Las claves para entender la polémica reforma de las pensiones en Argentina

Las claves para entender la polémica reforma de las pensiones en Argentina

Un recorte que indigna a los más desfavorecidos y saca a la calle a la izquierda del país.

La Cámara de Diputados de Argentina ha aprobado, tras más de 17 horas de debate y con apenas ocho votos de diferencia, una polémica reforma de las pensiones que, como mínimo, supondrá un recorte del 13%. Una nueva fórmula de sumas, restas y complementos que permitirá "equilibrar el gasto público" y pagar a los acreedores, reduciendo el endeudamiento externo, hoy disparado. Eso es lo que defiende el Gobierno del conservador Mauricio Macri. Lo que dice la oposición es que se ceba en los más desfavorecidos (ancianos y pensionados) porque tiene el agua al cuello.

El paso dado por Macri ha encendido los ánimos de los ciudadanos, lo que ha dado lugar a manifestaciones multitudinarias, caceroladas e, incluso, enfrentamientos con las fuerzas del orden: piedras de un lado, balas de goma y gases lacrimógenos de otro.

Aquí te explicamos las claves de la mayor crisis que enfrenta el gabinete argentino en sus dos años de gestión.

¿EN QUÉ CONSISTE LA REFORMA?

Los servicios asistenciales son uno de los pilares de Argentina, motivo de orgullo por su amplia red pero, a la vez, un peso importante en el presupuesto nacional. Un presidente conservador como Macri ha dado el paso de reducir las pensiones y ya de por sí debería ser polémico, por tocar lo que en el país es intocable, pero lo es más aún porque lo hace cuando la inflación supera el 27% anual según cifras oficiales. Es decir: mete tijera cuando el poder adquisitivo ha bajado, lo que ha encendido a los partidos de izquierda -en la oposición- y los sindicatos.

La Confederación General del Trabajo (CGT), la principal central de Argentina, ha defendido públicamente que se haga un debate nacional para ver de dónde sacar pesos, pero denuncia que el exempresario que ahora manda en la Casa Rosada ha marcado su prioridad de reducir el gasto público cueste lo que cueste y sin tener en cuenta las "necesidades sociales" de los ciudadanos. Esta reforma en particular daña a una "población sensible", que hasta el momento no había sido tocada por los recorres, con una bajada de entre el 10 y el 13% de sus asignaciones.

Lo que se hará con la ley es cambiar la fórmula con que se fijan los aumentos que reciben las pensiones, una revisión que se lleva a cabo dos veces al año. El oficialismo defiende que la reforma no afecta a los jubilados, sino que los "beneficia", pero las sumas, restas y porcentajes que se manejan desde el Ejecutivo no convencen a los afectados. Tampoco ayuda que, más allá de la fórmula, se haya fijado la extensión hasta los 70 años del momento de acceder al beneficio de la pensión.

¿QUÉ APOYOS TIENE?

Macri se siente absolutamente legitimado para llevar a cabo la reforma después de que el pasado octubre, en las elecciones parlamentarias, lograse un clarísimo 40% de la bancada. El presidente lo entendió como un aval a las políticas que lleva desarrollando desde hace dos años, cuando venció con la coalición de centroderecha Cambiemos. En este tiempo, ha devaluado la moneda un 40% apenas, por ejemplo. Sin embargo, sigue la sangría de la deuda, calculada en 100.000 millones de dólares, y se ha decidido por recortar el gasto público como salida. Ha habido despidos de trabajadores públicos, bajadas salariales, subidas de los precios de los servicios públicos y, ahora, las pensiones. En paralelo, sin embargo, ha rebajado los impuestos a las grandes fortunas del país y a los gigantes de la producción agropecuaria y la minería.

El proyecto de ley, que ya recibió el visto bueno del Senado a finales de noviembre, ha contado hoy con el apoyo de 128 votos -principalmente de Cambiemos-, frente a 116 en contra y dos abstenciones. Nada que ver con los apoyos iniciales con que contaba Macri cuando comenzó a dibujar su plan. "Una cosa son los ajustes, otra cosas los atracos", resumió la CGT. La izquierda, los sindicatos y hasta la iglesia católica se han opuesto a la reforma de las pensiones. El único apoyo claro de Macri, aparte de los de su formación, ha sido el de 11 de los 24 gobernadores del país, a los que se ha prometido que el dinero que se logre del recorte acabará tapando agujeros en sus territorios.

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LAS REACCIONES

El presidente ya intentó llevar al Congreso el debate de la reforma la pasada semana, pero las movilizaciones que se generaron y el clima de tensión, con más de 300 uniformados antidisturbios bloqueando el edificio ante centenares de jubilados pacíficos, retrasaron la votación. Ahora, entre el lunes y el martes, cuando el debate en la cámara ya era oficial, esas protestas se han recrudecido. La CGT ha convocado una jornada de huelga general, la segunda en el mandato de Macri, y con ese contexto se negocios y bancos cerrados, transportes que no funcionan y gente en la calle se ha aprobado la norma.

Ayer, casi medio millón de personas se concentraron en Buenos Aires para pedir sin violencia que se frenara el recorte. Sin embargo, ante la presencia policial, el grupo acabó disgregándose y parte de los manifestantes se enfrentó con los policías. Según datos aportados por el Gobierno, el choque acabó con 109 heridos (la mitad civiles, la mitad agentes) y 60 detenidos.

Varias organizaciones nacionales de defensa de los derechos humanos han denunciado el "uso excesivo de la fuerza" y la "represión" a que fueron sometidos los manifestantes, sobre todo al salir a la luz vídeos que mostraban ataques a personas que nada tenían que ver con la marcha.

Más allá de la violencia, se han producido caceroladas sin incidentes en todo el país, reclamando que no se recorte a los menos favorecidos.