Núria Marín: "Muchas personas en la política local lo están pasando muy mal"

Núria Marín: "Muchas personas en la política local lo están pasando muy mal"

Entrevista a la alcaldesa de Hospitalet, la segunda ciudad más poblada de Cataluña: "Se está traspando la presión a los ayuntamientos y a los ciudadanos".

Núria MarínEFE

Década de los sesenta. L'Hospitalet recibía a miles de inmigrantes de otras zonas de España que buscaban una oportunidad en la próspera e industrializada Cataluña. Con el paso de los años, la localidad vecina de Barcelona iría expandiéndose y se convertiría en la segunda ciudad más poblada de la comunidad.

En aquellos años, Núría Marín (Hospitalet, 1963) disfrutaba jugando con otros niños en la plaza Espanyola y acompañando los sábados a su madre al mercado de Collblanc. Para ir al instituto tuvo que salir de su barrio para acudir al de Bellvitge. Aquello le marcaría para toda su vida, una época en la que fue consciente de que había muchas zonas con necesidades en su ciudad y que le acercó al socialismo.

Hoy ocupa el sillón de alcaldesa en un momento histórico para Cataluña. Ya ha mostrado su rechazo al referéndum del 1-O y su ayuntamiento no colaborará con la Generalitat. Se muestra muy preocupada y presume de decir siempre la verdad. En la Diada le espetó al president, Carles Puigdemont, "a ver si dejáis tranquilos a los alcaldes" y también ha conversado por teléfono con Mariano Rajoy en estos trémulos momentos. Personalmente dice que no ha sentido la presión por la calle y que sus vecinos la apoyan, pero denuncia que muchos de sus compañeros en ciudades medianas y pequeñas lo están pasando muy mal.

Y alerta la política del PSC de que la crispación entre los ciudadanos está aumentando, aunque espera que todo se reconduzca a la normalidad. "El día 2 el sol saldrá", contesta, pero repite que no tiene ni idea de qué sucederá el 1.

¿Cómo está viviendo estos días? ¿Qué sensaciones tiene?

Con mucha preocupación porque realmente es un problema que lleva demasiado tiempo encima de la mesa y nadie ha puesto ningún tipo de solución para que Cataluña pueda seguir avanzando como una tierra en la que todo el mundo que llega puede tener oportunidades. Estamos viviendo los últimos coletazos antes del 1-O, una fecha emblemática para los independentistas y en la que se está poniendo en el centro a las alcaldías, a los ayuntamientos y a los ciudadanos que viven con mucha preocupación lo que ocurre.

En la entrega floral en la Diada le dijo a Carles Puigdemont "a ver si dejáis tranquilos a los alcaldes". ¿En qué situación ha dejado el president a los regidores? ¿Los está utilizando?

Todo empezó en el momento en el que se aprobó la ley del referéndum. En los primeros minutos de vida, se nos comunicó por escrito a los alcaldes si estábamos dispuestos a ceder o no locales. A partir de esta carta, se hizo públicamente por parte del president en un acto una llamada a los ciudadanos para que interpelaran directamente a los alcaldes. Esto ha generado mucha presión al mundo local. Hay muchas personas que se dedican a la política local que realmente lo están pasando muy mal, hay presión en la calle, política, personal y familiar.

¿Se siente presionada en su vida personal? ¿Ha recibido amenazas?

No. Cuando hablo de presiones, lo hago pensando en compañeros y alcaldes en ciudades medianas y pequeñas. Me consta que han recibido amenazas e insultos y hay un ambiente muy diferente al que podemos vivir en una ciudad como Hospitalet, grande y que sociológicamente no tiene que ver con otras realidades de Cataluña. Personalmente no siento esa presión y siento mucho apoyo de mis vecinos. Pero también soy consciente de que hay un sentimiento en la ciudad de gente que quiere votar y que tampoco está pasándolo bien. Se está trasladando la presión del ámbitos de los gobiernos y del Parlament a los representantes locales y ahora a los ciudadanos.

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¿Qué le ha parecido el cartel en Lleida del colectivo Arran contra los concejales del PSC, Cs y PP?

Tanto que se habla de democracia, son gestos antidemocráticos, fascistas y que me recuerdan a tiempos que por suerte tenemos ya casi olvidados.

El cartel de Lleida es un gesto antidemocrático y fascista

¿Qué le dicen a pie de calle los partidarios del 1-O en Hospitalet?

He tenido la ocasión de hablar con algunos y siempre en un tono muy correcto se han dirigido a mí para preguntarme qué podrán hacer el 1-O. Cuando hablo de que los alcaldes estamos en el centro sin necesidad, me refería a que la Generalitat tiene a su disposición en todos los pueblos de Cataluña locales propios que puede abrirlos ese día. Eso es lo que contesto a las personas que quieren votar. El ayuntamiento no va a ceder locales, pero si el Govern quiere celebrarlo, seguro que pondrá a disposición esos locales de su gestión.

La Fiscalía ha dado órdenes también a las policías locales de evitar el referéndum. ¿Veremos a la Guardia Urbana de Hospitalet retirando urnas?

No sé qué pasará de aquí al 1-O. En cuanto a las guardias urbanas, son policías judiciales, es un tema legal y estarán, como no puede estar de otra forma, al servicio de lo que se solicite. Dicho esto, los que más responsabilidad tienen son los Mossos y supongo que en primera instancia serán ellos los que actúen.

Nadie sabe lo que pasará ese día. ¿Qué vaticinio hace? ¿Qué imagen veremos?

Repito que no lo sé. Esto es un problema político que viene arrastrándose desde hace mucho tiempo, que no se va a solucionar ni alentando a los ciudadanos para que insten a los alcaldes ni tampoco citando a 700 alcaldes delante de un fiscal. Necesitamos política en mayúsculas, que se ejerza un liderazgo y nos sentemos a dialogar y poder llegar a acuerdos. En estos momentos, el presidente y el president están incapacitados para buscar una solución. Tenemos una gran preocupación todos los que estamos en una posición que no es la ruptura ni el inmovilismo.

Usted se ha convertido en el rostro del mundo local que se muestra contrario a la celebración de este referéndum.

El referéndum está suspendido. Cuando tomé posesión, tuve que prometer respetar y acatar la ley. Eso significa estar dentro de un Estado de derecho y de una democracia. Si hay algo que no nos gusta, podemos instar a que se modifique pero respetando la ley y las normas. Solo con eso podremos avanzar. Desobedecer la ley no nos conduce a nada positivo, y utilizar solo la ley tampoco a la solución.

Desobedecer la ley no nos conduce a nada positivo, y utilizar solo la ley tampoco a la solución

¿Qué le pareció la imagen el sábado pasado de más de setecientos alcaldes junto a Puigdemont en la galería gótica del Palau de la Generalitat?

Es una foto que ya hemos visto en otra ocasiones: el apoyo de algunos alcaldes a la independencia y al president. No es la primera vez que hemos visto esa imagen. Respeto máximo, cada uno puede pensar y sentir como crea conveniente. No sé si lo más acertado es utilizar las instituciones para eso. Como bien es sabido, no es mi posición ni la que representa mi partido. El PSOE tiene una solución encima de la mesa desde hace mucho tiempo que no ha sido oída.

Hablando de su partido, en las últimas horas ha habido cierto lío por las declaraciones del portavoz, Óscar Puente, sobre la aplicación del artículo 155. Esa es una posibilidad que maneja el Gobierno. ¿Cree que se debería activar ese mecanismo? ¿Es una línea roja?

Hay que utilizar más que nunca la inteligencia y hay que tener muy claras las reacciones ante las acciones. Desde mi punto de vista, dentro de mi propio partido no hay nadie que avale ese traspaso de la línea roja como mínimo hasta este momento.

Hemos visto una posición ambigua de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que avanzó un pacto con la Generalitat para que se pueda votar pero sin poner en peligro a los funcionarios. Su socio de gobierno, el socialista Jaume Collboni, dijo que no conocía la existencia de este pacto. ¿Qué le parece la actitud de la alcaldesa?

Voy a decir exactamente lo que pienso. Ha manifestado claramente que va a cumplir la ley, por tanto no va a ceder ningún espacio municipal. Pero, punto segundo, añade un supuesto pacto con la Generalitat y no se sabe muy bien en qué consiste. Una alcaldesa como la de Barcelona, que llegó hablando de transparencia y dando lecciones a todos, debería dar ejemplo y ante este tema, que afecta a muchos ciudadanos, debería decir claramente en qué consiste. No existe un pacto, es una foto, una imagen, intentar quedar bien con el sector independentista, pero a la vez acatar la ley. No sé si es factible en estos momentos querer quedar bien con todo el mundo.

Colau debería decir en qué consiste su pacto con la Generalitat

¿Tiene una relación fluida con el presidente Rajoy? ¿La llama?

No sé si es fluida, pero sí hay una relación.

¿Qué se han dicho en ese intercambio de impresiones?

Tuve la oportunidad de conocerlo personalmente aquí en Hospitalet hace unos meses. Quedamos en que nos teníamos que volver a ver. Hace unos días tuvimos la oportunidad de hablar telefónicamente y comentar la situación. Soy una persona muy sincera y le expresé al presidente Rajoy lo que opino. Ellos se han equivocado y el PP no ha gestionado el problema, ha dejado que se pudra. A partir de ahí, estamos en posiciones muy diferentes, pero en estos momentos, más que nunca, hay que intentar tender puentes y buscar soluciones. Más allá de nuestras evidentes diferencias, como alcaldesa también he tenido la oportunidad de hablar con Puigdemont en reiteradas ocasiones. Es el momento del diálogo.

¿Y cómo nos levantaremos el 2-O?

Lamentablemente hace unos años perdimos al teniente de alcalde Mario Sanz, que tenía una frase: Cada día sale el sol. Y el 2 de octubre saldrá el sol. Posiblemente la situación será muy complicada y tendremos que conseguir que haya ese diálogo y la política sirva para unir. Si algún referente político o algún presidente que no se ve capaz, lo que tendría que hacer es dar un paso al lado.

Preocupa mucho que se pudieran producir incidentes y episodios violentos en Cataluña. ¿Teme que pueda haber algún suceso?

Puede pasar. Estamos viviendo mucha presión. Hay una presión general y política que se va trasladando a los ayuntamientos, a las ciudades, hacia lo próximo. Estoy viendo cómo incrementa la preocupación de los ciudadanos y todo el mundo habla del tema con mucha preocupación, piense lo que piense. Estoy viendo cómo, desgraciadamente, incrementa la crispación. Espero que quede ahí, no acabemos de romper y se pueda ir reconduciendo hacia un clima de normalidad y convivencia. Cataluña es un país que siempre ha sido de acogida y ha mirado hacia el futuro trabajando juntos. Ante este problema necesitamos una solución.

Estoy viendo desgraciadamente cómo incrementa la crispación

¿Y por dónde pasa esa solución?

Por una mejora de nuestro autogobierno, una mejora de la financiación y un respeto a nuestra historia, lengua y cultura.

El independentismo argumenta que le iría mejor a Cataluña si se separa de España. ¿Cómo explica a los ciudadanos que a Hospitalet le va mejor dentro de España o que le iría peor en una Cataluña independiente?

Es que no hemos llegado ni a discutir. En mi ciudad hay un sentimiento de que la gente no quiere dividirse, no se quiere separar, la gente quiere continuar en España y en Cataluña, una tierra que le ha dado a muchos que vinieron de fuera la oportunidad de crear su futuro y fundar su familia. No es solo un tema racional, sino también sentimental, de no quererse desprender de los lazos de unión que ha habido históricamente.

¿Qué va a hacer el 1-O? ¿Cómo lo va a vivir? ¿Va a estar muy pendiente? ¿Tiene agenda?

La agenda la tengo repleta. Es una ciudad muy grande, activa y viva. El 1-O hay muchos actos organizados desde hace mucho tiempo por parte de entidades que invitan a su alcaldesa. Tendré una agenda normal y esperando que todo transcurra de la manera más tranquila y cívica posible.