El Puigdramón llega a Bruselas

El Puigdramón llega a Bruselas

Un día buscando a Puigdemont en la capital de Bélgica y de Europa.

Yves Herman / Reuters

La vida del corresponsal en Bruselas puede comenzar leyendo el Financial Times y terminar delante de la embajada venezolana, haciendo un rato guardia por si el expresident Puigdemont, el hombre más buscado de la capital europea, pudiera haber decidido pedir asilo bolivariano, al estilo de Julian Assange, instigador infatigable en las redes sociales del independentismo desde la embajada de Ecuador en Londres. No parece ser el caso.

Puigdemont no aparece por ningún lado, se mantiene en una clandestinidad cinematográfica que resulta muy difícil de explicar en esta era en la que el móvil es un apéndice del cuerpo de los humanos. Sin imágenes todavía de por medio, sabemos que Puigdemont se ha reunido con un abogado especializado en asilo y conocido por su defensa de miembros de ETA. Poco más.

Día de rumores. Rumores y más rumores envueltos de misterio por encima de nuestras posibilidades, incluso en la era de Twitter. Con cara de sorpresa y aires misteriosos, Bram Bombeek, portavoz de los nacionalistas flamencos, el partido N-VA, acude a la puerta de su sede para añadir confusión. Afirma con cara de póker. "Ni desmiento ni confirmo que Puigdemont se vaya a reunir aquí. Lo único que puedo decir es que no se encuentra dentro de este edificio. ¿Quiere venir a comprobarlo?".

Las informaciones confusas apuntaron después al parlamento flamenco, también en Bruselas. Por el celo con el que los servicios de seguridad chequean a la prensa al entrar en el Parlamento, Puigdemont podría estar dentro con el mismo Trump. Pero nada. Dentro del edificio no se percibe actividad alguna. De nuevo, un portavoz juega al despiste: ni confirma ni desmiente nada.

Las expectación por encontrar a Puigdemont ha idoin crescendo a lo largo del día. Al inicio sólo los periodistas belgas y españoles seguían su pista. Se suman ahora colegas de todo el mundo en un goteo constante. De Portugal, Francia, Reino Unido... La acera de la calle del partido NV-A se ha vuelto a llenar de nuevo. Comienzan a pasar las horas y no hay noticias. Solo rumores y bromas.

"¿Aparecerá al modo Hollande de paquete en una scooter conducida por Raul Romeva, su exconceller de exteriores?"; "¡habrá que peinar el Bois de la Cambre! [el extenso bosque pulmón de la capital belga]"; "¿Nos convocarán en modo guerrillero a una rueda de prensa en la selva?".

De nuevo los rumores han generado una avalancha de periodistas hasta la sede de un partido político, la Alianza Europea de la Libertad (EFA en sus siglas en inglés), una formación que acoge a partidos nacionalistas europeos. El misterio aumenta al comprobar que en el mismo edificio se encuentra la sede del Centrum Maurits Coppieters, una organización que concedió un premio a Forcadell en septiembre pasado por su lucha por del derecho de autodeterminación. Un hombre que se marcha en bici asegura haber visto al catalán más conocido de Bélgica; en realidad, preguntado por los detalles, ha reconocido que han sido otros los que sí le han visto....

Pasan las horas y Puigdemoint sigue sin aparecer, pero la bola de nieve de su misterio alcanza ya al corazón de la política belga. El socialista Elio Di Rupo pide explicaciones al primer ministro Charles Michel por la "probable visita de la delegación de Puigdemont" a Bruselas. La hoguera del independentismo catalán tiene el potencial de abrasar el gobierno belga, del que forman parte los liberales francófonos del primer ministro y los nacionalistas flamencos del NV-A.

Hace menos de 24 horas el secretario de Estado de Migración y Asilo, Theo Francken, no ha descartado dar asilo a Puigdemont. Su jefe, Michel, dijo después que el tema no estaba en la agenda y que no "echara más leña al fuego". Conviene recordar que estamos en un país de delicados equilibrios políticos que pasó 561 días sin gobierno entre 2010 y 2011.

La hoguera del independentismo catalán tiene el potencial de abrasar el gobierno belga

Seguimos sin rastro ni fotos o videos del hombre más buscado, pero las informaciones apuntan hacia una reunión entre el expresident y un abogado belga conocido por haber defendido a miembros de ETA para lograr asilo. Paul Beckaert ha recoconido a La Vanguardia haberse reunido con Puigdemont, aunque no da detalles del lugar ni de si su cliente estaba acompañado.

No se sabe dónde duerme Puigdemont. Supuestamente dará mañana una rueda de prensa, aunque nadie sabe el lugar. Bélgica, país que vio nacer a René Magritte, el pintor surrealista más genial, podría ser el nuevo hogar ideal para Puigdemont y su empeño de convertir lo impensable en realidad. Para aclimatarse, podría empezar por visitar la exposiciónque conmemora el cincuenta aniversario de su muerte.