Cinco cosas que todo el mundo experimenta después del sexo, según la ciencia

Cinco cosas que todo el mundo experimenta después del sexo, según la ciencia

Alabados sean los científicos.

La mayoría de la actividad mental dedicada al sexo se centra en los preliminares y el durante, más que en lo que ocurre después. Pero, como los científicos están en todo, se han puesto a investigar lo bueno, lo malo y lo feo de las relaciones post-coitales.

Aquí está toda la verdad sobre lo que se puede esperar después de mantener relaciones sexuales (aparte de esa incómoda visita exprés al baño):

Quizá te preguntas por qué un minuto después de acabar ya le estás contando a tu ligue aquella vez que te hiciste pis encima después de beber unos cuantos vodkas de más allá por 2007.

Según la ciencia, si nos convertimos en maestros de la diarrea verbal tras el sexo, no es nuestra culpa. Ese afán por compartirlo todo que ocurre después del orgasmo es la forma en que nuestro cerebro trata de fomentar la intimidad.

Sí, nos gusta hacer la cucharilla, pero a veces surge esa inevitable sensación de que acabar todo con un abrazo puede ser malinterpretado (pese a que un minuto antes la otra persona haya estado —literalmente— dentro de ti).

La ciencia explica que esto se debe a que las mujeres necesitan cercanía después del orgasmo, mientras que los hombres quieren crear espacio con su pareja. En resumen: ese abrazo acaba convirtiéndose en el momento más raro de la noche.

Quizá tú no te percatas, pero cualquiera que se cruce contigo en las 48 horas siguientes al coito notará esa especie de petulancia que irradias.

La ciencia ha confirmado que hasta dos días después del sexo, las nuevas parejas tienen un brillo especial que crea un vínculo entre ellos y funciona en aras de la evolución. Pero eso sólo favorece a la pareja; al resto de la oficina le molesta bastante.

Según la ciencia, los revolcones entre las sábanas restauran el declive asociado a la edad en nuestra materia gris. Se crean nuevas neuronas en el cerebro, se mejora la función cognitiva y, básicamente, contribuye a pensar con más claridad.

*Dicho esto, vuelvo a descargarme Tinder*

A pesar de disfrutar de ese brillo resplandeciente 48 horas después del sexo, también hay varios estudios que sugieren que, unos minutos después de acabar, es frecuente que la pareja experimente una sensación de melancolía y depresión.

Aunque lo de llorar después del sexo no suele verse como una experiencia satisfactoria, los investigadores afirman que el 46% de las mujeres sufren disforia post-coital (PCD). Por otro lado, un estudio de 2017 mostró que también hay hombres con PCD que se sienten doloridos e irritables.

Así que, si te pones un pelín borde tras el orgasmo, tranquilo, no estás solo.

Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Reino Unido y ha sido traducido del inglés por Marina Velasco Serrano

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