L@s niñ@s hacen cine contra la violencia de género

L@s niñ@s hacen cine contra la violencia de género

Si la violencia de género sigue siendo una de nuestras asignaturas pendientes, ¿por qué no la trabajamos desde la escuela? Las escuelas pueden ser un vehículo perfecto para trabajar algo más que los diferentes tipos de triángulos, aprender de memoria dónde nacen los ríos o las fechas señaladas de un acontecimiento histórico (generalmente bélico).

Si la violencia de género sigue siendo una de nuestras asignaturas pendientes, ¿por qué no la trabajamos desde la escuela? Las escuelas pueden ser un vehículo perfecto para trabajar algo más que los diferentes tipos de triángulos, aprender de memoria dónde nacen los ríos o las fechas señaladas de un acontecimiento histórico (generalmente bélico). Pueden servir para mucho más.

En ese empeño están miles de docentes de este país, pese a los recortes en educación y las nuevas leyes de políticos que no aprendieron a escuchar y valorar la opinión de los demás en la escuela. Cada escuelita de barrio, de pueblo, o de gran manzana, podría ser un centro de aprendizaje de algo más. "Lo que se les dé a los niños, los niños darán a la sociedad", decía Karl Menninger. Visto cómo van las cosas, no les estamos dando lo mejor.

Nuestro granito de arena, desde la escuela pública C.E.I.P de San Miquel de Balansat (Ibiza), es este corto sobre la violencia de género. Un proyecto multidisciplinar donde los chavales aprenden, se divierten y trabajan sobre la violencia de género con la seriedad que merece. Como merecido fue el estreno en pantalla grande para mis niños y niñas. Una noche para compartir con sus familias y varios medios de comunicación que se hicieron eco de la iniciativa.

Un estreno de gala, con alfombra roja y photocall construido por el maestro Pere Planells. Ese tipo de profesores que te hacen creer en la escuela pública, que se gastan parte de su sueldo para que sus chavales desfilen por una alfombra roja.

El estreno fue una fiesta para los protagonistas. Flashes en el photocall, entrevistas, risas al verse en la pantalla y algunos problemas de sonido que sólo pudimos solventar doblando alguno de los diálogos. Algo normal cuando se hace un corto con muy pocos medios pero con muchas ganas.

Cuando las cosas salen así de bien, sólo se puede ser agradecido.

Gracias a los niños y niñas, los verdaderos protagonistas. Gracias al profe Pere Planells; al conocerle (por un breve momento), me entraron ganas de volver a la escuela. Gracias a Carmen Ripoll, cámara y montadora con un futuro prometedor. Gracias al pueblo de San Miquel de Balansat y al Ayuntamiento de San Joan de Labritja (Ibiza). Gracias a los medios de comunicación por apoyar este tipo de iniciativas.

Ahora sólo queda trabajar en la siguiente historia con la misma formula: cine social, hecho por niños, con muchas ganas y pocos medios.

Llegó septiembre y muchos no hicieron nada para aprobar esta asignatura pendiente...

Grupo de alumn@s que participaron en el cortometraje

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