Hallan muerto a Miguel Blesa en una finca de Córdoba

Hallan muerto a Miguel Blesa en una finca de Córdoba

Según las primeras informaciones, todo indica que ha sido un suicidio con arma de fuego.

El cadáver del expresidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, ha sido encontrado en una finca de Villanueva del Rey, en Córdoba.

Ha aparecido muerto con un disparo en el pecho en lo que parece un suicidio, según han informado a Efe fuentes de la investigación. El Independiente, por su parte, recoge las declaraciones de una fuente que alimenta esa tesis: "Blesa le preguntó al gestor que si tenía el teléfono de su mujer por si por cualquier causa la tenía que llamar. ¿Por qué quería asegurarse que esa persona tenía el móvil de su esposa? Indudablemente porque venía con una idea".

La familia, sin embargo, asegura que el disparo ha sido accidental: "Fue al coche a por algo y al mover un rifle para coger otra cosa, el rifle estaba cargado y ha tenido la mala suerte de que se le ha disparado", le han contado sus allegados a El Confidencial.

La Cadena Ser informa de que Blesa frecuentaba esa finca para cazar. Según los primeros testimonios de los amigos que lo acompañaban, el expresidente de Caja Madrid les dijo esta mañana que iba a mover el coche que tenía aparcado en la finca y un rato después descubrieron su cadáver.

NO SE ENCONTRABA DESANIMADO

Fuentes de su entorno han informado de que Blesa no se encontraba desanimado ni deprimido los últimos días, aunque estaba preocupado por el devenir de la batalla judicial que afrontaba desde hace años.

Las mismas fuentes destacan que el fallecimiento de Blesa se ha producido en un momento que no era el peor para el exbanquero, ya que albergaba "serias esperanzas de que el Tribunal Supremo le diera la razón en el caso de las tarjetas black, tras recurrir la pena de prisión de seis años que le impuso la Audiencia Nacional".

Las expectativas de Miguel Blesa sobre un desenlace judicial favorable se sustentaban en otros casos precedentes, como el del crédito de Caja Madrid al expresidente de CEOE Gerardo Díaz-Ferran o el de la compra del Banco de Miami, que fueron sobreseídos.

En cuanto a la comercialización indiscriminada de participaciones preferentes, un producto solo apto para inversores especializados, a través de la red comercial de la caja, los abogados del exbanquero estaban convencidos de que se iba a cerrar también sin consecuencias.

Uno de los momentos más duros desde el punto de vista de su imagen, reconocen, fue cuando el fiscal tildó de "depredadores" a los exconsejeros de la caja que se beneficiaron de las tarjetas black, calificativo que le dolió especialmente.

"Pero en los momentos más duros jamás se le vio abatido, y curiosamente este no era el peor momento por el que estaba pasando, de hecho, era el más tranquilo", indican las fuentes, que piden cautela a la hora de especular con las circunstancias de la muerte del exbanquero, algo que, según recalcan, tendrá que determinar el juez.

CONDENADO A SEIS AÑOS DE CÁRCEL

Blesa, que iba a cumplir 70 años el próximo 8 de agosto, fue condenado por la Audiencia Nacional a seis años de cárcel por el uso indebido de tarjetas black y gastar fraudulentamente 436.688 euros mientras fue presidente de la entidad entre 1996 y 2009.

Junto a él fueron condenados los otros 64 usuarios de estas visas, entre ellos su sucesor al frente de la entidad, Rodrigo Rato, que como él recurrió en abril la sentencia ante el Tribunal Supremo y, por tanto, no llegó a ingresar en prisión.

Sí lo hizo en 2013 de forma provisional por la compra de un banco en Florida (EEUU) pero tras pagar una fianza de 2,5 millones de euros salió veinticuatro horas después.

En junio de ese año volvió a ser encarcelado, si bien la Audiencia Provincial anuló esta causa y puso en libertad al banquero.

Además, Blesa se enfrentaba a otras dos investigaciones judiciales, una relacionada por su gestión al frente de Caja Madrid y los supuestos sobresueldos que recibió su cúpula y otra por su aparición en los denominados "papeles de Panamá".

LA SENTENCIA DE LAS TARJETAS BLACK

La sentencia relata cómo una vez que Blesa se colocó al frente de la entidad, por su condición de presidente ejecutivo recibió dos tarjetas de crédito, una de empresa para gastos de representación, y otra también corporativa que se atribuyó a sí mismo, " al margen de sus retribuciones convenidas contractualmente, para dedicarla a atenciones netamente personales, en detrimento, con el uso que le dio del caudal de Caja Madrid".

Y él, como presidente, " propició" que a los miembros del Consejo de Administración y a los integrantes de la Comisión de Control, se les facilitase una tarjeta Visa de empresa contra la que disponer sin justificación del gasto, " viabilizando así una percepción dineraria que acrecentaba a la dieta, no obstante constarle que la única autorizada contra el patrimonio de Caja Madrid lo constituía ésta última". En total, gastaron 7.168.264 euros.

Durante el juicio, Blesa aseguró que la tarjeta que empleó en Caja Madrid y repartió a varios de sus consejeros y altos cargos "era de libre disposición" y no era preciso "la justificación de los gastos que se realizaban". "El Banco de España y Hacienda nunca pusieron tacha alguna ni vieron irregularidad durante 23 años", ha concretado.