La emotiva nota que dejó una clienta de Starbucks tras perder los nervios
"Necesito disculparme. No quiero ser la clase de persona que trata a los demás con esa falta de amabilidad".
Una clienta que había perdido los nervios con un dependiente de Starbucks volvió al día siguiente para disculparse con una nota muy emotiva y una sustanciosa propina.
La mujer, que se llama Debbie, se enfadó cuando fue a hacer su pedido desde el coche (un servicio que ofrecen algunas tiendas Starbucks de Estados Unidos).
En la nota, la clienta explica que se exaltó cuando el dependiente le dijo que no les quedaban soportes para llevar los vasos.
A woman came through the drive through yesterday and got a little irritated with me because we didn't have drink carriers. Today, she came back and handed me this. from pics
Ayer vino una mujer y se enfadó un poco conmigo porque no nos quedaban soportes para llevar los vasos. Hoy ha vuelto y me ha dado esto.
"Saludos, dependiente de Starbucks. Ayer tuvimos un encuentro no muy agradable. No fue tu culpa en absoluto: os habíais quedado sin soportes para los vasos y dijiste que tú no podías tirar a la basura mi vaso vacío. Yo no fui nada comprensiva y las formas fueron demasiado bruscas", reza la nota.
Eres un chico joven y estás trabajando y esforzándote por labrarte un futuro y deberías recibir elogios.
"Necesito disculparme. No quiero ser la clase de persona que trata a los demás con esa falta de amabilidad. No quiero dar esa imagen ni ante ti ni ante mí misma. Eres un chico joven y estás trabajando y esforzándote por labrarte un futuro y deberías recibir elogios. Sigue con esa actitud de ánimo y esperanza. Sigue siendo así independientemente de la gente que se te cruce en el camino. Seguro que el destino te depara grandes cosas. Le has dado a esta mujer una importante lección de amabilidad, compasión y humildad", añade.
Además de la nota, Debbie le dejó al dependiente de Starbucks un billete de 50 dólares (46,8 euros) para agradecerle que hubiera mantenido la calma.
Todos perdemos los nervios de vez en cuando, pero historias como esta demuestran que pedir perdón marca la diferencia.
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Este artículo fue publicado originalmente en la edición británica del 'HuffPost' y ha sido traducido del inglés por Lara Eleno Romero.
