

Hasta hace una semana, el propio Trump desconocía quién era el exgeneral McMaster, ahora convertido en su asesor por sugerencia del senador Tom Cotton, quien ha sido su máximo valedor ante el presidente.

El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, ha dicho que McMaster tendría autoridad para organizar a su antojo el equipo de seguridad nacional en el que también ocupa un puesto el todopoderoso Steve Bannon, quien algunos consideran el "presidente en la sombra".

Los tres generales no son sólo conocidos o reconocidos por sus experiencias o éxitos militares, también pueden ser considerados intelectuales y estudiosos de la historia.

Los tres se caracterizan por un tener un pensamiento independiente que no siempre ha estado de acuerdo con sus superiores. Los tres son conocidos por decir lo que piensan, aunque se hayan enfrentado incluso a decisiones presidenciales. Es conocida la oposición de John Kelly al cierre de Guantánamo que pretendía el presidente Obama.

En opinión de Douglas Laud, general retirado de tres estrellas, los tres generales de cuatro estrellas traerán sobriedad, realismo y experiencia a los debates. Laud fue asesor de Seguridad Nacional con las administraciones de Bush y Obama.

También, David Barno, teniente general retirado y excomandante de las fuerzas estadounidenses en Afganistán, ha manifestado que los tres pueden dar a la Casa Blanca un enfoque más reflexivo y otra perspectiva ante el uso de la fuerza. "Van a traer un poco de realismo puro y duro de lo que es una guerra", ha dicho Barno en declaraciones que recoge el New York Times.

Puede ser una paradoja que quienes han dedicado su vida al Ejército y participado en conflictos bélicos puedan convertirse en el freno a la impulsividad del presidente Trump, quien tras poco más de un mes al frente de la Casa Blanca ya ha generado conflictos diplomáticos, de momento de bajo perfil, con México, China, Australia, Corea del Norte, Unión Europea e Irán, mientras mantiene la defensa del tradicional enemigo de EEUU, Rusia.