Conoce a las directoras que han revolucionado el cine de terror

Conoce a las directoras que han revolucionado el cine de terror

La industria cinematográfica sigue siendo un terreno prácticamente reservado para los hombres.

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El pasado mes de junio, la heroína amazona Wonder Woman hizo su debut en la gran pantalla como protagonista de su propia película, lo que supuso un momento trascendental no solo para los fans del cómic, sino también para la lucha por la igualdad de género en la industria del cine.

Fue la primera vez en su vida profesional que la directora Patty Jenkins pudo contar con un presupuesto de 100 millones de dólares. Es mucho dinero, pero visto en perspectiva, solo fue la cuarta película de la historia dirigida por una mujer con un presupuesto similar. Eso incluye a Ava DuVernay y su próxima película, Una arruga en el tiempo, y a Niki Caro y su próxima adaptación de Mulán.

Para que sirva como referencia, hubo cuatro películas en 2016 con un presupuesto de más de 200 millones de dólares, y varias más que no llegaron por poco. Es el caso de Buscando a Dory, Alicia a través del espejo, El libro de la selva, Warcraft: el origen e Independence Day: Contraataque.

Pese a la gran variedad de géneros incluidos en la categoría de películas taquilleras, sigue siendo un terreno prácticamente reservado para hombres, con muy pocas oportunidades para las directoras, incluso para aquellas interesadas en sacar adelante una producción para las masas. De modo que directoras como Karyn Kusama (La invitación, Jennifer's Body, Girlfight) se ven obligadas a emprender proyectos menores para explorar temas más arriesgados, seguir puliendo sus capacidades y contar historias poderosas.

Por eso mismo, Karyn Kusama y más directoras fueron invitadas a participar en XX, una antología de cortometrajes de terror dirigidos y protagonizados por mujeres, pero como heroínas, no como estereotipadas mujeres indefensas y desdichadas. Kusama, por supuesto, agradeció la oportunidad.

"Los cortometrajes de miedo tienen algo que te mantiene en continua tensión", contó Karyn Kusama al HuffPost EE UU por teléfono.

"Lo que hago es parecido a participar en carreras de 10 kilómetros como preparación para una maratón. No he tenido la ocasión de correr muchas maratones. No me conceden muchas oportunidades. No es algo que pueda solucionar chascando los dedos, así que para mí, esta fue una buena ocasión de mantenerme activa y seguir contando historias (e incluso escribirlas yo misma). Simplemente se hizo en una escala más manejable", explica la directora.

Me gusta imaginar un mundo en el que la feminidad y la vulnerabilidad se consideren una fortaleza, no una debilidad.Karyn Kusama

La obra de Karyn Kusama en la antología, estrenada a principios de 2017, es un homenaje a La semilla del diablo. En su versión, Rosemary Woodhouse, una de las protagonistas de la película original, tiene un hijo de 17 años que, conforme se acerca su decimoctavo cumpleaños, empieza a comportarse de forma violenta, como si estuviera poseído.

"La Rosemary Woodhouse de La semilla del diablo es irritante, una especie de mascota domesticada. La propia feminidad se utiliza en su contra. A mí me interesaba imaginar un mundo en el que la feminidad y la vulnerabilidad se convirtieran en una fortaleza. Equiparar lo femenino a una fortaleza, no a una debilidad", apunta Kusama.

También subraya que las madres en las películas (especialmente en las de terror) son representadas demasiado a menudo como unas locas, en un enfoque que convierte cualquier fortaleza maternal en algo perverso y desfigurante.

"Soy madre ahora, de un niño, y quiero que crezca siendo feminista. Quiero que aprenda valores como la compasión por la humanidad. Tengo mucho que enseñarle a mi hijo y me pregunto: ¿qué sería del mundo sin las madres? ¿Cómo sería el mundo sin un amor como el maternal? Creo que no tendríamos mundo", reflexiona la directora.

Entre las participantes de la antología también se encuentran la directora mexicana Sofía Carrillo —especializada en animación de stop-motion—, Jovanka Vuckovic (Riot Girls), Roxanne Benjamin (Southbound) y Annie Clark, cantautora más conocida por su nombre artístico, St. Vincent.

Estas directoras forman parte de un plantel de cineastas interesadas en el cine de terror, ya sea para ceñirse a las convenciones del género o para subvertirlas pasándolas por su propio tamiz. Desde 2014, han sido varios los filmes que han visto la luz con el sello especial de sus respectivas directoras: The Babadook, de Jennifer Kent, Evolución, de Lucile Hadžihalilović, o Crudo, de Julia Ducournau. Las directoras de cine también están proliferando en el panorama de los cortometrajes. En el festival de cortometrajes Nitehawk Shorts Festival, en Nueva York, que contó con el patrocinio del HuffPost, los filmes de crímenes sangrientos, de misterios o de brujas fueron los más destacados.

Muchas de estas películas podrían considerarse genuinamente femeninas en su enfoque, y resulta que son muy buenas.Karyn Kusama

Estas historias, así como las recogidas en la antología XX, muestran la sensibilidad de sus creadoras y son la prueba perfecta de que sus películas no tienen por qué ser consideradas "películas de mujeres", sino únicamente películas hechas por mujeres.

"Muchas de estas películas podrían considerarse genuinamente femeninas en su enfoque, y resulta que son muy buenas. Para mí, eso significa que el público en general parece estar tomando conciencia de las voces de las mujeres y su enfoque femenino. Eso es maravilloso, porque están surgiendo un montón de visiones diferentes del mundo que antes no había", reivindica Kusama.

Annie Clark, quien se refiere a sí misma como una narradora nata, considera que su enfoque consiste en difuminar las fronteras entre el humor y el terror. Su contribución a la antología, La fiesta de cumpleaños, trata sobre una mujer que disfraza de oso panda a su recién fallecido marido para ocultar su muerte hasta que pase la fiesta de cumpleaños de su hija.

"Para mí, la parte más triste del corto es la que me hace estallar en carcajadas", le confiesa Clark al HuffPost.

Elaborada sobre la fina línea que separa el miedo y la diversión, provoca un "exorcismo emocional que se va intensificando cada vez más y, de repente, desemboca en una repentina liberación". "Parece como si estuviera describiendo un orgasmo, pero es que muchas cosas funcionan del mismo modo. Con las comedias pasa igual. Hay tensión y piensas: ¿adónde quieren ir a parar? ¿Dónde estará el momento culminante? Ah, ya lo han soltado, de eso se trataba, ahí está la liberación. [Ambos géneros] están muy relacionados, diría yo", reflexiona Annie Clark.

A diferencia de las demás directoras que colaboraron en XX, ella nunca ha dirigido un largometraje, aunque no rechaza hacerlo en el futuro. Para ella, dirigir un corto para la antología ha sido como una rampa de lanzamiento para optar en el futuro a proyectos cinematográficos mayores, un camino muy frecuente entre aquellas personas que hacen su primer acercamiento a la narrativa audiovisual.

Roxanne Benjamin, que se ha convertido en una especie de experta en antologías de terror con sus obras Southbound y VHS: Las crónicas del miedo, reivindica que los cortometrajes exigen cualidades que quizás para un largometraje no son tan necesarias. Su obra para la antología, No te caigas, trata sobre cuatro amigos que descubren unas pinturas rupestres cuando se encuentran de acampada en el desierto. No tienen muchos conocimientos sobre la importancia cultural de la pintura ni sobre el terreno en el que se encuentran y, al final, pagan cara su ignorancia.

Me encantaría crear un mundo en el que a las cineastas les dé para pagar sus facturas.Karyn Kusama

"Son unos lumbreras que deciden pisotear otra cultura sin pensárselo demasiado porque creen que todo es suyo. Pero ¿qué pasa si esas tierras contraatacan? Si hubiera que hacer un largometraje sobre esta historia, habría que explicar por qué pasan ciertas cosas. Donde suelen flaquear todas las películas de terror es a la hora de explicar por qué sucede algo, en vez de dejar que se explique por sí solo", opina Roxanne Benjamin.

"Muchos cortometrajes de este género suelen ser cuentos morales. Por ejemplo, Dimensión desconocida o Black Mirror funcionan en parte gracias a su duración. Estas historias no tienen por qué ser largometrajes, funcionan en un formato breve. Si se intentara adaptar a un formato extenso, empezaría a resultar pedante", afirma la directora.

Aunque el enfoque de las películas de Roxanne Benjamin difiere del de Annie Clark y del de Karyn Kusama, las tres destacan los puntos fuertes del formato breve. Kusama también expresa su deseo de que sirva como trampolín a trabajos mejor pagados y para demostrar que las películas dirigidas, escritas y protagonizadas por mujeres pueden ser muy variadas e interesantes.

"Ahora que hemos logrado que despegue esta primera antología encabezada por mujeres, me encantaría imaginar y crear un mundo en el que más películas como esta puedan ver la luz y que a las cineastas les dé para pagar sus facturas", manifiesta Kusama. "Creo firmemente que es más complicado narrar historias sobre mujeres sin que te encasillen en una especie de 'caja de fantasías'; es decir, las fantasías de otras personas sobre cómo deberían ser o hablar las mujeres. Sin embargo, cuando has visto que puede haber historias que muestran mujeres complejas (personas complejas, en general, me atrevería a decir), te entusiasmas. Es más, creo que el público lo está deseando".

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El festival de cortometrajes Nitehawk Shorts Festival de este año tendrá lugar del 7 al 12 de noviembre en Brooklyn, Nueva York, y contará con el patrocinio del 'HuffPost'.

Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.