Uno de los organizadores de la marcha racista de Charlottesville es perseguido por una multitud

Uno de los organizadores de la marcha racista de Charlottesville es perseguido por una multitud

Unas 300 personas sabotearon sus declaraciones a los medios, en las que culpaba a la Policía de los disturbios.

Jason Kessler durante su comparecencia ante los medios, minutos antes de ser perseguido.REUTERS

Uno de los organizadores de la marcha racista de Charlottesville ha sido perseguido durante una conferencia de prensa por unas 300 personas, que lo culpan de los disturbios y de la muerte de una mujer, atropellada por un supremacista de la concentración.

Jason Kessler, habitante de Charlottesville de 34 años, es presidente de Unity and Security for America (Unidad y Seguridad para América), una organización de supremacía blanca que dice defender "la civilización occidental". Se describe como un periodista, activista y escritor, según The Independent.

Su organización está detrás de la marcha Unite the Right (Unamos a la Derecha) en Charlottesville para protestar contra la retirada de la estatua de un general confederado en un parque de la ciudad. El homenajeado fue miembro del ejército que defendía la esclavitud durante la Guerra Civil de EEUU.

En la marcha, los racistas organizadores y un grupo de opositores se han enfrentado y el choque ha terminado con una mujer muerta y varios heridos.

Entre pitos y abucheos, Kessler se ha dirigido a los medios este domingo, un día después de lo ocurrido:

"Hoy comparezco ante vosotros para contaros lo que realmente ocurrió, antes de que se permita que esta historia continúe sin control. ¿El odio que oís alrededor? Es el odio hacia los blancos que ha dado alas a lo que pasó ayer. Lo que pasó ayer fue el resultado de que los policías de Charlottesville se negaran a hacer su trabajo. Me desmarco de cualquier cosa que haya terminado con gente herida. Es un día triste para nuestra democracia constitucional cuando no podemos ejercer libertades civiles como las de la Primera Enmienda (sobre la libertad de expresión). Eso es lo que lleva a que el discurso racional y las ideas se desmoronen y la gente recurra a la violencia".

La conferencia de Kessler terminó con una furiosa multitud de unas 300 personas persiguiendo al supremacista, que huyó bajo la protección de los agentes entre gritos y cánticos de "asesino", "terrorista", "nazi", "vergüenza" y "matón".

"¡Su nombre era Heather, señor!", gritó un hombre a Kessler, en referencia a la víctima de los disturbios, atropellada por un joven racista. "Su nombre era Heather, Jason. Su sangre mancha tus manos... ¿qué tienes que decir en tu defensa?", exclamó otro.

Kessler logró ponerse a salvo en la comisaría gracias a los mismos policías a los que había culpado de la violencia y los disturbios minutos antes.

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