May advierte a Europa: “La pelota está en su tejado”

May advierte a Europa: “La pelota está en su tejado”

"No es exactamente un juego de pelota", pero "la pelota está totalmente en el campo de Reino Unido", le replica a la 'premier' el portavoz de la Comisión.

La 'premier' británica Theresa May, a su llegada al 10 de Downing Street, Londres, este lunes.REUTERS

Europeos y británicos se están lanzando mutuamente la pelota de la responsabilidad sobre el bloqueo de las negociaciones del Brexit, al inicio este lunes de una crucial ronda que podría abrir la puerta a discutir un futuro acuerdo comercial entre ambos.

"No es exactamente un juego de pelota", pero "la pelota está totalmente en el campo de Reino Unido", afirmó este lunes el portavoz de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, en respuesta a unas declaraciones previas de la primera ministra británica, Theresa May. "La pelota está en su tejado", había dicho este lunes por la tarde May a los líderes europeos.

La quinta ronda de negociación es decisiva en el calendario del Brexit, máxime cuando los europeos querían confirmar la próxima semana "progresos suficientes" en las discusiones para poder así empezar a discutir las futuras relaciones, como quiere Londres.

Pero el titular de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, advirtió recientemente que sólo un "milagro" podría lograr los avances necesarios en octubre sobre la cuestión financiera, el futuro de la frontera en la isla de Irlanda y la situación de los derechos de los ciudadanos tras el Brexit.

May, que enfrenta una rebelión en las filas de su Partido Conservador contra su liderazgo, aseguró ante el parlamento británico que "la pelota está en [el] campo [de los europeos]", llamándolos a ser "flexibles", tal y como había avanzado su oficina.

"NUEVA, PROFUNDA Y ESPECIAL COLABORACIÓN"

La ambición de Londres es crear "una nueva, profunda y especial colaboración entre un Reino Unido soberano y una UE fuerte y próspera", según la mandataria británica. Sobre el futuro de Irlanda, "no aceptaremos infraestructuras materiales" marcando la frontera, agregó.

Contrariamente a la "buena dinámica" de la anterior ronda, las discusiones se reanudaron sin el tradicional encuentro entre el jefe de negociación británico, David Davis, y su par europeo, Michel Barnier.

Barnier recordó a principios de octubre ante la Eurocámara que "todavía" no habían alcanzado "los progresos suficientes para iniciar con confianza la segunda fase" que abordaría un "eventual período de transición" y la futura relación, incluido un acuerdo de libre comercio.

El negociador europeo explicó que existen "serias diferencias" sobre la factura que debe pagar Londres por sus compromisos adquiridos como miembro de la UE. Según fuentes europeas, el monto total sería de entre 60.000 y 100.000 millones de euros.

Sin embargo, Londres no presentó ninguna cifra y se muestra reticente, por el momento, a cerrar un método de cálculo con los europeos, supeditando la cuestión financiera al inicio de las discusiones sobre un futuro acuerdo comercial.

Otra de las diferencias a resolver es cómo garantizar los derechos de los ciudadanos europeos en Reino Unido. La UE considera que la jurisdicción competente es el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE), algo que los británicos rechazan de plano.

LA SOMBRA DE BORIS JOHNSON

El porvenir del desenlace de las negociaciones del Brexit no pasa, no obstante, sólo por las salas de negociación en Bruselas, sino por la formación de May en Londres, donde la sombra de su ministro de Asuntos Exteriores, Boris Johnson, parece alargada.

El discurso de una primera ministra debilitada durante el congreso conservador se vio interrumpido por un humorista que vino a entregarle en mano un formulario de despido "de parte de Boris Johnson", que desafía su liderazgo abogando por un Brexit más "duro".

Para un diplomático europeo, "el problema de May es que siempre debe hablar ante dos auditorios a la vez: el ala Brexit duro de su partido que ella debe tranquilizar y los europeos, a quienes debe garantizar que se integra en una dinámica de negociación".

El tiempo apremia para intentar lograr una marcha negociada. De cumplirse los plazos, Reino Unido se convertirá en el primer país del bloque en abandonar el proyecto europeo a fines de marzo de 2019 y ambas partes deben todavía confirmar sus avances en la primera fase.

"Dieciséis meses después del referéndum, no se registró ningún progreso real", lamentó este lunes el jefe de la oposición británica, el laborista Jeremy Corbyn, ante la cámara de los comunes. "¿Qué ha hecho el gobierno durante todo este tiempo?", se preguntó.

La primera ministra deseó que las discusiones alcancen un acuerdo "rápidamente". Para prepararse ante cualquier eventualidad, el gobierno publicó dos documentos sobre los acuerdos aduaneros y comerciales en base a varios escenarios, entre ellos un fracaso de las negociaciones.