"Tú parir, yo legislar"

"Tú parir, yo legislar"

EFE

Así, al más puro estilo Tarzán, se ha arrancado esta semana el portavoz de Ciudadanos en el Congreso, Juan Carlos Girauta, respondiendo a en Twitter a una mujer que le señala que su cuerpo (el de él) no puede abortar ni gestar. "No señora. El mío legisla." fue su contundente y escalofriante respuesta. No sabemos si mientras escribía estas palabras el señor Girauta también llevaba puesto un taparrabos y se daba golpes en el pecho al grito de ¡Yabba-Dabba Do!, lo que sí suponemos es que ese día se fue muy tranquilo a dormir habiendo demostrado públicamente su hombría y dejado bien clarito quién manda aquí: hombre blanco sobre mujer salvaje. Sólo le faltó utilizar el infinitivo del verbo para enunciar semejante locución, como si las mujeres fuésemos una raza exótica, que no entiende el lenguaje hablado y a la que hay que domesticar.

Al hilo de este debate, el de lo que las mujeres deben hacer con su cuerpo, salió en su defensa su compañero de partido, Felix Álvarez. La manada haciendo piña una vez más. En este caso no eran 300, eran sólo dos, pero muy bien avenidos. El diputado cántabro, también conocido como Felisuco, hizo gala de su faceta humorística añadiendo "Ya sabes... ¡¡Nosotras parimos, nosotras decidi... ay, qué no!!" Plas, plas, plas, Felisuco. De verdad, qué sentido del humor y qué elegancia la tuya. Por curiosidad, ¿también llevabas puesta la peluca de rizos y el delantal de flores con el que soléis interpretar los papeles de mujer? Habría estado genial veros a los dos ataviados, uno con el taparrabos y el otro rodillo en mano.

Por curiosidad, ¿también llevabas puesta la peluca de rizos y el delantal de flores con el que soléis interpretar los papeles de mujer?"

Al parecer, todo este festival del humor, digo hilo de tuits, vino provocado por una declaración del portavoz en la que hacía referencia al uso del cuerpo femenino, por parte de otros, de forma "desinteresada". "O sea que tu cuerpo es tuyo para abortar, pero no para gestar desinteresadamente el hijo de otros". Acabáramos. Con el altruismo hemos topao. Esta es sin duda la piedra angular sobre la que se sustenta Ciudadanos como si fuésemos todas bobas. O salvajes. O exóticas. Lo mismo da. Ciudadanos ha abierto una de las cajas de pandora de la condición femenina: la generosidad. El concepto maternal por excelencia. La entrega sin límite a los demás. La capacidad de dar sin pedir nada a cambio. "Cariño, cógeme el bajo de este pantalón, hazme la cena, dame un masajito o géstame un niño... Venga cari, a ti qué más te da, si sólo son nueve meses de embarazo". Ay de nosotras si se nos ocurre negarnos: pasamos de ser santas madonas a brujas egoístas en un milisegundo, porque según dicen, negamos "la posibilidad de ser padres a personas que biológicamente no pueden". Aquí nadie se cuestiona lo que los compradores hacen o no a las mujeres sino lo que ellas hacen a quienes desean tener hijos y no pueden. La mujer es mala, el hombre poderoso. No se puede caer en más clichés.

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El tuit de Girauta es toda una declaración de intenciones que resume a la perfección de qué va todo este asunto: de hombres poderosos blancos que deciden sobre el cuerpo de las mujeres pobres racializadas. Analizando los casos de aquellos países donde la gestación altruista ya es legal podemos comprobar que sólo sirve para abrir la puerta al mercado de mujeres en otros países del mundo. En lugares como Ucrania, California o Reino Unido, los compradores no encuentran donantes y recurren al comercio internacional. En el caso del Reino Unido la maternidad subrogada altruista es legal desde 1985 y curiosamente es el país con mayor índice europeo de gestaciones contratadas en el extranjero. Otra de las "ventajas" de la legalización altruista es que puedes acudir al mercado reproductivo internacional con la seguridad de que cuando vuelvas a España podrás registrar sin problema a ese menor ya que la práctica está permitida. Conclusión: legalizar el altruismo en los países ricos favorece el mercado en los países pobres.

Ciudadanos asegura que sólo quiere "regular una realidad". ¿Cuántos casos de este tipo se darían en España a lo largo de un año? ¿10? ¿15 como máximo? ¿Y si esa realidad es éticamente cuestionable? ¿Y si perjudica a las mujeres que viven en otro lugar? Les da exactamente igual. Su argumento se basa en velar por quienes deciden hacerlo por propia voluntad, pero a las únicas personas a las que beneficia es a quienes alquilan el cuerpo de las mujeres. Según su propuesta, que el mismo Félix Álvarez comparte, Ciudadanos se va a preocupar de que la mujer gestante posea unas determinadas características físicas y psicológicas, cumpla unos requisitos de edad y haya probado con antelación que es capaz de embarazarse... ¿Dónde están los derechos del bebé, que también es una persona? ¿O los de la propia madre gestante? ¿Qué ocurre si en mitad del proceso se arrepiente y quiere rescindir el contrato? ¿Qué pasa con los derechos de las mujeres a cuyo cuerpo se acudirá en otros países cuando aquí no encuentren a esas desinteresadas gestantes?... Para todas esas cuestiones parece que ni el propio Rivera tiene respuesta.

¿Dónde están los derechos del bebé, que también es una persona? ¿O los de la propia madre gestante? "

Lo de "mi cuerpo legisla" es una frase digna de pasar a la posteridad. Le agradecemos al señor Girauta su sinceridad y haber sabido resumir tan bien (en tan sólo 22 caracteres) la postura política de su partido. Con ella ha dejado claro que lo que menos le preocupa a Ciudadanos son las cuestiones sociales y ha despejado las dudas de quienes todavía creían en las bondades de la explotación comercial del cuerpo de las mujeres. Por supuesto también ha servido para reforzar aún más a quienes nos oponemos firmemente a esa práctica, no porque queramos decidir sobre el cuerpo de otras mujeres sino porque es nuestro derecho y nuestro deber opinar como ciudadanas sobre la legislación. Por mucho que al señor Giaruta le guste pensar que es él quien hace o deshace las leyes, tendrá que contar con nuestra voz.