Esperando a Merkel para reformar Europa

Esperando a Merkel para reformar Europa

No hay apetito para grandes cambios ni en Alemania ni en el resto de Europa.

REUTERS

Los líderes europeos esperan la reelección de Angela Merkel como canciller este domingo. No hay apetito para grandes cambios ni en Alemania ni en el resto de Europa, donde se percibe la estabilidad alemana con alivio tras un año de elecciones vertiginosas conteniendo la insurrección populista. El objetivo tras las elecciones del domingo es conocido: que la continuidad de Merkel permita dar forma con medidas concretas al optimismo insuflado en la UE por la victoria en Francia de Emmanuel Macron.

El presidente francés quiere impulsar su "Europa que proteja" brindando una cara amable a la Unión Europea, promotora feliz hasta la fecha de una globalización con demasiados costes sociales. Las reformas de Macron pasan por una zona euro más integrada, con un ministro de economía europeo con presupuesto propio y una mayor política social (que a día de hoy es casi inexistente).

Macron ve con buenos ojos la continuidad de Merkel, con la que ha mostrado buena sintonía personal. Pero tendrá que esperar. Hay pocas dudas sobre su victoria (las encuestas otorgan a Merkel unos 12 puntos de ventaja frente al socialdemócrata Martin Schulz) pero no está claro quién será su socio de gobierno. Puede que haga una coalición con los liberales, a la que podrían sumarse también los verdes o incluso podría repetirse la gran coalición con los socialdemócratas del SPD.

  La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, en una imagen de archivo.MERKEL

Macron y el resto de líderes europeos tendrán que tener paciencia tras el domingo. Las negociaciones para formar gobierno duraron 90 días la última vez (2013) y ahora es probable que el plazo sea aún mayor, explica Bernd Hüttemann a El HuffPost. El 15 de octubre hay elecciones en el Estado de Baja Sajonia y es probable que los partidos no comiencen a negociar de verdad hasta entonces. Quizá no habrá un nuevo gobierno alemán hasta enero o febrero, apunta Hüttemann, Secretario General del Movimiento Europeo en Alemania.

Las negociaciones para formar gobierno duraron 90 días la última vez (2013) y ahora es probable que el plazo sea aún mayor

"No será fácil encontrar un socio de gobierno para Merkel porque ha demostrado ser experta en hacer todavía más pequeños a sus menores socios de gobierno", explica con algo de maldad Rainer Steffens, Director de la Representación Permanente del Estado de Renania del Norte-Westfalia ante la UE.

Más allá de la composición de la coalición de Merkel, las sorpresas serán mínimas para su política en Europa. Los temas europeos han estado ausentes en la campaña —con excepción de las relaciones con Turquía y los refugiados— y existe un gran consenso sobre ellos entre la mayoría (democristianos, socialdemócratas, verdes y liberales). "Más que esperar a Alemania, la clave para reformar Europa es ver si todos los Estados Miembros se ponen de acuerdo para avanzar", resume Gabriele Bischoff del Comité Económico y Social Europeo.

En la campaña no se ha discutido sobre cómo afrontar la mayor integración de la zona euro porque "la propuesta de Macron es muy vaga" ha sugerido Christian Kremer, vicesecretario general del Partido Popular Europeo, en un foro organizado por el Movimiento Europeo esta semana en Bruselas. Ni siquiera Martin Schulz, europeísta por vocación y por experiencia tras más de dos décadas en la política europea, se ha atrevido a proponer una política económica alternativa para Europa ni por supuesto mencionar el espinoso tema de la mutualización de la deuda.

Dos semanas antes de la cita electoral alemana, Macron sí explicó algunos detalles de su propuesta en un discurso en Atenas que no tuvo sin embargo repercusión en la agenda de la campaña electoral alemana. El discurso no estuvo disponible en alemán hasta una semana después, algo que, según Bernd Hütterman, no fue casual. "Es un tema sensible en Alemania y a nadie le interesa discutir a fondo sobre la propuesta Macron".

Merkel se ha mostrado abierta a la idea de Macron de crear un presupuesto y un ministro de finanzas para la zona euro, convirtiendo el MEDE (Mecanismo Europeo de Estabilidad) en una especie de Fondo Monetario Europeo, pero las divergencias son grandes en aspectos fundamentales.

"No es lo mismo convertir el MEDE en un fondo como quiere Merkel que en un tesoro que pueda emitir deuda, como quiere Macron. Por otro lado Merkel quiere en ese escenario que el control de los presupuestos nacionales pase de la Comisión Europea a una agencia independiente, algo inaceptable democráticamente", explica a El HuffPost el eurodiputado socialista Jonás Fernández.

La hoja de ruta apuntada por Juncker en su discurso del estado de la Unión sí parece más en sintonía con los deseos del gobierno alemán. "Fue acogido de forma positiva en Berlín", apunta Hüttermann. "Lo que no sucederá son las transferencias de deuda en sus distintas formulaciones, eso es una línea roja para los principales partidos", concluye el secretario general del Movimiento Europeo en Berlín.

En resumen, la continuidad de Merkel al frente de Alemania no traerá grandes cambios y los movimientos para cambiar la UE tendrán que esperar a 2018. La oportunidad para reformar la Unión es única, según el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, pero los deseos del eje franco-alemán no son iguales. Una fecha en el horizonte: 30 de marzo de 2019. Ese día Reino Unido dejará de formar parte de la UE y Juncker quiere celebrar su salida con una cumbre en Rumanía en la que los 27 Estados restantes acuerden las grandes reformas de la nueva Unión Europea que nazca tras el Brexit.