Fracasan las negociaciones para formar gobierno en Alemania: ¿y ahora qué?

Fracasan las negociaciones para formar gobierno en Alemania: ¿y ahora qué?

El escenario más probable es la convocatoria de nuevas elecciones a comienzos de 2018.

Angela Merkel y su partido conservador han fracasado este domingo a la hora de formar una coalición para dirigir Alemania, sumiendo a la primera potencia europea en una crisis que podría acabar con la carrera política de la canciller.

Tras más de un mes de negociaciones entre los demócratas cristianos (CDU-CSU) de Merkel, los ecologistas y los liberales del FDP, estos últimos tiraron la toalla al considerar que sus posturas estaban demasiado alejadas para sellar un acuerdo de gobierno para los próximos cuatro años.

El fracaso de las conversaciones podría obligar a celebrar nuevas elecciones a principios de 2018, tan sólo unos meses después de las anteriores.

En el poder desde hace 12 años, Merkel ganó las elecciones legislativas de septiembre, pero lo hizo con el peor resultado de su partido desde 1949, cediendo terreno a la extrema derecha de Alternativa para Alemania (AfD), que aprovechó el descontento de una parte del electorado tras la llegada de más de un millón de refugiados.

La canciller no ha conseguido desde entonces establecer una mayoría en la Cámara de Diputados, donde los socialdemócratas se negaron a repetir la coalición que formaron con su partido en la última legislatura, después de caer estrepitosamente en las urnas.

Es preferible no gobernar que gobernar mal

"Es preferible no gobernar que gobernar mal", ha declarado a la prensa el presidente del FDP, Christian Lindner, que ha opinado que no existían "bastantes posiciones comunes" para formar un gobierno de coalición.

Merkel "lamentó" la retirada del FDP y ha asegurado que se podría haber conseguido un acuerdo con un poco más de buena voluntad por parte de todos.

De momento deberá seguir dirigiendo un gobierno que sólo gestiona los asuntos corrientes y no puede tomar ninguna decisión importante. Una mala noticia para los socios europeos de Alemania, especialmente Francia, cuyo presidente, Emmanuel Macron, espera el apoyo de Merkel para llevar a cabo sus propuestas de reforma de la Unión Europea y de la zona euro.

En su declaración ante la prensa, la dirigente alemana ha prometido que hará "todo lo posible" para que Alemania "esté bien dirigida durante las difíciles próximas semanas".

El principal escollo en las negociaciones ha sido la política migratoria en Alemania, un tema controvertido especialmente desde la llegada de un número récord de demandantes de asilo en 2015 y 2016.

Los partidos no se pusieron de acuerdo sobre el establecimiento de un límite anual de refugiados acogidos en Alemania, ni lograron decidir si todos o solamente una parte de los refugiados debían tener derecho al reagrupamiento familiar en el país.

También se enfrentaron sobre cuestiones medioambientales, ya que los Verdes consideraban insuficientes los esfuerzos planteados por los demás para reducir la contaminación de los vehículos y de las centrales de carbón en el país.

Merkel se ha mostrado dispuesta a reunirse este lunes con el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, para abordar la situación política del país.

LOS SIGUIENTES PLAZOS

Como la Constitución no fija ningún límite para la formación de un gobierno, la canciller podrá en teoría retomar las negociaciones con el FDP y los ecologistas, tras un descanso. Pero la tarea se antoja complicada, dadas las divergencias entre los partidos.

Los socialdemócratas, con los que podría volver a formar una coalición mayoritaria, han vuelto a rechazar esta posibilidad el domingo. Y la canciller ya ha descartado dirigir un gobierno minoritario en el Bundestag.

El escenario más probable es por tanto la convocatoria de nuevas elecciones a comienzos de 2018. Y en ese caso, Merkel tendrá difícil mantenerse al frente de su partido para los comicios.

El final de las conversaciones es una derrota personal para la dirigente, que ya se encontraba en una postura incómoda tras los resultados decepcionantes de su partido en las legislativas. Su política centrista le granjeó críticas del ala más derechista de su formación.

El fracaso de las negociaciones significa "también su final" político, declaró el politólogo alemán Frank Decker en el canal de la televisión parlamentaria alemana.

Y, según un sondeo, más del 60% de los alemanes opinan que ahora no podrá mantener su cargo.