La ciencia marcha en España para reclamar financiación y acercarse a la sociedad

La ciencia marcha en España para reclamar financiación y acercarse a la sociedad

Madrid, Barcelona, Sevilla, Granada, Valladolid y Girona acogen marchas y actos para reivindicar una apuesta decidida por el I+D y la evidencia científica.

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Este sábado, la ciencia española se va de Marcha, con poco que celebrar y mucho que reivindicar. Madrid, Barcelona, Sevilla, Valladolid, Granada o Girona son las ciudades españolas que se han sumado a la idea estadounidense de la Marcha por la Ciencia, que se ha convertido en un fenómeno global y se replicará en más de 500 ciudades de todo el mundo, coincidiendo con el Día de la Tierra.

En Estados Unidos, la marcha comenzará a las 14 (hora local) al norte del Monumento a Washington, en la capital. El objetivo prioritario es protestar contra las políticas y los nombramientos de Donald Trump, pero también, según los convocantes, que la Marcha sea "un paso decisivo para asegurar un futuro en el que la plenitud del conocimiento científico beneficie a todas las personas y donde todos tengan el poder de hacer nuevas preguntas científicas".

En Madrid, la Marcha comenzará a las 12 frente al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y recorrerá la capital para acabar frente al Ministerio de Hacienda. En Barcelona no se celebrará una marcha como tal, sino una serie de actos culturales y festivos en el corazón del Parc de Recerca Biomédica. En Sevilla la manifestación comenzará a las 12 en la Casa de la Ciencia. Granada y Valladolid madrugarán un poco más, con sendas concentraciones en la Plaza del Triunfo y en la Plaza de la Universidad.

Que la evidencia científica se sitúe en el centro de las políticas públicas, que la comunidad científica pueda seguir trabajando sin ataduras por el bien común y que los niños reciban una educación científica de calidad. Ese es el espíritu de la marcha original, que en España adopta matices particulares dada la situación de maltrato presupuestario y olvido político en la que se encuentra la ciencia.

"El daño hasta ahora infringido a la estructura científica en España requerirá décadas para su recuperación, por lo que es urgente un drástico cambio de rumbo que debe ser el resultado del esfuerzo colectivo de toda la sociedad, con los científicos al frente", dice el Manifiesto por la Ciencia impulsado por la Confederación de Sociedades Científicas Españolas (COSCE), con motivo de la Marcha de este sábado. En ese documento se repasan algunas de las cifras que explican el cabreo de la investigación en España y que reclaman de los políticos una apuesta más decidida por el cumplimiento del Pacto por la Ciencia, firmado en 2013.

"Reclamos la planificación plurianual para recuperar a lo largo de la legislatura los niveles de inversión pública en ciencia del 2009", que se han visto reducidos en más de un 30%. Además, los convocantes exigen "la eliminación de los límites a la tasa de reposición de empleo público (...) para recuperar talento emigrado" y el compromiso para "el cumplimiento de los Planes Nacional de I+D", el último de los cuales debía entrar en vigor en enero y sigue sin haberse aprobado.

Al Manifiesto impulsado por la COSCE se han adherido alrededor de 150 organizaciones, que apoyan las movilizaciones de este sábado y participarán en ellas de una u otra manera. Ese texto se ha convertido en la columna vertebral de la Marcha por la Ciencia en España, aunque la idea comenzó en nuestro país sin el concurso de organizaciones que ahora la apoyan y sólo con la ilusión de unas cuantas personas que creyeron que era buena idea salir a la calle para mostrar la ciencia a la sociedad.

Javier Jiménez, portavoz de la Marcha por la Ciencia en España, no es científico pero forma parte de "los pioneros". "Nuestra idea desde el principio fue celebrar una Marcha que se convirtiera en un movimientos social", explica a El Huffington Post. Jiménez, periodista de profesión, apunta que el objetivo "no es hacer una marcha de científicos, cerrada sobre la propia investigación, sino una marcha de la gente, de la sociedad, de todas aquellas personas que estamos interesados en la ciencia y que la echamos de menos en las políticas públicas".

Sólo con esa transversalidad, llevando las reivindicaciones más allá de las batas blancas, cree que puede hacerse frente a "los movimientos anticiencia que se están plasmando en Estados Unidos, pero que también están creciendo en otros países y que van muy en serio". A su juicio, la situación de la ciencia en España es la historia "de un despropósito tras otro" y admite que ni siquiera él era consciente de la situación hasta que se puso manos a la obra en la organización de la Marcha de este sábado.

En Barcelona, los comienzos de la Marcha por la Ciencia también fueron modestos en cuanto a impulso y apoyos. Yoran Beldengrün, miembro de una asociación de científicos jóvenes, está entre quienes buscaron la manera de llevar a la Ciudad Condal el espíritu que alienta la Marcha en Estados Unidos. "Éramos muy pocos", reconoce, "y aunque queríamos incluir a cuanta más gente mejor, no teníamos la fuerza suficiente para hacer una marcha como la que nos habíamos planteado en un primer momento". Tampoco han redactado un manifiesto, aunque comparten el diagnóstico que refleja el de la COSCE: "Somos un grupo pequeño y no tenemos representatividad para hablar de la situación de la ciencia en toda España", afirma, honesto.

Por eso, lo que ha salido de sus manos es un programa de actos pensados para la participación familiar, con talleres, charlas y actividades para niños. Una jornada festiva, "parece que el tiempo nos acompañará", para celebrar el Día de la Tierra y conseguir que la ciencia se acerque a la sociedad de una manera divertida y constructiva.