Cataluña nos genera ansiedad: cómo no dejarte llevar por el estado de crispación general
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Cataluña nos genera ansiedad: cómo no dejarte llevar por el estado de crispación general

Ponle freno.

EFE

Cataluña habita en tus conversaciones de WhatsApp. Desde hace un tiempo la memoria de tu móvil se ha llenado de memes sobre el 1-O, sus consecuencias y sus protagonistas. Incluso tus amigos (y quien dice amigos, dice conocidos, familiares, compañeros de trabajo...) te envían reflexiones en las que ponen de manifiesto sus ideas políticas.

Hacer zapping significa encontrarse con algún canal en el que se estén abordando las consecuencias del referéndum ilegal convocado el domingo 1 y al entrar en Twitter es raro el día en que no haya al menos un trending topic relacionado con lo que viene a llamarse el asunto catalán —ya sea sobre alguna noticia concreta, algún famoso que haya hecho una reflexión épica o bromas colaterales—. Luego están las alertas de medios de comunicación, que llegan al móvil sin cesar para darte la última hora.

La situación tampoco cambia cuando sales a la calle. Más allá de la invasión de banderas de España que hay en las fachadas de los edificios de muchas ciudades, la palabra Cataluña sale a relucir en la panadería, en la farmacia, en la oficina... Y cuando vuelves a casa sigue ahí. Aparece en la tele, en la radio o en la cena con tus padres, tu pareja, tus compañeros de piso o quien esa noche se siente a tu mesa.

La gente se disgusta al ver imágenes de cargas policiales, porque como dice el psicólogo clínico Miguel Ángel Rizaldos, se trata de una cuestiónque genera "emociones desbocadas", por ser un asunto que nos pilla especialmente cerca y en el que hay mucha implicación. "De alguna u otra manera todo el mundo se está posicionando y habla de ganadores y perdedores; las noticias se viven con euforia", añade Luis García Villameriel, del Colegio de Psicólogos de Madrid. Este disgusto y la preocupación por lo que pueda pasar generan tensión. Una tensión que hace que aumente el estrés y que en ocasiones se lleva al terreno personal. Más nervios, más estrés, más... ¿Cómo escapar de eso? En El HuffPost hemos consultado a varios experto sobre la claves para hacerle frente a este caos.

Enciende la tele, escucha la radio, lee los periódicos... Según Rizaldos, estar informados no es malo en absoluto. Lo que tenemos que hacer es mirar esa abrumadora cantidad de información con perspectiva: "La cuestión es que las noticias son casi todas negativas, y eso nos genera indefensión. La cuestión es verlo con perspectiva, relativizar. Hay que distanciarse porque hay vida más allá de la información".

Además, el exceso de información tampoco beneficia. "Estar todo el día enganchado no proporciona más información y sí genera más ansiedad, más nervios, más ataques de pánico", apunta la psicóloga Ángela Gual. O como diría García Villameriel, no hay que "estar pendiente del último minuto. Dosifica un poco la información y el estrés".

CONCLUSIÓN: Tener un rato a Ferreras está bien, pero no hace falta seguir su ritmo de 17 horas non stop. Permiso para decir BASTA.

Está claro que la situación y el futuro de España preocupa, a ti, a tu primo y al jefe de opinión de The Economist. Pero si algo te genera intranquilidad (esto vale para cualquier asunto de tu vida), Gual recomienda plantarle cara a ese miedo. "Es importante pensar en lo que está ocurriendo y hablarlo. La imaginación siempre es más poderosa que la realidad. Si no compartes la preocupación, la imaginación puede llegar a volar", añade.

Según Rizaldos, nuestro cerebro siempre busca lo negativo, los peligros, los problemas y lo hace para enfrentarse a ellos: "Lo negativo pesa unas cinco veces más que lo positivo, de ahí que sea más fácil quedarse con ello". La mejor forma de enfrentarse es hacerse preguntas en voz alta y buscarse expertos e información fiable para responderlas, señala Gual. ¿Qué es lo peor que puede pasar y cuántas probabilidades existen de que ocurra? Seguro que no es tan dramático como te lo has pintado.

CONCLUSIÓN: Pilla un cazamariposas antes de que tus ideas se vayan demasiado lejos.

Que sí, que a tus amigos los quieres mucho, pero de ahí a que tengan la verdad absoluta en este asunto hay un paso. Para responder a esas preguntas, Gual recalca la importancia del canal: "Busca gente que sepa de lo que habla, expertos en la materia y medios serios". Y recomienda escuchar todas las partes.

CONCLUSIÓN: WhatsApp, sólo para coñas. Facebook, para cotillear.

No, no tienes por qué evitar el tema. Ni siquiera cuando te sientas frente a alguien de ideas totalmente contrarias a las tuyas. "Esquivar las conversaciones tampoco es positivo porque estos hechos están ocurriendo. Son una realidad", apunta Gual. "Hay que expresar nuestra opinión, pero siempre desde el respeto y la escucha activa. En este tipo de conversaciones es un clásico tratar de comernos a la gente con nuestras opiniones y dedicarnos a pensar la siguiente intervención cuando el otro habla".

Presta atención, empatiza y piensa que la otra persona también puede tener algo de razón. Trata de entender su postura.

CONCLUSIÓN: El 'Habla Chucho que no te escucho' es cosa de niños.

Está claro que la situación crispa, pero llegar a las manos no es funcional, señala García Villameriel. En caso de que la conversación se caliente y suba de tono, actúa con sensatez. "Primero hay que ser consciente de que el señor que tengo delante está convencido de que tiene razón. Yo también creo que tengo razón. El otro no va a cambiar de opinión... ¿qué necesidad tengo de encenderme? El tiempo del convencimiento terminó hace mucho tiempo. España es un país de gente que no se deja convencer", asegura el psicólogo Luis García Villameriel.

CONCLUSIÓN: Deja al torete que llevas dentro en los corrales.

Hoy Cataluña es noticia y probablemente lo sea mañana y pasado y... pero al final acabará pasando y perdiendo relevancia informativa y social. "Las noticias son de usar y tirar, ya nadie se acuerda de lo que pasó hace unos meses. Se pierden la perspectiva y el interés. Al final, todo pasará", señala Rizaldos.

Del mismo modo, García Villameriel insiste en que "según pasan las semanas todo se amortigua y apacigua. Al final la gente deja de prestar atención y pone el foco en lo que toque".

CONCLUSIÓN: El periódico de hoy es lo que envuelve al pescado de mañana

Igual que no es necesario ni conveniente estar todo el día enganchado a la información, tampoco hace falta cambiar nuestra vida ni nuestras rutinas. "Es importante no enfrascarse al 100% en esto", señala Gual, quien recomienda "desengancharse, vivir". Para ello sugiere practicar deporte, ir al cine, quedar con amigos...

Y si tu situación personal se tensa un poco más de la cuenta, siempre puedes recurrir a las técnicas de gestión de estrés. García Villameriel apunta tres: "Relajación; ventilación emocional, esto es hablar del tema pero con templanza; y ser conscientes de que no estamos en posesión de la verdad. Hay que hacer un ejercicio de empatía".

CONCLUSIÓN: Acuérdate de la canción de Extremaduro, salir, beber, el rollo de siempre...

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