Arvida Byström, la modelo de Adidas que asume su regla, su vello y todo lo demás

Arvida Byström, la modelo de Adidas que asume su regla, su vello y todo lo demás

Pese a las ataduras que sufren las modelos, ella se niega a depilarse.

"Es francamente asquerosa"; "Hay que quemarla en una cruz". Desde hace años, la modelo y fotógrafa de origen sueco Arvida Byström está acostumbrada a los ataques verbales más violentos.

La artista, que acaba de cumplir 26 años, ha roto muchos de los códigos impuestos a las mujeres, ya sea con respecto al vello, a la menstruación o a las espinillas. Y, todo ello, reivindicando su propia sensualidad.

El pasado 26 de septiembre posó para un anuncio de Adidas con un vestido con corsé y unas deportivas de la marca. Frente a la cámara, Byström explica: "Creo que cualquiera puede ser femenino, pero en la sociedad actual tenemos miedo". Para muchos, el único problema es que ella —¡horror!— tiene pelos en las piernas.

"Mi foto de la campaña Adidas Superstar recibió muchos comentarios desagradables la semana pasada. Soy blanca, sin discapacidades, con un cuerpo cisgénero (no transexual); mi único rasgo inconformista es que tengo unos cuantos pelos en las piernas. Me han llegado amenazas de violación, literalmente, a la bandeja de entrada. No me puedo imaginar cómo sería si no tuviera todos esos privilegios e intentara existir en este mundo. Trato de transmitir amor, e intento recordar que no todo el mundo tiene las mismas experiencias personales. Gracias por todo el amor, que de eso también me llega mucho".

"Soy definitivamente feminista", defiende la fotógrafa en una entrevista concedida a Dazed en 2015. "Cuando tenía 18 años, una amiga me introdujo a las ideas feministas, luego descubrí blogs sobre el feminismo queer", la tercera ola feminista nacida en los Estados Unidos en los años 80 que hace hincapié en la lucha LGTB.

Ella, que se describe como una mujer queer, es fan de todo lo que habitualmente se ha considerado como femenino, e impregna la mayoría de sus fotos de tintes rosas. No obstante, le encanta subvertir las normas dominantes.

Sigue existiendo la norma de que las mujeres tienen que depilarse y es una chorrada.

En su cuenta de Instagram, con más de 191.000 seguidores, publica selfies en los que asume todos los pequeños detalles de su cuerpo: lunares, granos, moretones... Y, evidentemente, su vello, ya sea en las piernas, en las axilas o en las ingles.

"Sigue existiendo la norma de que las mujeres tienen que depilarse, es una chorrada", comenta en una entrevista para Nylon.

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what seems like an excessive show of armpit is actually me trying to hold my choker tight

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Introvertida y presa de sus dudas de preadolescente, la joven es aficionada a los selfies desde los 12 años. "Cuando eres preadolescente o adolescente, quieres saber cómo te ve el mundo en realidad, así que me hacía una cantidad enorme de selfies", explica a la web Wonderland Magazine. Cuatro años más tarde, sus fotos llamaron la atención de Vice, que le propuso una primera colaboración.

"Creo que internet es muy importante para muchas personas", sostiene en Dazed. "Para mí, fue como una ventana abierta a la habitación estrecha de la depresión adolescente, porque podía estar online y conocer a gente, aunque me sintiera como una mierda". En Tumblr, la chica descubrió subculturas de la web, que le ayudaron a construir su estética kitsch y muy femenina.

SUBVERTIR UNA ESTÉTICA MUY FEMENINA

Desde entonces, esa estética no la abandona, pero ella la subvierte para cuestionar todas las normas impuestas a las mujeres.

En 2012, la artista realiza con Vice un nuevo proyecto llamado There Will Be Blood [Habrá sangre]. Byström fotografía a mujeres con la sangre de su regla, lo cual le vale numerosos comentarios agresivos. "Era mi idea", cuenta en Nylon. "No quería que fuera bello o vulgar, simplemente mujeres que tienen la regla".

"Cuando hice esas fotos de regla y de pelos hace años, estaba descubriendo el feminismo, y me parecía bien hacer algo rompedor como eso", explica.

Pese a las ataduras que sufren las modelos, ella se niega a depilarse. Desde los 13 años, cuando empezó trabajando como modelo en Suecia, le decían que tenía las caderas demasiado anchas. Ella continuó en Londres, donde abrió durante un tiempo su propia galería. Allí, se unió a la anti-agency —una agencia de modelos para los "demasiado cool para ser simplemente modelos"— decidida a romper con los códigos tradicionales de ese mundillo. Entonces se instaló en Los Ángeles (EE UU).

hi this isn't breaching community guidelines

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En 2013, durante una semana, se expuso sobre un colchón en la galería Waywardn de Londres con el artista Tim Kelly, y con un arnés con pene. Allí hablaban del amor exclusivo y del poliamor y después se acostaban.

A día de hoy sigue cuestionando la transgresión. De hecho, en marzo de 2017 publicó el libro Pics or it didn't Happen con su amiga Molly Soda. Ahí recogieron 250 fotos censuradas por Instagram, a veces porque no respetaban las reglas sobre la desnudez y otras por razones más oscuras. "El cuerpo de las mujeres está constantemente politizado" —acusaba también Molly Soda—, "¿por qué Instagram iba a ser una excepción?".

En 2015, Facebook ya censuró una foto de su performanceSelfie Stick Aerobic, porque se distinguía la forma de su vulva a través del chándal.

Y, sin embargo, Arvida Byström no considera que sus creaciones sean feministas. "El feminismo es más un abanico, cambia y depende de su contexto", argumenta. En cualquier caso, sirve para perturbar a los partidarios de las normas dominantes de la feminidad.

Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Francia y ha sido traducido del francés por Marina Velasco Serrano