Trump desmiente a la Casa Blanca acerca de la destitución del director del FBI

Trump desmiente a la Casa Blanca acerca de la destitución del director del FBI

El presidente ha revelado que iba a despedirle antes de que se lo recomendaran.

REUTERS

El presidente de EEUU, Donald Trump, ha contradicho la versión que había dado la Casa Blanca sobre el despido del exdirector del FBI, James Comey. Mientras, el jefe interino de esa agencia, Andrew McCabe, ha desmentido que hubiera perdido la confianza de sus agentes, como sostiene el Gobierno.

El relato sobre la destitución fulminante de Comey se ha llenado de contradicciones después de que el propio magnate afirmara en una entrevista con la cadena NBC que ya había decidido sobre el futuro del exdirector del FBI antes de recibir recomendación alguna del Departamento de Justicia.

Sin embargo, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, había asegurado el mismo día del cese que el multimillonario había dado ese paso siguiendo el consejo del fiscal general, Jeff Sessions, y las indicaciones de un memorando elaborado por su 'número dos', Rod Rosenstein.

"Iba a despedir a Comey independientemente de la recomendación", ha revelado ahora el presidente. "Iba a despedirlo, pero no hay un buen momento para hacerlo, por cierto", ha añadido.

Trump ha subrayado de nuevo que el FBI "era un descontrol" desde hace casi un año, en la línea que había planteado estos días sobre la falta de confianza hacia Comey en el seno de su propia agencia.

EL SUSTITUTO TEMPORAL DE COMEY DESMIENTE A TRUMP

Sin embargo, en una audiencia pública ante el Comité de Inteligencia del Senado, el director en funciones del FBI, Andrew McCabe, ha desmentido esta afirmación de manera rotunda. "El director Comey gozó de un amplio apoyo dentro del FBI y aún lo hace hasta el día de hoy", ha asegurado.

McCabe ha agregado que trabajar con Comey ha sido "el mayor privilegio" de su carrera profesional. "Puedo decirles con seguridad que la gran mayoría de los empleados del FBI disfrutaron de una conexión profunda y positiva con el director", ha aseverado.

El director en funciones ha rechazado la descripción de "pequeña pesquisa" que ha hecho la Casa Blanca de la investigación sobre la presunta injerencia rusa en la victoria electoral de Trump. McCabe considera los hallazgos como "altamente significativos".

"HASTA EL MOMENTO", NO HA HABIDO INJERENCIA EN LA INVESTIGACIÓN

Los demócratas insisten en que la decisión de Trump de despedir a Comey tiene que ver con que esas investigaciones estaban cada vez más cerca de comprometer su presidencia, por lo que han insistido en que se nombre a un fiscal especial independiente para continuar con el caso.

McCabe ha asegurado que, "hasta el momento", la investigación no ha sufrido interferencias por parte de la Casa Blanca, pero se ha comprometido a informar en caso de que así sea. El director interino ha reiterado que "nada" detendrá la investigación y que no informará a la Casa Blanca sobre sus avances.

Respecto a las informaciones que apuntaron esta semana que Comey había solicitado más recursos para la investigación sobre Rusia, McCabe cree "firmemente" en que la investigación está "financiada adecuadamente" y no tiene constancia de que se solicitaran dichos fondos.

¿DIJO COMEY A TRUMP QUE NO ESTABA SIENDO INVESTIGADO?

El presidente del Comité demócrata ha preguntado a McCabe si había oído alguna vez a Comey decir a Trump que él no era objeto de investigación. El funcionario ha dicho no poder revelar dicha información.

En extractos adelantados de la entrevista con la NBC, que se emitirá por completo este viernes, Trump comenta que Comey le dijo hasta en tres ocasiones, una en persona y dos por teléfono, que él no estaba bajo investigación en el marco de las pesquisas sobre Rusia en los comicios del pasado noviembre.

El mandatario afirma también que nunca intentó presionar a Comey para que abandonara la investigación e insiste en que quiere averiguar "si hubo un problema en las elecciones" que tenga que ver con Rusia porque, asegura, su campaña no se coordinó con Moscú.

El Comité de Inteligencia del Senado, al igual que el FBI, está investigando la intromisión del Kremlin en los comicios presidenciales de 2016. Altos cargos del Gobierno de Trump han dimitido después de conocerse encuentros que mantuvieron con altos oficiales rusos.

Y mientras se siguen analizando los motivos de la polémica decisión de Trump, surge una nueva polémica, esta vez en el seno de la Casa Blanca. Horas después de haber fulminado la carrera del director del FBI, Trump se dejó fotografiar en el Despacho Oval con el ministro de exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, y el embajador de ese país en Washington, Sergei Kislyak. El problema ha sido quién es el autor de dicha imagen: un fotógrafo del gobierno ruso. El responsable de la fotografía puede haber creado una crisis de seguridad en la Casa Blanca, ya que se permitió entrar en la principal sala de reuniones del edificio presidencial a empleados del Kremlin.

A esto hay que añadirle que la Casa Blanca había vetado a los medios estadounidenses en la reunión de Trump con el ministro de exteriores de Vladímir Putin y que Kislyak es la persona que está detrás de la caída del general y ex asesor de seguridad de Trump, Michael Flynn, por mentir sobre sus reuniones con él, así como del fiscal general Jeff Sessions, que ocultó haberle recibido dos veces en el Senado y que se vio forzado a apartarse de la investigación de la trama rusa en el Departamento de Justicia.

¿Y qué ha dicho la Casa Blanca a todo esto? Se ha defendido alegando que el equipo ruso atravesó los mismos controles de seguridad que cualquier otro periodista que entra en el recinto presidencial. Fuentes anónimas, según informa el diario El País, han declarado también a varios medios que la Administración Trump fue "engañada" porque desconocían que el fotógrafo ruso "también enviaría las imágenes a la agencia de noticias estatal".

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