Un estudio de Harvard asegura que los maratones son perjudiciales incluso para quienes no los corren

Un estudio de Harvard asegura que los maratones son perjudiciales incluso para quienes no los corren

Querido corredor, ten esto en cuenta cuando prepares tu próxima carrera.

EFE

La moda runner ha convertido el de correr una maratón, carreras de 42 kilómetros, en el deseo compartido por decenas de personas en todo el mundo. La ciencia ya ha dejado claro que un esfuerzo tan intenso pasa factura al organismo del corredor, que presentará cambios similares a los que muestran los pacientes que acaban de ser sometidos a cirugía.

Pero un estudio de Harvard, publicado el jueves en The New England Journal of Medicine, asegura que los maratones son perjudiciales también para la gente que está cerca de los corredores. La investigación ha analizado los datos médicos de once ciudades estadounidenses durante 10 años y ha llegado a una conclusión: la tasa de muerte de pacientes en las zonas cercanas a la celebración de una maratón aumenta claramente.

La razón es que los maratones suelen colapsar las ciudades y, más en concreto, las rutas terrestres que se utilizan normalmente para proveer de asistencia a los enfermos crónicos o a las personas que necesitan una ambulancia por causas azarosas. Si las calles están cortadas, la atención médica tarda más en llegar y muere más gente.

Un ambulancia que presta servicio durante una maratón tarda, según explican los investigadores, unos 4 minutos más en llegar al hospital que una que lo hace durante un día normal. Esa tardanza hace que los pacientes que sufren un ataque al corazón durante una carrera tengan un 13% adicional de probabilidades de morir en el mes siguiente a su episodio cardíaco.

Para evitar que la inmensa comunidad runner se les eche encima, los autores del estudio dicen que estos problemas no son provocados solamente por los maratones. Cualquier otro de los actos masivos que suelen tener lugar en grandes ciudades, como desfiles, manifestaciones o festivales callejeros, también provoca alteraciones en el tráfico y, por lo tanto, afecta al tiempo en el que los pacientes reciben atención médica.