Los pasos al lado

Los pasos al lado

La 'marcha' de la primera línea de líderes independentistas clave: Forcadell, Mas, Mundó...

Carme ForcadellAFP

Conforme pasan los días para las sesiones constitutiva del Parlament (el próximo día 17) y de investidura (el día 31) se acrecientan los nervios dentro de sectores del independentismo. Una sensación azuzada por el cerco judicial, la imprevisibilidad de Carles Puigdemont y el fantasma de tener que volver a retorcer (y sobrepasar) el ordenamiento jurídico para conseguir una Presidencia vía Skype.

Y en apenas tres días hemos visto cómo daban un 'paso al lado' tres de las figuras más relevantes del procés: Carme Forcadell, Artur Mas y Carles Mundó. Ya no piensan tirar de este carro, que les ha hecho a algunos pisar incluso la cárcel.

Según reconoce un dirigente independentista a El HuffPost todos los implicados en el 1-O tienen consultas diarias con sus abogados y estudian las consecuencias que pueden tener futuros pasos, conscientes ya de que empieza a caer sobre muchos de ellos la pesada losa de la Justicia.

FORCADELL EVITA LA MESA Y EL PLASMA

La presidenta del Parlament ha decidido no repetir en su puesto en la próxima legislatura. Llevaba mucho tiempo dándole vueltas al asunto, pero hasta el último minuto la presionaban sectores del independentismo -especialmente el entorno de Puigdemont- para que siguiera al frente del Parlament.

Forcadell ha dicho que es hora de que asuma ese cargo una persona 'libre' judicialmente. Ella sabe que es y será observada minuciosamente por el Tribunal Supremo, que la ha dejado en libertad provisional pero que la investiga por los delitos de rebelión, sedición y malversación (lo que puede conllevar una pena de hasta 30 años de cárcel).

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Y ella misma fue la que inició el camino judicial al que ha dado nombre: la vía Forcadell. Consiste básicamente en acatar ante el juez la legalidad, la Constitución y el artículo 155 y rebajar a carácter simbólico la declaración unilateral de independencia. De esta forma ha evitado estar en la cárcel y su ejemplo fue seguido por los consellers encarcelados -a los que Llarena sacó de prisión, menos a Oriol Junqueras y Joaquim Forn-.

El puesto en la Presidencia del Parlament será nuclear de cara a un intento de investidura a distancia de Puigdemont. El reglamento no lo permite ni lo prohibe explícitamente, por lo que será la Mesa quien decida finalmente. Ese limbo puede llevar a los ocupantes de la misma a caer en decisiones que favorezcan al independentismo, lo que será inmediatamente recurrido por los constitucionalistas ante el Alto Tribunal. Esta posición podría provocar cambios precisamente en la situación de libertad de Forcadell.

MUNDÓ DEJA LA POLÍTICA

Otro paso al lado lo dio este martes su compañero de partido Carles Mundó. El exconseller de Justicia era una de las figuras emergentes en los últimos meses y en la campaña tras salir de la cárcel. Incluso representó a los republicanos en algunos de los debates televisados y su nombre sonaba para la Presidencia del Parlament.

Pero ha decidido renunciar a su acta como diputado y dejar la política. Volverá a la actividad privada como abogado. Esta decisión la ha tomado tras un duro tiempo en el que estuvo encerrado en la cárcel de Estremera por orden de la juez Carmen Lamela -aunque luego logró salir por la revisión de la medida hecha por el magistrado Pablo Llarena-.

Desde el entorno de Mundó se ha señalado durante estos días que se trata de una decisión de carácter "personal" tomada tras una análisis de la situación actual, la apertura del proceso judicial en el Supremo y el paso por prisión.

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De esta manera, ERC ha perdido de la primera línea a dos de sus principales activos durante el procés. A lo que hay que sumar que Oriol Junqueras sigue en prisión tras denegar Llarena su petición de excarcelación. Marta Rovira es la que lleva las riendas de una formación 'tocada' por las decisiones judiciales y por el resultado electoral. Las dudas jurídicas inundan a los republicanos, que han pactado con Puigdemont la mesa independentista e intentar esa investidura a distancia. Esto días sus servicios jurídicos estudian esa posibilidad.

MAS NO MANDA MÁS

Nadie sabe qué va a pasar. La estrategia la marca desde Bruselas Carles Pugidemont, junto a su grupo de confianza de Barcelona capitaneado por Elsa Artadi. Nadie esperaba el resultado del 21-D, que ha dado dentro del independentismo a Puigdemont la legitimidad perdida.

Eso ha llevado a Artur Mas a dar ese otro paso al lado esta semana, dejando la Presidencia del PDeCAT. Según explicó en una rueda de prensa, es tiempo de que otros asuman el liderazgo durante esta nueva etapa para ensanchar las bases del partido. La realidad es que el expresident Mas ya no controla para nada su partido ni a Puigdemont, que ha creado un espacio propio que rebasa los límites de la antigua CDC.

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El PDeCAT se parte también en dos almas. Dentro de los posconvergentes ganan ahora los que perdieron el congreso refundancional. La parte más moderada, la que no quería hablar de la DUI, está a la baja. Precisamente, el abanderado de la vía más pactista, el exconseller Santi Vila, fue el primer miembro del Govern que dio ese paso al lado antes de la DUI.

Vila intentó hasta el último momento frenar esa declaración e incluso era uno de los pocos puentes que quedaba de comunicación entre Madrid y Barcelona. En apenas tres meses, Vila ha desaparecido de la escena política catalana, en apenas tres meses.

VILA PREPARA LIBRO; MÁS CONSELLERS CITADOS POR EL SUPREMO

Se ha refugiado del temporal estos días escribiendo un libro en el que narra lo vivido. El próximo 6 de marzo llegará a las librerías De héroes y traidores, en el que analiza los errores cometidos en el campo soberanista y por parte del Gobierno central durante los últimos años. La editorial Península ya ha avanzado que el exconseller desvela en primera persona lo que sucedió en el Govern de la Generalitat, su declaración ante la jueza Carmen Lamela, su paso por la cárcel y el sentimiento de cómo los sectores soberanistas le transformaron de un día para otro de héroe a traidor de la patria.

Toda esta situación ya la intuyeron este verano tres exconsellers de Puigdemont: Neus Munté, Jordi Jané y Meritxell Ruiz. Cayeron en los cambios en el Govern de Puigdemont en julio, cuando el expresident perfilaba la recta final hacia el 1-O y pedía adhesión absoluta y hasta el final al proyecto independentista. Este mismo jueves el magistrado del Supremo Pablo Llarena los ha citado a los cuatro para que declaren como testigos dentro de la macrocausa.

Dentro de las filas del PDeCAT también hubo otro paso al lado justo antes de las eleccoines: la exconsellera Mertixell Borrás, que estuvo encarcelada en Alcalá de Meco y sobre la que pesa también la querella por rebelión, sedición y malversación. Dijo que no concurría al 21-D por razones "personales".

Pasos ya dados. Y anuncios de futuros: este mismo jueves el exconseller Joaquim Forn ha declarado ante el juez Llarena que no piensa repetir en el cargo y el exlíder de la ANC Jordi Sànchez ha asegurado en el Supremo que renunciará a su escaño si el Govern insiste en la vía unilateral. El otro 'jordi', Cuixart, ya declinó formar parte de alguna de las listas del 21-D.

De los abrazos a los pasos al lado.