¿Susana, Pedro o Patxi?

¿Susana, Pedro o Patxi?

Los 187.949 militantes del PSOE eligen a su nuevo líder este domingo

Susana Díaz, Patxi López y Pedro SánchezEFE

El 2 de mayo de 1879 se fundaba el PSOE, en torno principalmente a un grupo de tipógrafos. A la cabeza estaba Pablo Iglesias. 138 años después, los socialistas viven otro mes de mayo decisivo para su historia. Este domingo, los 187.949 militantes del partido votarán a su próximo secretario general: Susana Díaz, Pedro Sánchez o Patxi López.

El PSOE llega dividido, fracturado, hundido electoralmente y sin revolver la crisis de identidad de la última década. Y es que este mayo está marcado también por otros mayos anteriores: el de 2010, cuando José Luis Rodríguez Zapatero anunció en el Congreso los mayores recortes de la democracia conocidos hasta ese momento, y el de 2014, cuando Alfredo Pérez Rubalcaba dimitió por los malos resultados en las europeas en plena irrupción de Podemos, cogiendo posteriormente las riendas del partido un desconocido Pedro Sánchez.

Los socialistas han vivido desde entonces una tormenta perfecta azuzada por la crisis de la socialdemocracia europea, los efectos de la crisis económica, la aparición de los nuevos partidos y, especialmente, una lucha cainita por el eterno debate del liderazgo no resuelto.

Además, los militantes del PSOE van a a las urnas este domingo todavía dolidos por la abstención en la investidura de Mariano Rajoy y sin curar las heridas del doloroso Comité Federal del 1 de octubre, donde se traspasaron muchas líneas personales y donde lloraron y se insultaron frente a frente. Un episodio vergonzoso, según reconoce la mayoría de dirigentes, que toda España siguió en directo por la televisión.

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LA ÚLTIMA OPORTUNIDAD

La sensación que se extiende en la familia socialista es que esta elección del nuevo secretario general es casi la última oportunidad para seguir siendo un partido que aspira a gobernar, frente a un resistente PP tocado por la corrupción y un Podemos persistente en lograr la hegemonía de la izquierda.

El despacho de la cuarta planta de Ferraz se lo disputan principalmente Susana Díaz y Pedro Sánchez, con un Patxi López relegado en una tercera posición muy alejada, a tenor de los avales conseguidos. Dos modelos de partido, dos visiones, dos almas enfrentadas. La presidenta de la Junta representa un PSOE más ortodoxo, con cultura de partido, de experiencia ganadora en las comunidades del sur, mientras que Sánchez ha enarbolado la bandera antiestablishment y de la recuperación del flanco más izquierdista. El exlehendakari asiste a esta batalla gritando que es la opción más sensata y capaz de lograr la unidad, pero no consigue hacer calar este mensaje.

Es una batalla política tintada por odios y amores políticos durante los últimos años en el socialismo español. Los dos enemigos principales que se enfrentan hoy, fueron cómplices apenas hace tres años, cuando Díaz brindó el apoyo de la todopoderosa federación andaluz para que Sánchez venciera en las anteriores primarias ante Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias.

¿Y por qué ahora esa enemistad de fuego? Nunca hubo química, según fuentes cercanas a los dos candidatos. Era una alianza artificial. Los partidarios de Sánchez confiesan en privado que la andaluza nunca apoyó verdaderamente al madrileño durante la Secretaría General, que siempre anheló el despacho de la cuarta planta pero que midió maquiavélicamente los tiempos. Los 'susanistas', en cambio, dibujan a un Sánchez preocupado exclusivamente por su imagen, dominado por la ambición e incapaz de escuchar a los barones territoriales.

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EL RENACIMIENTO DE SÁNCHEZ

Pero si algo ha marcado esta carrera por las primarias es la capacidad de resistencia de Sánchez, su reinvención y su renacimiento. Cuando salió el 1 de octubre en coche de Ferraz, era un hombre al que todos daban por muerto. Pedro, el breve. Más enterrado parecía cuando renunció a su acta de diputado para no tener que pasar el trance de la abstención. Pero, tras meses de sufrimiento y horrorosos dolores de cabeza, decidió volver al ruedo público. Y había agua en la piscina. Se quedó apenas a 6.000 avales de Díaz, logrando la abultada cifra de 53.692. Díaz obtuvo 60.231 y López se quedó en el límite, con 10.866.

La votación de este domingo es el colofón de una campaña de quince días, que realmente empezó cuando López anunció su candidatura a mediados de enero. Unos meses que nos dejan un Sánchez venido arriba, una Díaz con el control del aparato y un López que no ha sabido encontrar su espacio. Y un partido encendido: de los insultos de "mafiosos" del alcalde de Calasparra (Murcia) a los miembros de la gestora a las grabaciones de Miguel Ángel Heredia contra la "hijaputa" de Margarita Robles. Una lucha de los susanistas contra la "posverdad" de Sánchez y de los 'pedristas' contra el partido el pasado que representa, a su juicio, la andaluza.

Una historia también de polarizacion. Díaz tiene detrás a los pesos pesados (Felipe González, José Luis Rodríguez Zapatero, Alfonso Guerra, José Bono, José Blanco, Elena Valenciano) y los principales barones (Ximo Puig, Javier Fernández, Emiliano García-Page, Guillermo Fernández Vara y Javier Lambán). Sánchez ha conquistado a los diputados del 'no' (Susana Sumelzo, Odón Elorza, Zaida Cantera, Margarita Robles) y algunos referentes como Josep Borrell y Cristina Narbona. López, en cambio, se ha quedado con algunos de los colaboradores de Sánchez como Óscar López, César Luena y Rodolfo Ares.

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EL FANTASMA DEL DÍA DESPUÉS

Y una preocupación que obsesiona a todos: el día después. ¿Cómo se puede integrar a todos los sectores? ¿Se puede producir una escisión? Las partes reniegan en público de esta posibilidad, pero el fantasma está ahí. El nuevo líder del partido se tendrá que poner a buscar la unión desde el minuto uno si no quiere que el PSOE de desvanezca como un azucarillo. Tendrá menos de un mes hasta la celebración del congreso ordinario, previsto para los días 17 y 18 de junio. Allí los cerca de mil delegados votarán las enmiendas a los estatutos y la nueva dirección del partido.

Pero antes este domingo se pronunciarán los 187.949 militantes. Lo harán en 2.907 centros de votación en España, 6 en Europa y 11 en América. La jornada comenzará a las diez de la mañana y se cerrarán las urnas a las ocho de la tarde (una hora más tarde en Canarias y América). El futuro del PSOE se depositará en 2.500 urnas y se han imprimido 1.100.000 papeletas (300.000 por candidato y 200.000 para voto en blanco). A partir de las 9 de la noche empezarán a desvelarse datos en la web del PSOE y se espera que el resultado final se sepa sobre las once y media de la noche.

Se prevé una alta participación después de la impresionante movilización en el primer corte de los avales, donde votó el 66,3% del censo. Además, este interés se demuestra, según la Gestora del PSOE, en que el debate del pasado lunes fue seguido en redes sociales e Internet por cinco millones de personas y por dos millones en los canales de televisión.

El PSOE se enfrenta este día a otra histórica decisión en mayo. La pregunta es tan sencilla, como complicada su respuesta: ¿Susana, Pedro o Patxi?