La UE se pone seria contra los minerales de sangre

La UE se pone seria contra los minerales de sangre

En 2021 se deberá garantizar que el oro, wolframio, estaño y tantalio vienen de minas controladas.

Un grupo de mineros trabaja en una explotación de oro en el norte de Sudán, en una imagen de archivo de enero de 2007.Getty Images / Istock

Es un primer paso que no se va a dar inmediato pero, pese a todo, es importantísimo y con efectos tangibles. El Parlamento Europeo acaba de decidir que, al fin, toca actuar contra los llamados minerales de sangre. A principios de este mes aprobó imponer controles obligatorios en la cadena de suministro de cuatro elementos —estaño, oro, tungsteno y tantalio— procedentes de países en conflicto.

En ellos, las milicias, guerrillas o señores de la guerra que dominan el territorio llenan sus bolsillos controlando el ciclo integral de minería y venta, aprovechando las necesidades de las tiendas de tecnología o de las joyerías del mundo desarrollado. En su búsqueda de beneficio vale todo: el asesinato, los abusos sexuales, la tortura, la explotación laboral y la esclavitud (incluyendo la infantil) y el desplazamiento forzoso de población.

Ahora, Bruselas obligará a los importadores de estos minerales a que garanticen que sus materias primas no provienen de zonas donde existan conflictos y no se utilizan para financiar dichos conflictos armados. Tendrán que ser "responsables", resume la Unión Europea. Hoy, en los Veintiocho, hay unas 880.00 empresas que usan estos cuatro elementos en la producción de bienes de consumo.

Estas son las claves de una decisión que ahonda en el consumo responsable y ayudará a que el progreso de unos no se erija -tanto- sobre las violaciones de los derechos humanos de otros.

¿A QUÉ LLAMAMOS MINERALES DE SANGRE?

Los minerales de sangre también son conocidos como minerales de conflicto. Con esta etiqueta nos referimos a aquellas materias que se consiguen de zonas de guerra, directamente extraídas por los grupos armados, que son quienes se encargan de ponerlos en circulación y quienes se benefician del negocio, dedicando el dinero que logran a la compra de armamento y a la perpetuación de las guerras.

En los últimos años ya había comenzado a calar la denuncia contra dos de estos minerales: los diamantes de sangre -que hasta protagonizaron una película con Leonardo DiCaprio- y el coltán, esencial por ejemplo para fabricar las baterías de los teléfonos móviles.

¿POR QUÉ SE HAN ELEGIDO ESTOS CUATRO MINERALES?

El oro: Desde su descubrimiento, ha sido símbolo de riqueza y base de la economía en todo el mundo. Hoy sigue siendo un patrón sólido para el mercado de divisas internacional. Es necesaria una pequeña cantidad para casi todos los dispositivos electrónicos, como teléfonos, agendas electrónicas, calculadoras o GPS. El oro es un conductor muy eficiente, que puede llevar corrientes minúsculas y mantenerse libre de la corrosión, por lo que también se emplea en televisores y ordenadores, para los conectores que se usan para ensamblar el microprocesador y los chips de memoria sobre la placa base y los usados para fijar todos los cables. También los air bags de los coches cuentan con contactos eléctricos bañados en oro, para asegurarse de que los dispositivos de seguridad funcionen cuando es necesario, al igual que se añaden a las ventanas -sobre todo en los aviones- porque ayuda a regular los rayos solares, y a determinados componentes de las naves espaciales, como revestimiento.

El estaño: El estaño es un metal maleable, que no se oxida fácilmente y es resistente a la corrosión. Se obtiene de otro mineral -la casiterita-, y se emplea en muchas aleaciones y para recubrir otros metales como el cobre, el hierro y de diversos metales usados en la fabricación de latas de conserva. En aleación con el cobre, se logra el bronce. Se usa también en compuestos para disminuir la fragilidad del vidrio, para fungicidas, tintes, dentífricos y pigmentos, para soldaduras, fabricar instrumentos musicales, etiquetas y sobretaponados en las botellas de vino.

El tungsteno o wolframio: No sólo es increíblemente denso sino también muy duro. Hace alrededor de un siglo, no se usaba para nada, pues era casi imposible de trabajar con un metal que tiene el punto de fusión más alto de todos los elementos químicos: 3.422 grados centígrados. Hoy en día lo usamos para escribir, atravesar glaciales, emitir rayos X y destruir edificios sin usar dinamita. Se usa en los filamentos de las lámparas incandescentes, en electrodos no consumibles de soldaduras, en resistencias eléctricas para electrodomésticos y, aleado con el acero, en la fabricación de aceros especiales.

El tantalio: El tantalio es un metal raro de gran densidad y ciertas propiedades resistentes que lo hacen un material de construcción muy buscado. Se necesita en teléfonos móviles, ordenadores, cableado de coches electrónicos, cámaras y relojes, para mejorar el blindado de vehículos militares, en explosivos y la construcción de misiles. Resiste la mayoría de los ácidos y todos los fluidos corporales, haciéndolo ideal para transmisores de radio y equipamiento quirúrgico.

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  Mujeres y hombres, trabajando en una mina de Poura (Burkina Faso), en enero de 2008.Getty Images / Istock

¿QUÉ VA A CAMBIAR CON LA NUEVA LEGISLACIÓN?

Hasta ahora no había obligación de evitar estos minerales de sangre, sino una recomendación y unos incentivos con un sistema de certificados. El actual sistema voluntario que existía para las empresas de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) era seguido únicamente por el 4% de las 420 empresas que importan minerales de conflicto, según denuncia el PSOE, uno de los impulsores de la nueva normativa. "La voluntariedad es obvio que es absolutamente ineficaz", insistía la europarlamentaria Inmaculada Rodríguez-Piñero durante el debate de la Eurocámara. En un primer borrador, se volvió a hablar de un "marco voluntario", pero el Parlamento exigió ir más allá y logró hacer que fuese obligatorio. Las negociaciones han sido durísimas, como reconocieron varios parlamentarios en el debate final.

La normativa que ahora ha superado la votación forzará a los importadores a garantizar a partir de 2021 que los minerales no proceden de minas controladas por grupos armados o áreas afectadas por graves conflictos o violaciones de derechos humanos. Les obliga a realizar todas las gestiones razonablemente exigibles y necesarias para certificar la garantía de su procedencia, especifica el articulado.

Sin embargo, no afectará a todas las empresas por igual, ya que si bien las firmas directamente vinculadas a las minas -extractoras y fundidoras- están plenamente obligadas, las comercializadoras con minerales, componentes o productos ya terminados, así como las pymes que importan minerales, tendrán la posibilidad voluntaria de adherirse a este compromiso ético. La Comisión Europea ha anunciado su voluntad de incentivar las buenas prácticas de las empresas de la industria exentas de la obligatoriedad. Asimismo, la normativa incluye un umbral de importación mínimo a partir del cual se prohibirá la importación de productos con minerales de sangre.

No se limita exclusivamente a la República Democrática del Congo y la zona de los Grandes Lagos, como ocurre con otras legislaciones del mismo cariz, sino que alude a cualquier "zona de conflicto o alto riesgo".

LAS INCÓGNITAS

Una de las principales inquietudes en este proceso es la tardanza en la puesta en marcha de este veto: nada hasta 2021, esto es, las empresas tienen aún tres años para adaptarse. Entonces se les exigirá el "deber de diligencia", tendrán que demostrar que en la extracción, el tratamiento y la exportación de estos minerales no han intervenido aquellos que emprenden guerras para asegurarse el control de las minas o quienes se hacen ricos con el contrabando.

"Esta moratoria significa que por cuatro años más las víctimas de la violencia fruto de los conflictos armados, especialmente mujeres y niños, muchos de ellos utilizados como soldados u obligados a trabajar en las minas, seguirán sufriendo debido a la lentitud de la burocracia europea", denuncia el escritor, cooperante y exmisionero Chema Caballero.

Además, no se han fijado sanciones efectivas para las empresas que incumplan la norma -para algunas puede ser más rentable, denuncian los más críticos- pero Europa se dotará de un sistema de evaluaciones periódicas, cada tres años, para evitar que haya -muchos- agujeros negros.

Quedan excluidos del veto los pequeños importadores -como los dentistas o los joyeros-, por entender la UE que supondría para ellos una carga administrativa excesiva, así como los metales reciclados y los productos procesados.

Amnistía Internacional ha denunciado que demasiadas compañías se van a dejar fuera porque, por ejemplo, sólo se aplica la norma a las firmas que importan minerales en bruto, no a las que importan componentes o productos terminados que contengan estos materiales. Eso puede acabar dejando ensangrentados varios millones de euros. La Comisión Europea ha prometido que "presionará a los grandes fabricantes para que revelen detalles de los productos que podrían contener minerales procedentes de países en conflicto".

Nele Meyer, Directora Ejecutiva de Negocios y Derechos Humanos de AI, reconoce que, pese a todo, "el papel de Europa en la limpieza del comercio de minerales de conflicto es ahora más importante que nunca". Los legisladores defienden que vincula, en general, al 95% de las importaciones de la UE, por lo que se dan por "satisfechos".

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Los minerales de conflicto.

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