Mujeres y música en España: doble de esfuerzo y mitad de presencia

Mujeres y música en España: doble de esfuerzo y mitad de presencia

Los grupos de mujeres y las solistas femeninas tienen una presencia menor al 20% en conciertos y festivales.

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Cuenta Eva Amaral que sus inicios en la música no fueron fáciles. Las chicas de su generación buscaban otros trabajos y eran pocas las que como ella preferían tocar un instrumento, la batería en su caso. "Me decían que una chica no tenía fuerza, cuando lo que en realidad hace falta es destreza", explica a El HuffPost más de 20 años después de aquello. "En ese momento me encontré de golpe con las diferencias".

Belly Hernández, del grupo barcelonés Dorian, vivió un episodio similar cuando acudió a una conocida tienda de equipos de DJ de la ciudad condal. "Formo parte de un grupo compuesto en su mayoría por chicos y nunca he notado que por ser mujer me hayan despreciado. Sí me ha pasado ir a comprar un instrumento y que me traten con condescendencia, que den por hecho que es para mi novio", explicaba hace unos meses en una entrevista con El HuffPost.

Estos dos conocidos rostros de la escena alternativa nacional han experimentado episodios de machismo en primera persona, ese que muchos aseguran que abunda dentro de la música española. Pero, ¿es tanto como dicen? ¿O se exagera cuando se habla de la poca presencia de mujeres en los festivales? ¿Lo tienen ellas más difícil?

Los datos hablan por sí solos y no hay que irse a la música alternativa para verlo. Un informe de Ticketea distribuido con motivo del Día Internacional de la Mujer y que analizaba los 250 conciertos con más entradas vendidas de 2016 puso el foco en esa escasa presencia: el 77% de las citas no tenía ninguna mujer en la formación, ni como artista, ni como solista principal ni como miembro del grupo principal, y sólo el 10% estuvieron protagonizados por una solista o una banda formada por mujeres.

Otro ejemplo es la lista de artistas nominados a los Premios 40 Principales 2017: sólo dos cantantes españolas aparecen entre las candidatas (Vanesa Martín y Bebe). O incluso el número de mujeres que han ganado el Premio Nacional de Música, ocho en interpretación (desde 1981) y tres en composición (desde 1980). De hecho, este 2017 ha sido la primera vez que estos galardones han ido a parar a mujeres: la compositora Teresa Catalán y la pianista Rosa Torres-Pardo. Sin embargo, en el caso de los Premios Nacionales de las Músicas Actuales la cifra de mujeres aumenta. De los nueve galardones, entregados desde 2009, cuatro han sido mujeres, o bandas lideradas por mujeres, frente a cinco hombres.

Si nos centramos en los festivales de música independiente la situación tampoco mejora. Pocas mujeres aparecen como cabeza de cartel en estas citas cada vez más frecuentes en España. Ticketea apunta que en 2016 sólo un 15,4% de las formaciones con mujeres (solistas, mixtas o bandas femeninas) actuaron en estas citas. A 1 de abril, la asociación Mujeres y Música (MyM) daba un dato menor para 2017: un 10,5% de artistas eran mujeres en los 18 festivales analizados, siendo el Viña Rock (Villarrobledo, Albacete), el que menos bandas tenía proporcionalmente y el Xe que bo (Valencia), el que más.

  Gráfico de mujeres y hombres presentes en los festivales de música (los hombres, en azul y las mujeres en morado).MYM

Para la cantante de Amaral, que este verano fue cabeza de cartel del Arenal Sound (Burriana, Castellón) o del Sonorama Ribera (Aranda de Duero, Burgos) y que el próximo 28 de octubre cerrará su gira Nocturnal llenando el Wizink Center de Madrid, esta escasa presencia se debe a una cuestión cultural. "Antes la música era un mundo bohemio, no estaba bien visto dedicarse a eso, pero la mentalidad está cambiando", asegura la artista, quien ha visto cómo le asignaban la autoría de sus temas a su compañero Juan Aguirre sólo por ser chico. Aún así mira el panorama desde el optimismo: "Tenemos más presencia a todos los niveles, tanto artístico como técnico. Vamos por el buen camino, la sociedad tiene la mente más abierta, ha evolucionado pero no podemos quedarnos con la sensación de que ya está".

"El problema no es que pongan a pocas músicas mujeres como cabeza de cartel, tampoco estoy de acuerdo con ese tipo de paridad", asegura Belly Hernández. "Creo que es un problema de educación, una cuestión cultural. No hay chicas en la música. ¿Y por qué? Quizás porque la sociedad te empuja hacia otros sectores y tendríamos que animar a las jóvenes a que aprendan a tocar un instrumento, no discriminarlas", añade.

Gema del Valle, fundadora y directora de comunicación de la discográfica independiente Subterfuge, habla de la necesidad de romper estereotipos y dar visibilidad. Muchas jóvenes se animarían a entrar en este mundo si "viesen bandas de mujeres, baterías mujeres, bajistas, y no sólo cantantes; también si ven a mujeres en puestos directivos de empresas musicales, mánagers, técnicas de sonido..."

  Eva Amaral tocando la batería durante un concierto en 2011YouTube/40 TV

Lo cierto es que si las voces femeninas escasean sobre el escenario, las mujeres en otros ámbitos de la música son todavía menos. La ausencia de instrumentistas es un ejemplo. Silvia del Valle, de MyM, recuerda esta situación que ha empezado a llamar la atención del público: "Antes nadie se planteaba quién formaba parte de la banda, se daba por hecho que era un chico. Ahora se está poniendo el foco en eso".

Antes la música era un mundo bohemio, no estaba bien visto dedicarse a eso, pero la mentalidad está cambiando"Eva Amaral

Hoy, para muchas mujeres, sigue siendo difícil subirse a un escenario guitarra en mano o cogiendo las baquetas. "La mujer como instrumentista se cosifica, por lo que la estética es muy importante", señala Pilar Rius, música y presidenta de la asociación Mujeres en la Música, quien afirma que históricamente "se veía mal que las mujeres tocasen la guitarra flamenca con las piernas abiertas o que hinchasen los carrillos al soplar en un instrumento de viento". Actualmente, apenas se pueden ver intérpretes de viento femeninas o percusionistas dentro de las orquestas españolas. Según un estudio de 2017 de la Asociación Mujeres en la Música, el 70% de los componentes de estas formaciones son hombres frente al 30% de mujeres.

Eva Amaral, que toca la guitarra, la armónica, el theremin, la batería, la pandereta, el sitar, el bajo y la melódica, además de ser vocalista, insiste en que en las mujeres de la música tienen que hacer el doble esfuerzo. Una idea que defiende Paula JJ, voz del grupo femenino Las Odio: "Siendo tía se me exige cantar bien. Ser una tía que grita es conflictivo, el no tener una técnica depurada genera unas reacciones de haters más violentas. ¿Cuántos tíos hay que no tengan técnica o que canten gritando?".

Zahara también defiende esa idea. La cantante y guitarrista asegura que no sabe qué habría pasado si fuese chico, pero puede decir que en sus inicios vivió muchos episodios de paternalismo: "Todo el mundo me daba consejos, todos sabían más que yo, todos tenían que decirme cómo hacer las cosas... mientras veía que a los chicos que iban a los mismos concursos que yo nadie les decía nada. No sé si eso benefició mi carrera o la perjudicó, sólo sé que existía y que además tenía la sensación de tener que demostrar mucho más". Sus compañeros podían cantar "justito", pero ella tenía además que "escribir bien, tocar bien la guitarra, moverse bien".

No hay chicas en la música. ¿Y por qué? Quizás porque la sociedad te empuja hacia otro tipo de sectores"Belly Hernández, teclista de Dorian

El contexto social es el que dibuja esa situación, asegura Del Valle, quien señala a "la educación, tanto en las casas como en los colegios y en la calle". Es la forma de evitar esa mayor exigencia. "Si son guapas tienen que demostrar que no son tontas y si son menos agraciadas aguantar que el primer comentario sea sobre su físico".

Sobre su físico y también sobre la forma de presentarse en el escenario, Zahara recuerda con cierta decepción un bolo que dio en el Low Cost en 2013 (Benidorm, Alicante). "Tocaba a las cuatro de la tarde, hacía calor y la gente iba en bañador a verme. Yo llevaba un mono naranja muy corto ajustado, me pareció divertido porque era como un bañador pero un poco más recatado. Recuerdo que escuché un montón de comentarios sobre el vestuario que llevaba. Pensé: '¿En serio? ¿Hemos hecho un show de 40 minutos y lo único en lo que te has fijado en eso que era una broma? Me di cuenta de eso también tenía que controlarlo".

  Zahara durante su actuación en el Low Festival 2013YouTube

Ese control pasa por las apariciones en revistas: mientras que ellos sólo se 'desvisten' si es así su outfit o porque haya un trasfondo divertido detrás, en el caso de ellas se presupone que deben aparecer sexis. "A mí misma me han intentado sexualizar y me ha costado mucho decir 'lo haré cuando quiera'. No por mostrarme desnuda canto mejor... No por que haya una editorial detrás tengo por qué convertirme en una modelo, cuando a un hombre no se le exige", añade Zahara, quien se confiesa fan de De la Purissima, que se desnuda en todas sus actuaciones: "Es parte de su show, lo hace porque quiere y es un logro que pueda, pero eso no significa que haya que relajarse. Hace falta más".

Detrás de todo esto está el denominado techo de cristal, una metáfora que hace referencia a las barreras invisibles y dificultades que encuentran las mujeres al intentar abrirse paso hacia puestos de mayor responsabilidad tanto en la música como en otros sectores.

La existencia de esas barreras invisibles provocó que Paula JJ no se atreviese a formar un grupo sólo de chicas, en el que no se siguieran las jerarquías impuestas por los conjuntos mixtos, hasta los 29 años. "Uno de los motivos por los que nació Las Odio fue para animar a las chicas a formar bandas, ver que no hace falta ser virtuosa con los instrumentos".

La exigencia y el virtuosismo, tanto por parte de las propias mujeres como de la propia sociedad, es la responsable de que las bandas femeninas tengan cada vez más nivel, como señalaba Leiva en una entrevista en junio: "Hoy en España las mujeres hacen mejor música que los chicos". O como insiste Zahara: "Una de las cosas que veo es que todas las mujeres que se dedican a esto es que cantan técnicamente bien, luego te puede gustar más o menos su música, pero todas tenemos una formación y nos preocupa cuidar la voz".

Si son guapas tienen que demostrar que no son tontas y si son menos agraciadas aguantar que el primer comentario sea sobre su físico"Gema del Valle, directora y jefa de comunicación de Subterfuge

"Esa responsabilidad viene dada desde que somos niñas. Yo no me atrevo a hacer algo hasta que tenga un nivel alto", continúa Zahara. Para la artista, es la sociedad la que genera incomodidad cuando una mujer alcanza un puesto alto, ya sea ser líder de una banda, jefa de escenario o técnica de sonido, y tiene que ser la sociedad quien acabe con ella: "Tiene que ser entre todos, pero creo que es importante que lo hagan los hombres porque, por desgracia, es lo que va a marcar la diferencia".

  Paula JJ, cantante de Las Odio, durante una actuaciónMarina Prats

Gema del Valle, de Subterfuge, pone ejemplos de experiencias personales que deberían erradicarse: "Cosas del tipo ir a reuniones y pensar que era la novia de mi socio o su secretaria, dirigirte a un técnico de sonido a darle indicaciones y ni mirarte o que mire al guitarrista del grupo para preguntarle... o hace poco que me preguntaron en una entrevista, en la que hablaba de los abultados planes del sello, '¿y a ti cuándo te da tiempo a poner lavadoras?' ¿Os imagináis preguntándole lo mismo a un directivo de empresa?".

El techo de cristal existe también en otros estilos de música, como lo es la clásica: menos del 10% de los directores de orquesta son mujeres. "Al igual que en otros sectores, la incorporación a los puestos de liderazgo es más tardía que en la composición de la orquesta", asegura Lara Diloy, directora de la Orquesta Madrid Sinfónica, quien añade que a pesar de esto, cada vez son más las chicas que se animan a estudiar dirección.

Lo mismo sucede con la composición, donde, además de no promover la iniciativa de las mujeres, no se visibiliza las compositoras clásicas que llevan años ejerciendo. Esto se debe, según cuenta Pilar Rius, a "la falta de concienciación del profesorado" en los conservatorios. "Se piensa que no hay mujeres compositoras o se ven como una rara avis, pero las hay igual que hombres, lo que pasa es que no se las reconoce ni visibiliza".

Y ADEMÁS, MADRES

La cuestión de la maternidad es también un tema complicado dentro de la industria musical, no es fácil ser madre y artista a la vez. Eso lo tiene muy claro Zahara que dio a luz a su primer hijo el pasado 5 de octubre, confiesa que para decidirse a tener un hijo hay que organizarse mucho.

"Es hipotecar un año de tu vida, más o menos, pero es por una cuestión biológica. Aquí no puedo reivindicar nada. Lo he decidido y tuve que organizarme para lo que puede ser mi carrera en los próximos dos, tres años", explica la artista, que ha tenido que planificar su maternidad para hacerlo coincidir con el fin de una gira y la preparación de un nuevo disco. "Hay que tener disciplina y previsión, además de delegar y rodearte de gente que te ayude".