Torrent toma las riendas de un Parlament controlado por el independentismo

Torrent toma las riendas de un Parlament controlado por el independentismo

Puigdemont y los diputados huidos han rechazado delegar su voto; sí lo han hecho Junqueras, Forn y Sànchez

Roger TorrentAFP

Arranca la XII Legislatura en Cataluña. Y lo hace con una Mesa del Parlament controlada por el independentismo pero renovada con caras de ERC y Junts per Catalunya libres de procesos judiciales y con la incertidumbre de cómo intentará el soberanismo lograr la investidura de Carles Puigdemont en los próximos días.

Con los votos de Junts per Catalunya, ERC y la CUP, el Parlament ha elegido como nuevo presidente a Roger Torrent, el más joven de su historia y que sustituye a Carme Forcadell en este trascendental papel. Será clave a partir de ahora para organizar los debates, especialmente el de la elección del próximo presidente con un Carles Puigdemont exigiendo que se haga a distancia por vía telemática. La fecha tope para esta cita es el 31 de enero.

Torrent, un hombre de partido que conoce bien los vericuetos de la política catalana, ha marcado sus objetivos en un discurso con un tono más conciliador que el de su predecesora Forcadell en los últimos años y de las palabras lanzadas al principio de la sesión por el presidente de la Mesa de Edad, Ernest Maragall, que ha acusado al Estado de "humillar" a Cataluña.

Torrent se estrena con un discurso más conciliador

El nuevo presidente del Parlament ha llamado a los grupos a conjurarse para restituir "plenamente" y en el tiempo más breve las instituciones catalanas, después de la intervención de Hacienda de las cuentas y la aplicación del artículo 155 de la Constitución.

No ha citado en ningún momento la "República" catalana ni la declaración unilateral de independencia y ha terminado simbólicamente sus palabras con el grito de "Visca la Democràcia, Visca Catalunya". Se ha comprometido a lo largo de su intervención a contribuir a buscar el "diálogo y el consenso" en la vida política catalana. "Por encima de las convicciones están los principios, -ha dicho- y yo quiero hacer de la democracia y la convivencia los pilares principales de mi mandato, quiero contribuir a coser a la sociedad catalana".

Ha avisado de que en el Parlament "se tiene que poder hablar de todo" y ha denunciado explícitamente la ausencia de los antiguos miembros del Govern que están en Bruselas o en la cárcel. Torrent ha asumido el reto con responsabilidad ante, ha remarcado, el contexto "complejo y anómalo" que vive la comunidad. Esta extraña situación se ha materializado en que el político de ERC ha recibido la felicitación por teléfono de Puigdemont en la misma bancada, haciendo de intermediario Jordi Turull y su móvil.

Votan los diputados presos, no los huidos en Bruselas

Esta primera votación tenía como principal duda la delegación de voto por parte de los parlamentarios que están en la cárcel o huidos en Bélgica. Finalmente, sólo han solicitado delegar el sufragio los tres que se encuentran en prisiones madrileñas (Oriol Junqueras, Jordi Sànchez y Joaquim Forn), y han declinado intentarlo Puigdemont y los consellers que le acompañan en Bruselas (Clara Ponsatí, Lluís Puig, Toni Comín y Meritxell Serret).

El Gobierno de Mariano Rajoy, que ha seguido muy atento la sesión en los despachos capitalinos, no recurrirá la delegación de voto por parte de los encarcelados, una posibilidad avalada ya en un reciente auto del juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena.

La nueva Mesa, además de Torrent como presidente, estará formada por Josep Costa (Junts) y José María Espejo (Ciudadanos) como vicepresidentes, y con Alba Vergés (ERC), Eusebi Campdepadrós (Junts), Joan García (Cs) y David Pérez (Ciudadanos) como secretarios.

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Los lazos amarillos y el discurso encendido de Ernest Maragall

Este primer día del Pleno del Parlament, que no se reunía desde la declaración unilateral de independencia, ha estado marcado por las ausencias "amarillas". Cada vez que se leía el nombre de algún miembro del ex Govern y de diputados que no han acudido, los parlamentarios independentistas han aplaudido. A la vez, se han colocado grandes lazos amarillos en algunos de los escaños vacíos.

Comienzan ahora unas trepidantes jornadas de cara a la investidura del futuro presidente de Cataluña. El Gobierno ya ha avanzado que llevará a los tribunales cualquier intento para hacer jefe del Ejecutivo a Puigdemont desde Bruselas. Los letrados del Parlament ya han emitido un informe rechazando esa posibilidad en virtud del actual Reglamento, pero las decisiones corresponderán a la nueva Mesa.

Los partidos independentistas son conscientes de que cualquier retorcimiento del Reglamento acabará en los tribunales, en un momento en el que la causa en el Supremo ya acumula 28 imputaciones a políticos independentistas. Este fue el motivo por el que Forcadell decidió dar un paso atrás.

El Pleno se ha desarrollado bajo el guión previsto, aunque en los primeros minutos se ha respirado un aire similar al de las tensas sesiones del 6 y 7 de septiembre, cuando se aprobaron las leyes del referéndum y de transitoriedad.

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Esto ha sido provocado por las palabras de Ernest Maragall, que ha aprovechado su puesto temporal de presidente de la Mesa de Edad para lanzar un mensaje contra La Moncloa, a la que ha acusado de "humillar y castigar" a Cataluña. La líder de Cs, Inés Arrimadas, ha pedido turno para mostrar su rechazo y criticar que ERC aprovechara para hacer un "mitin". "Con mal pie" se empezaba, ha agregado la líder naranja. No obstante, al final de la sesión, se ha visto a la jerezana asentir algunas partes del discurso de Torrent cuando apelaba al diálogo.

Todos las miradas están puestas ahora en los próximos movimientos de la Mesa. Ahora Torrent abrirá una ronda de contactos con los grupos para buscar un candidato a la investidura, un debate que debe celebrarse como mucho dentro de diez días hábiles (como tope el 31 de diciembre).

ERC y Junts per Catalunya han acordado que Puigdemont sea su candidato a la investidura, pero Esquerra sigue diciendo que lo apoyan pero no han concretado si el pacto incluye la garantía de una sesión a distancia. El Gobierno de Rajoy ya ha dicho que se mantendría el 155 si se da esta situación. Esto chocaría precisamente con la intención expresada de Torrent de intentar que se levante ese artículo lo antes posible.