Ya no hay ningún fuego activo en Galicia

Ya no hay ningún fuego activo en Galicia

Quedan 44 incendios, 17 estabilizados y 27 controlados.

Zonas siniestradas de los montes gallegos, en la aldea de Chandebrito en Nigrán (Pontevedra).EFE

Galicia ha comenzado a evaluar los daños de la desoladora ola de incendios que ha atravesado la comunidad de norte a sur, mientras los servicios de extinción tratan de extinguir las últimas llamas y rescoldos de los 44 incendios que aún arden.

Ninguno de los fuegos que aún quedan supone un peligro para la población: 17 ya están estabilizados y hay 27 ya controlados. Asturias ha reducido a siete los focos, todos controlados, y también están bajo control todos los que afectaban a León, Ávila y Salamanca.

Hay incendios en Ayanda (Corondeño y Santiellos), Cangas del Narcea (Llamas de Mouro y Naviego), Ibias (Serorio y Morentán) y Tineo (Rellanos), según ha informado el Servicio de Emergencias de Asturias.

El fuego ha dejado 41 muertos en el centro y norte de Portugal y cuatro en Galicia. Seis de los siete desaparecidos en el país vecino han sido hallados sanos y salvos. Hay 71 heridos lusos, 16 graves.

La ministra de Administración Interna de Portugal, Constança Urbano de Sousa, ha presentado formalmente su dimisión, tras las críticas a su gestión de los incendios de este año, decisión que el jefe del Gobierno, António Costa, ha aceptado.

Se convierte así en la primera víctima política de una oleada de incendios que se ha saldado con más de 100 muertos en tan solo cuatro meses.

ZONAS PROTEGIDAS, PASTO DE LAS LLAMAS

Los fuegos que afectan a la localidad lucense de Cervantes, en pleno corazón de Os Ancares, han consumido zonas de alto valor ecológico y natural con castaños centenarios y han puesto en peligro hábitats de animales amenazados como el oso pardo o el urogallo.

Allí se han desplazado un centenar de soldados de la Unidad Militar de Emergencias (UME), que, con la ayuda de la lluvia que ha caído este martes, tratan de extinguir uno de los incendios más duraderos.

El cuerpo de bomberos sigue presente en la localidad orensana de Carballeda de Avía, vigilando que no vuelvan a brotar llamas en un municipio que ha sufrido los rigores de los incendios en cerca del 70% de su superficie y en la práctica totalidad de sus núcleos poblacionales.

Los fuegos en Os Ancares han consumido zonas de alto valor ecológico y han puesto en peligro hábitats de animales amenazados como el oso pardo o el urogallo.

Algunas de las paisanas más ancianas de la zona comentan con asombro que, en su larga vida, nunca vieron cosa semejante a las "tormentas de fuego" provenientes del próximo incendio de Melón que causaron incluso la muerte a un vecino de la localidad que trataba de socorrer a su ganado.

El Partido Animalista Contra el Maltrato Animal (PACMA) realiza este miércoles un acto ante el Ministerios del Interior para presentar un plan para evacuar animales en catástrofes como los incendios de Galicia.

  Una perrita lleva en la boca el cadáver de su cría calcinado en el incendio producido de la aldea de Chandebrito.EFE

A este hombre se le ha dado el martes el último adiós en una iglesia rodeada de tierra inerte, quemada, en la que únicamente permanecen en pie los pinos y eucaliptos que han soportado el paso de las llamas.

Similar estampa presenta la localidad pontevedresa de As Neves, limítrofe con Portugal, país del que procedieron los fuegos que, tras cruzar un río Miño de caudal paupérrimo, quemaron desde el mediodía del domingo el 90% del terreno forestal del municipio.

As Neves ha perdido el 90% del terreno forestal.

Aquí la destrucción de los núcleos habitados alcanza cotas inusitadas, con una veintena de viviendas consumidas por las llamas y una multitud de graneros, almacenes o vehículos agrícolas inutilizados.

Sin embargo, lo más destacado del paso de los incendios en As Neves es el estado del aserradero local, destruido por completo por el fuego y convertido en un escenario postapocalíptico, donde se amontona la maquinaria calcinada junto a cientos de troncos ennegrecidos y una nave industrial inmensa derruida.

El sur de Galicia, el interior de Pontevedra y gran parte de Ourense guardan todavía el penetrante y persistente olor a ceniza en el aire, vestigio del paso de las llamas.

LOS INCENDIARIOS SUELEN ACTUAR EN SOLITARIO

El 94% de autores de fuegos actúa en solitario en Galicia y "sin cómplices", según el estudio psico-sociológico de implicados en incendios forestales realizado por la Fiscalía Superior a raíz de la ola de incendios que arrasó con cerca de 80.000 hectáreas en 2006.

En el análisis de las "causas", se encontró que el 68,8% de los incendios fueron intencionados, el 25,4%imprudentes y un 5,8% en los que los investigadores no pudieron determinar la causa.

Entre los intencionados, la mayoría fueron por prácticas tradicionales inadecuadas (el 23,9%); seguidos por los 'sin sentido' (21%); los relacionados con la obtención de algún beneficio (17,9%); los realizado por pirómanos (7,2%) y aquellos que fueron para causar daño a terceros (5,1%).

Hay tres tipos de perfil incendiario: los que resultan de una infracción, los de tipo instrumental y los 'sin sentido'. Todos tienen por autor habitual a un hombre.

Los que son por infracción tienden a ser diurnos, el autor tiene entre 36 y 46 años y suele ser el propietario del terreno, que ayuda en la extinción. El fuego tuvo su origen en chispas de maquinaria, un cigarrillo o artefactos pirotécnicos. "En muchos casos no asume la responsabilidad del incendio".

Respecto al perfil de tipo instrumental, son diurnos con un solo foco. El autor suele ser mayor de 61 años, jubilado, que no ayuda en la extinción. Conocían mucho al propietario del terreno y tiende a asumir la responsabilidad del fuego pero no la del incendio. Prenden con fósforos o mechero.

Los fuegos sin sentido suelen ser más frecuentes al anochecer. Sus autores tienen entre 36 y 46 años, con elevado nivel de analfabetismo. Presentan problemas de salud y han estado en tratamiento psiquiátrico, tienden a perpetrar el incendio bajo el efecto de sustancias, prenden con mechero o artefactos artesanales. Una vez identificados, se constata que no conocían de nada al propietario del terreno.