Los 80: mallas, purpurina y libertad

Los 80: mallas, purpurina y libertad

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Cada cierto tiempo se convierte en letanía de los modernos: regresan los 80. Es verdad que la estética exagerada y transgresora de esos trascendentales años amenaza siempre con volver. Y parece que, definitivamente, este año sí que lo hará. Vuelven los hombros marcados, los bañadores de tiro alto y gran escote, el pelo rizado y con volumen... Pero también las series inspiradas en esos años, como Glow(Netflix), la historia de un grupo de mujeres de distintas procedencias y clases sociales que en 1986 protagonizaron uno de los programas de televisión más rebeldes de los Estados Unidos de aquella época.

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Esas chicas, cada noche se enfundaban en mallas de grandes escotes, cardaban sus melenas y se maquillaban en exceso para hacer de ese programa su modo de proclamar: 'Aquí estoy yo'. Es un hecho indudable. La manera de vestir, de maquillarse o de moverse sobre un escenario eran el reflejo de lo que estaba pasando en la sociedad.

ELLAS, PROTAGONISTAS DE TODA UNA MOVIDA

En todo el torbellino social que supuso la década de los 80 en el mundo —las conquistas sociales de los grupos minoritarios, los grandes avances tecnológicos, las nuevas guerras, la conquista espacial...—, las mujeres fueron las grandes impulsoras del movimiento.

Ellas rompieron las barreras, en todos los sentidos y conquistaron numerosos derechos. Seguramente uno de los ejemplos más ilustrativos, a nivel mundial, fue Madonna. Canciones como Like a virgin, Material girl, Like a prayer o Express yourself fueron número uno en medio mundo, algo que nunca había logrado una mujer. Además, los estilismos de la cantante de origen italiano —los mitones, las medias de rejilla y las minifaldas ceñidas— y sus provocativos bailes y gestos fueron imitados por miles de jóvenes de todo el mundo.

En este contexto global también situaremos a las protagonistas de Glow. Ellas dieron la vuelta al mundo con su espectáculo 'de hombres', mostrándose descaradas y fuertes, y probaron 'cosas' que hasta ese momento eran de chicos. Cada golpe o patada, cada grito de guerra y cada aplauso eran considerados un desafío por los conservadores y una victoria para los progresistas.

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Netflix ha decidido llevar a la pequeña pantalla la historia de esas mujeres que, enfundadas en mallas, con sus melenas salvajes y los míticos calentadores de colores se subían al rin con el deseo de llegar a ser consideradas heroínas. Glow, que se estrenó en bloque el pasado 23 de junio, nos vuelve entonces a trasladar a una época a la que los más nostálgicos aún siguen rindiendo culto.

MUCHA MOVIDA CULTURAL

Los 80, además, fueron años muy prolíficos desde el punto de vista artístico en todo el mundo. Las grandes estrellas de la música de los 80 nunca desaparecerán. Entonces surgieron bandas míticas como Aerosmith, Duran Duran o Guns N' Roses, y cantantes legendarios como Cyndi Lauper y Michael Jackson. Su música llenaba las emisoras de radio y las tiendas de música con sus discos en formato cassette o vinilo.

En el cine, durante todos esos años hubo espacio para comedias románticas como Dirty Dancing o Cuando Harry encontró a Sally, al tiempo que clásicos de la ciencia ficción como la saga de Star Wars o Blade Runner cambiaban el universo cinematográfico para siempre.

En España, el cine, la música, la moda... eran un fiel reflejo de lo que ocurría a nivel social. Eran los años de La Movida, sobre todo en Madrid, abanderada, entre otros, por una mujer: Alaska. Su estética gótica y sus reivindicativas canciones —"¿A quién le importa lo que yo hada? ¿A quién le importa lo que yo diga?"— han sido durante años símbolo de algunos de los movimientos sociales más importantes de nuestro país..

Pronto este movimiento social y cultural se extendió a otras ciudades, como Vigo, Barcelona o Zaragoza. Grupos como Nacha Pop, Alaska y Pegamoides, McNamara, Mecano, Siniestro Total, Los Nikis o Radio Futura terminaron convirtiéndose en grupos de culto con el paso de los años.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Mila Fernández es editora de branded content y redactora de LIFE en 'El HuffPost'. Convertir a los lectores en seguidores fieles de nuestras marcas es su objetivo. Antes fue redactora de viajes, estilo de vida y entrevistadora en varias publicaciones femeninas y de viajes. Además, ha sido locutora y presentadora y esa espinita se la saca conduciendo nuestro podcast 'Tarjeta Morada'.