¿Por qué los hijos del fundador de Ikea no controlarán la empresa y su fortuna?

¿Por qué los hijos del fundador de Ikea no controlarán la empresa y su fortuna?

Los 47.200 millones de euros de Ingvar Kamprad se disiparán en un entramado de fundaciones diseñado para que sus hijos no tengan nunca el control.

Ingvar Kamprad, fundador de IKEA, en Suecia en un foto de archivo.TT News Agency / Reuters

Ingvar Kamprad, fundador de Ikea, era considerada la octava persona más rica del mundo, según el índice Bloomberg Billionaires Index, gracias a controlar una fortuna valorada en 58.700 millones de dólares (47.200 millones de euros). Solo le superaban nombres mucho más conocidos mediáticamente como Jeff Bezos (Amazon), Bill Gates (Microsoft), Warren Buffett (Berkshire Hathaway), Mark Zuckerberg (Facebook), Amancio Ortega (Inditex), Carlos Slim (Grupo Carso) y Bernard Arnault (LVMH).

El empresario sueco falleció el sábado 27 de enero en su casa de Småland (Suecia), a los 91 años. La riqueza que amasó durante años no será heredada de manera directa por sus cuatro hijos, según cuenta el portal de noticias económicas Bloomberg.

Kamprad tuvo un estilo de vida austero, con viajes en clase turista y con ropa comprada en mercadillos, y ese espíritu lo trasladó a Ikea, la compañía de diseño y venta de muebles, cuya sede central se sitúa en Almhult.

Su fortuna se disipará en un entramado de fundaciones y holdings cuyo objetivo es que ese espíritu prevalezca. La estructura fue creada en los años 80 por Kamprad para asegurarse de que la empresa no fuera controlada por la familia.

Y así será. Los herederos del fundador no tendrán control sobre Ikea. La mayoría de las tiendas de muebles y las fábricas son propiedad de la Fundación Stichting Ingka, creada en 1982 en Países Bajos, cuyos estatutos marcan como la donación a obras de caridad y la promoción a la innovación en el diseño.

Por otro lado, la marca y las franquicias se encuentran controladas por otra fundación, denominada Interogo, cuya sede se encuentra situada en Liechtenstein. Las franquicias internacionales dependen de una filial de esta fundación llamada Inter Ikea.

La Comisión Europea ha abierto recientemente una investigación sobre este entramado empresarial, ya que cree que Holanda concedió a la compañía sueca dos pactos fiscales para pagar menos impuestos.

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