Macron-Iceberg a la vista para los socialistas europeos

Macron-Iceberg a la vista para los socialistas europeos

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Es conocida la regla básica en la navegación: el capitán será el último en abandonar el barco. La marcha a la política italiana del líder de los socialistas europeos en el Parlamento Europeo, Gianni Pittella, ha generado controversia en su grupo y ha reavivado las alarmas sobre lo que podría ser un iceberg mayúsculo: las elecciones europeas, previstas para mayo del año que viene. La socialdemocracia podría llegar a perder la mitad de su grupo parlamentario en Estrasburgo y Bruselas.

A causa de la llegada del nuevo grupo que formará Macron y la anímica situación política en la que se encuentra la socialdemocracia en los principales países de la Unión, el barco de los socialistas europeos se enfrenta a una vía de agua de proporciones colosales.

El líder abandona el barco

Pittella ha expresado razones de peso para su marcha. Las elecciones del 4 de marzo podrían suponer la victoria de la coalición de derechas que apadrina el eterno Silvio Berlusconi (en primer lugar en las encuestas) o el triunfo del Partido Cinco Estrellas de Beppe Grillo, en segundo lugar. El Partido Democrático de Renzi, la única opción claramente europeísta, está en horas bajas y Pittella tiene mucho tirón en el sur de Italia. La otra cara de la moneda es que Pittella quizás no podría repetir como eurodiputado y busca una salida en la política nacional.

La "responsabilidad" exclamada por Pittella ha sido comprendida por parte de su grupo, incluyendo los dos líderes que aspiran a sustituirle, el alemán Udo Bullmann y la portuguesa Maria Joao Rodrigues. También la delegación del PSOE. Pero ha generado nervios y algunos diputados le han pedido que abandone ya el Parlamento Europeo y la dirección del grupo. El italiano pretende no hacerlo hasta tener asegurado su escaño en Roma.

Mientras sus compañeros han estado esta semana de sesión plenaria en Estrasburgo, Pittella ha hecho campaña en Italia brócoli en mano. Los socialistas no tienen tiempo que perder de cara a preparar las elecciones europeas del año que viene – pintan muy mal – y el proceso de elección de un nuevo líder del Grupo supondrá una distracción nada conveniente.

Macron-iceberg a la vista

La salida de Pittella tiene otra derivada muy sensible para la socialdemocracia europea: la llegada de Emmanuel Macron, que aspira a revolucionar el sistema de partidos europeos como hizo ya con el francés. Macron no ha querido alinearse con ninguna de las grandes familias europeas porque aspira a crear un nuevo movimiento pro-europeo. En el punto de mira de Macron destacan dos aliados: Ciudadanos en España y el Partido Democrático italiano.

Anotemos dos reuniones producidas en los últimos meses: el 21 de noviembre Renzi visitó a Macron en París y el pasado 16 de enero Albert Rivera mantuvo un almuerzo de trabajo con Renzi en Roma. El bocado mortal de Macron al Partido Socialista Francés podría reeditarse a escala europea el año que viene y en la operación podría sumarse el partido naranja español que muere de ganas por oficializar su hermanamiento con el presidente francés. "Si Macron lo consiguió en un país como Francia, nosotros podremos en España", recitan en Ciudadanos.

En una tensa reunión en Bruselas del Grupo parlamentario socialista el pasado 31 de enero, Pittella se comprometió a defender la permanencia del Partido Democrático en la socialdemocracia europea y aseguró que Macron "no debería ser un referente para nosotros". Fuentes del entorno de Pittella reconocen sin embargo que el riesgo de que los italianos se marchen con Macron es real. "Por políticas, visiones e incluso estilo nos parecemos más a Macron y otros liberales europeos que a muchos socialistas del Grupo", explican de forma anónima.

El grupo parlamentario podría reducirse a la mitad

El Grupo de los socialistas europeos – cuyo nombre oficial es Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas, un nombre largo concebido precisamente para incluir al Partido Democrático desde 2009 – cuenta con 191 escaños, segunda fuerza de la Eurocámara, por detrás del Grupo del Partido Popular Europeo (221). El Parlamento cuenta con 751 eurodiputados (705 a partir de la salida británica que se efectuará en marzo de 2019).

Los asesores del Grupo socialista, que son más de 200, temen el ERE que les acecha si se confirman los peores augurios. "Nos podríamos quedar en 100 eurodiputados el año que viene y dejaríamos de ser la segunda fuerza", sostiene uno de ellos. Hasta 1999 la socialdemocracia fue el grupo mayoritario de la Euroocámara. Es el segundo desde entonces.

El Brexit supondrá un buen agujero para los socialistas (los laboristas aportan ahora 20 escaños a su grupo). Si los italianos se fueran con Macron, otro tanto (son la delegación más importante, con 31 europarlamentarios). La socialdemocracia alemana (27 escaños) cosechó en las elecciones de septiembre sus peores resultados desde la II Guerra Mundial. Es difícil que la Gran Coalición mejore sus expectativas en un año. Los socialistas franceses (13 escaños) no levantan cabeza desde el Macronazo. El PSOE, que aporta 14 escaños y los socialistas rumanos, 16, son las grandes delegaciones con una situación más favorable en casa (aunque está lejos de ser boyante). Los 27 escaños británicos que se repartirán los 27 Estados miembros no afectará fundamentalmente la suerte de la socialdemocracia.

En Ferraz todavía no se han puesto a pensar en las europeas. Los rumores sobre sus posible cabeza de lista son escasos. Pero ya hay quien considera que si se confirma la catástrofe de la socialdemocracia europea y el PSOE aguanta el tirón, los socialistas españoles podrían recuperar influencia en el mermado grupo. Consuelos para tiempos difíciles en la izquierda.

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