Por qué más de mil presos palestinos están en huelga de hambre en las cárceles de Israel

Por qué más de mil presos palestinos están en huelga de hambre en las cárceles de Israel

Pelean contra las detenciones administrativas, la falta de visitas de familiares, la deficiente atención médica...

Desde ayer lunes, los 6.500 presos palestinos que cumplen condena en cárceles de Israel están llamados a secundar una huelga de hambre indefinida para protestar por las condiciones de su encarcelamiento. De ellos, se estima que más de un millar se han sumado a la iniciativa, aunque hay quien habla de seguimiento parcial de hasta 5.000 reclusos, unidos bajo el lema "Huelga por la libertad y la dignidad". "Será diferente a cualquier otra de los últimos diez años", reconocen las autoridades palestinas.

Las quejas por las instalaciones, la comida o los derechos de visita y ocio son habituales, pero lo que ha motivado finalmente esta oleada de protesta es el llamamiento del preso más famoso y carismático entre los palestinos, Marwan Barghouti, que arrastra cinco cadenas perpetuas por asesinato y el favorito para ser un día presidente palestino... si no estuviera entre rejas. Líder de las intifadas, jefe de la rama armada del partido Fatah al que algunos llaman el "Mandela palestino", cuenta con el apoyo de los presos y con el fervor de la calle en una tierra donde el 21% de la población ha estado o está actualmente en prisión.

¿PERO QUÉ PIDEN?

Barghouti ha explicado las razones de la huelga en una carta publicada por The New York Times-lo que ya de por sí da la medida de su influencia política-. "Tras haber pasado los últimos 15 años en una cárcel de Israel, he sido testigo y víctima del sistema ilegal israelí de arrestos arbitrarios masivos y maltrato de presos palestinos", denuncia. "Después de agotar todas las opciones, decidí que no hay otra alternativa que resistir a estos abusos haciendo una huelga de hambre", añade.

"Quieren mejorar condiciones como el régimen de visitas familiares, permitiendo a los niños visitar a sus padres sin acoso, las negligencias médicas, el cierre de hospitales, la liberación de los presos enfermos, la política de traslado entre cárceles y juzgados" o "el fin de la detención administrativa o políticas de aislamiento", enumera de forma general el ministro palestino Isa Qaraqe, responsable del Comité de Asuntos de Prisioneros.

La detención administrativa, precisamente, es una de las situaciones más sangrantes que afrontan estos reclusos, pues permite detener a las personas sin cargos ni juicios por periodos de seis meses, renovables de forma indefinida. Son sospechosos y con eso le basta al sistema israelí.

Las organizaciones de defensa de los encarcelados como Adamir y el Club de Prisioneros Palestinos aseguran que 1.500 reos se encuentran en malas condiciones de salud y reciben un tratamiento médico insuficiente. La Comisión de Asuntos de los Presos Palestinos calcula, por su parte, que al menos mil tienen prohibido recibir visitas familiares por "motivos de seguridad" y que entre 15 y 20 prisioneros permanecen aislados sin contacto con otros reos o familiares.

Los prisioneros piden volver a las dos visitas mensuales y también ampliar el tiempo de visitas de 45 minutos a una hora, la mejora del acceso a la asistencia médica, que se permitan los encuentros con los familiares de segundo grado y se termine con el traslado de detenidos en Cisjordania a territorio israelí.

Israel sostiene que la huelga "está convocada por motivaciones internas palestinas e incluye demandas irracionales", según el digital israelí Ynet.

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  Pintada en favor de Omar Barghouti en el paso de Qalandia, en Cisjordania.ELHUFFPOST

¿QUIÉNES SE HAN PUESTO EN HUELGA?

Según cifras del Gobierno palestino, alrededor de 6.500 palestinos están en 22 cárceles israelíes -una de ellas en el territorio palestino ocupado de Cisjordania-, y en distintos centros de detención, incluidos 300 menores de edad, 12 parlamentarios y 28 periodistas. Según el servicio israelí de prisiones, 1.187 presos palestinos recluidos en seis cárceles participan en la huelga.

El inicio de la protesta coincide con la celebración anual, el 17 de abril, del Día de los Presos Palestinos.

Hay una enorme diferencia en cómo se enfoca la huelga a un lado y al otro de la llamada Línea Verde. Para los palestinos, los detenidos son presos políticos, incluso si han usado la violencia contra Israel. Para Tel Aviv, con delincuentes o terroristas, según el delito.

El hecho de que Barghouti impulse la protesta hace prever que pueda ser más firme y duradera que las iniciadas por presos individuales y luego secundadas por otros. Aunque es un líder de Fatah (se alzó con el mayor número de votos para el Consejo Central en el último congreso), también se han sumado a la protesta masiva otras facciones, como el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) y los islamistas Hamás y Yihad Islámica.

El primer ministro palestino, Rami Hamdala, ha mostrado su apoyo a la huelga por "las necesidades y derechos básicos de los prisioneros".

¿HABRÁ ALIMENTACIÓN FORZOSA?

El portavoz de la Comisión de Asuntos de los Prisioneros y Exprisioneros de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Akram Atalah Alayasa, ha asegurado que los funcionarios israelíes han comenzado a aislar a quienes participan en la huelga.

El Ministerio de Sanidad Pública de Israel se ha coordinado con la Policía y el Servicio de Prisiones para preparar la asistencia "ante cualquier escenario". Su titular, Guilad Erdán, ha ordenado el establecimiento de hospitales militares para que los presos no sean transferidos a centros públicos, donde los doctores se han negado en el pasado a alimentarlos a la fuerza, pese a la decisión del Tribunal Supremo, que lo consideró constitucional.

Esta polémica medida fue aplicada por primera vez en 2016 al periodista palestino Mohamed al Qeiq, tras casi dos meses en huelga de hambre en protesta por su detención administrativa, en virtud de la ley de alimentación forzosa aprobada en 2015 por el Parlamento israelí (Knesset).

LO QUE DICE AMNISTÍA INTERNACIONAL

Amnistía Internacional (AI) ha pedido a Israel el fin de lo que considera una política "ilícita y cruel" con los prisiones palestinos. "Según el derecho internacional humanitario, los detenidos de los territorios ocupados deben permanecer en el territorio ocupado y no en el territorio de la potencia ocupante", denunció la organización internacional a través de testimonios de familiares en un comunicado.

La directora regional adjunta para Oriente Medio y Norte de África, Magdalena Mughrabi, dijo que trasladar a los presos palestinos a centros en Israel es una "violación flagrante de la Cuarta Convención de Ginebra".

Mughrabi añadió que las autoridades israelíes "deben dejar de imponer restricciones excesivas a los derechos de visita como medio para castigar a los presos y sus familias y asegurar que las condiciones cumplan plenamente con las normas internacionales".

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