El Gobierno ve imposible la vía escocesa que proponen Puigdemont y Junqueras

El Gobierno ve imposible la vía escocesa que proponen Puigdemont y Junqueras

Zapatero se suma también al debate y dice que la idea de diálogo de la Generalitat tiene trampa

Mariano Rajoy y Carles Puigdemont, en marzo de 2016, durante un homenaje a las víctimas del siniestro de Germanwings.EFE

Rajoy dice no. El Gobierno rechaza de plano la posibilidad de llegar a un acuerdo para la celebración de un referéndum en Cataluña a semejanza de lo ocurrido en Escocia porque recalca que, a diferencia de este caso, en España ni el Gobierno ni el Parlamento pueden negociar algo que corresponde al conjunto de los españoles.

Fuentes de la Moncloa consultadas por la Agencia Efe responden de esta forma a la propuesta planteada por el presidente y el vicepresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, respectivamente, en un artículo firmado por ambos en El País en el que reclaman al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, la negociación de un referéndum de autodeterminación acordado. Le reprochan su ausencia de diálogo y aseguran que, en cualquier caso, no renunciarán a "ejercer el derecho" de convocar ese referéndum en 2017.

El Ejecutivo del PP lamenta que los partidos independentistas insistan en pedir ese referéndum de autodeterminación que recuerda que no se puede negociar porque es radicalmente contrario a la Constitución y a la soberanía nacional. De la misma forma, exhibe la disposición al diálogo en todo momento siempre dentro de los márgenes de la ley.

"Pero ni el Gobierno ni el Parlamento pueden negociar sobre lo que no les pertenece. La soberanía nacional corresponde al conjunto de los españoles. Esa -puntualizan en Moncloa- es la principal diferencia con el caso escocés que ponen de ejemplo".

El equipo de Rajoy muestra su sorpresa por la acusación de Puigdemont y Junqueras de falta de diálogo cuando considera que son los dirigentes independentistas "quienes han hecho de la falta de diálogo y de la imposición la tónica general de su gestión en Cataluña". Una forma de actuar con la que cree que han hurtado el debate a los partidos de la oposición y han ignorado la pluralidad de la sociedad catalana.

El Gobierno sale también al paso de la acusación de Puigdemont y Junqueras de que el Estado ha abandonado a todos los catalanes, y frente a ello, asegura que siempre ha fijado como uno de los ejes de la legislatura atender las prioridades de los ciudadanos de Cataluña.

De la misma forma, hace hincapié en que ha estado dispuesto a un diálogo constante con el conjunto de la sociedad catalana.

ZAPATERO ALERTA

El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero también se ha sumado al debate y ha afirmado que, a su juicio, "tiene trampa" la oferta planteada por la Generalitat. El político socialista ha hecho estas consideraciones en Onda Cero, en una entrevista en la que literalmente ha afirmado: "La carta tiene trampa. Dice sentémonos al diálogo, pero nosotros no renunciamos al referéndum, que saben que es un tema no disponible por el Gobierno de España", ha afirmado Zapatero.

El expresidente está convencido, además, que "los referéndum no son el procedimiento para solucionar este tipo de grandes conflictos" y al respecto ha dicho: "Fíjense el brexit. Quien rompe se rompe. Gran Bretaña ha roto con la UE y tiene el riesgo de romperse. Quien rompe se rompe", ha incidido.

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En su opinión, el referéndum demuestra que "divide a la gente" y es "un debate infinito porque quien pierde quiere la revancha". "Como ahora en Escocia. Perdió el sí y ya estamos con la segunda vuelta", ha apostillado. Por eso, a su juicio, el planteamiento debe ser el de "llegar a un acuerdo político, donde cada uno tiene que renunciar a su programa máximo".

"La historia demuestra -ha comentado- que cuando uno mantiene el antagonismo, nunca se reforma ni se avanza, solo cuando uno renuncia a su programa máximo, cuando va la segunda opción". Y en este caso "es lo que tenemos que hacer: los independentistas tienen que asumir una segunda opción y el Estado, los partidos políticos estatales tienen que plantear un plan de diálogo que sea una opción nueva para Cataluña". La reforma de la Constitución sería, según sus palabras, "una meta al final del camino que puede ser, pero hay que partir de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut".

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