Dar las gracias mejora las relaciones sociales y a nosotros mismos

Dar las gracias mejora las relaciones sociales y a nosotros mismos

¿De verdad dices esas "palabras mágicas" cuando lo sientes o por simple cordialidad?

mapodile

¿Cuántas veces das las gracias al día? ¿A quién se las das? Y, si te paras a pensar, ¿lo haces de verdad o simplemente por educación?

La manida frase de la infancia "¿qué se dice?", que se repetía cuando alguien nos daba algo o hacía algo por nosotros, hace pensar que dar las gracias es algo impuesto y no un gesto natural.

Agradecer en la cultura occidental se considera un acto más cercano a la formalidad que al verdadero sentimiento de complicidad y empatía con los demás que esto implica. Porque ¿qué significa verdaderamente dar las gracias?

Este pequeño gesto puede servir tanto a la persona que agradece como a la que recibe ese agradecimiento. De esta forma, la persona que da las gracias por algo se siente satisfecha porque sabe que puede contar con la otra persona que ha hecho o le ha dado algo, mientras que la persona que recibe el agradecimiento sabe que puede volver a hacer dicha acción porque la otra persona se lo va a valorar.

Según un estudio publicado en Cuadernos de Psicología en 2014, las personas son más agradecidas cuando se benefician de alguna manera o cuando reciben el agradecimiento también por parte de otras personas, es decir, cuando piensan que a medio plazo pueden obtener rédito. "Cuando recibes un favor de alguien tienes que compartir lo afortunado que te sientes. Tienes que devolver ese favor hacia delante", cuenta José Luis Cáceres creador de 100Thanks, una app que sirve para mostrar tu agradecimiento a través del teléfono móvil a distintas personas de todo el mundo.

Para el psicólogo César de la Hoz, este mensaje de reciprocidad entre el emisor y el receptor es la base del agradecimiento: "Te sirve para tener en cuenta cómo piensa o cómo se ha comportado la otra persona. Es algo útil para introducir al otro en el mensaje, no como beneficio propio".

Por ende, el acto de dar las gracias es un acto social. Lo que a priori puede parecer algo egoísta y que sirve para sentirse mejor con uno mismo es un gesto que se puede llegar a reflejar en la comunidad. Así lo cuenta Cáceres, quien lanzó esta aplicación en 2015 como forma de crear una cadena de agradecimientos a nivel internacional, una especie de "cadena de favores" que lleva recorridos más de 9.200.000 km.

Agradecer sirve para introducir al otro en el mensaje, no solo como un beneficio propio"César de la Hoz, psicólogo

"Es una cuestión de empatía, muchas cosas se solucionarían poniéndote en el lugar del otro. Esto pasa independientemente del país en donde estés. Nos parecemos más de lo que creemos", cuenta Cáceres, quien cree que la sociedad en la que vivimos, marcada por el "estrés y la inmediatez", no permite la reflexión necesaria para fomentar esa gratitud.

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Está científicamente demostrado que el agradecimiento favorece los pensamientos positivos. "Dar las gracias es como ver el vaso medio lleno", cuenta Cáceres. "Tienes dos opciones: estar fatal o ver las cosas buenas que te pasan", añade. Los estudios ratifican que el agradecimiento cambia la forma de afrontar las situaciones hacia una visión más positiva y generosa.

Según De la Hoz, a nivel terapéutico sirve para abrir el diálogo en determinadas situaciones. "La parte social del agradecimiento hace muchas veces que problemas pequeños se afronten desde una perspectiva más constructiva. Se abre la comunicación en situaciones de conflicto donde estaba inicialmente cerrada", cuenta.

El estudio publicado en 2014 también muestra cómo físicamente la gratitud mejora los procesos fisiológicos como son el ritmo del sistema digestivo y cardiaco y las frecuencias en los ritmos cerebrales. Esto supone un mayor estado de relajación cerebral. Sin embargo, donde más ejemplos de efectos positivos en la salud encontramos es en los ritmos del sueño. Según este estudio, las personas agradecidas tienen menos pensamientos negativos antes de dormir, lo que provoca un mayor descanso y su consecuente reposo psicológico.

La gratitud se suele entender como una consecuencia de las relaciones de cariño o como algo que se da sistemáticamente cuando alguien te da algo o hace algo por ti. Sin embargo, muchos de los teóricos de la psicología presentes en el estudio publicado en Cuadernos de Psicologíacreen que la gratitud es un don, una virtud que viene dada por la naturaleza humana y no una cuestión moral impuesta y que, por lo tanto, no debe convertirse en una obligación.

"Es una cuestión de empatía, muchas cosas se solucionarían poniéndote en el lugar del otro. Esto pasa independientemente del país en donde estés. Nos parecemos más de lo que creemos"José Luis Cáceres, fundador de la app 100Thanks

"Creo que hay que encontrar momentos especiales durante el día para dar las gracias. No hay por qué dar las gracias un número determinado de veces y, menos aún, interiorizarlas", cuenta Cáceres, quien asegura que eso no quita el mostrarse agradecido por cosas del día a día.

"Si nos habituásemos a la gratitud, lo haríamos todos los días, como ir a correr", se atreve a decir Cáceres, que asegura que no somos todo lo agradecidos que deberíamos. "Esto no significa que se tenga que dar las gracias por todo", asegura el psicólogo César de la Hoz, quien cree que lo que realmente se debería hacer es pararse a pensar y darse cuenta de las cosas que te pasan y así, tomar conciencia de ello.

Muchas veces no agradecemos lo suficiente "por miedo o por vergüenza", asegura De la Hoz, que lo ejemplifica en su especialidad: la mediación en niños y jóvenes. "Muchos profesores creen que mostrar agradecimiento les hace perder autoridad y, una vez que lo hacen, se dan cuenta que pueden mejorar las relaciones con sus alumnos".

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Marina Prats es periodista de Life en El HuffPost, en Madrid. Escribe sobre cultura, música, cine, series, televisión y estilo de vida. También aborda temas sociales relacionados con el colectivo LGTBI y el feminismo. Antes de El HuffPost formó parte de UPHO Festival, un festival urbano de fotografía en el marco del proyecto europeo Urban Layers. Graduada en Periodismo en la Universidad de Málaga, en 2017 estudió el Máster en Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo y en 2018 fue Coordinadora de Proyecto en la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE. También ha colaborado en diversas webs musicales y culturales. Puedes contactarla en marina.prats@huffpost.es