¿Y si China deja de ser generosa con el mundo?

¿Y si China deja de ser generosa con el mundo?

Las empresas estatales chinas están en un nivel de deuda peligroso. Mientras tanto, en su afán de ganar protagonismo geopolítico e imponer al yuan, el país sigue firmando acuerdos billonarios con cada vez más países para prestar dinero ante una nueva crisis. ¿Y si un día dicen basta?

Las empresas estatales chinas están en un nivel de deuda peligroso. Mientras tanto, en su afán de ganar protagonismo geopolítico e imponer al yuan como moneda internacional, el país sigue firmando acuerdos billonarios con cada vez más países para prestar dinero ante una nueva crisis. ¿Y si un día dicen basta?

La segunda economía del mundo ya se prepara para cuando le toque ocupar el primer lugar, según algunos, tan pronto como 2016-2018. El primer paso clave fue la decisión de transformarse en el principal acreedor de su rival, EEUU. China tiene hoy aproximadamente 1,2 billones de dólares emitidos por el Tesoro de Washington.

Otro paso clave fue transformarse en la gran fábrica de bienes del planeta. Produce un 16% de lo que se consume en el mundo, en un podio en que dejó atrás a Japón y EEUU.

En este camino de posicionamiento mundial China salió al rescate del sistema financiero de varios países tras la debacle de 2008-2009. Firmó acuerdos generosos (llamados swaps) por los que puso a disposición sus reservas en caso de que una crisis afectase a un país afín. El beneficiado compra las reservas chinas con su moneda local y se asegura un préstamo rápido a un tasa muy baja.

Este tipo de convenio fue firmado con Indonesia, Brasil (30.000 millones de dólares), Argentina (10.000 millones), Corea del Sur (70.000 millones) y la UE por 60.800 millones de dólares, entre otros.

Las economías de muchos países dependen de China en varios aspectos. Y China no ha dejado de profundizar esta tendencia también. Por ejemplo, las inversiones chinas en el exterior pasaron de 1,69 billones de dólares en 2011 a 1,74 billones en 2012, según el último reporte del Banco Popular de China. Las necesidades de infraestructura del mundo obligan a inclinarse por empresas chinas y su financiación barata para que las economías puedan seguir desarrollándose.

Sin embargo, el frente interno empieza a complicarse para China. La inversión extranjera directa en el país (fuente de dólares) cayó en un 3,7% en 2012 a 111.720 millones de dólares.

El endeudamiento de las empresas chinas -la mayoría estatal- aumentó a un nivel preocupante. Standard Chartered PLC estimó el pasivo de la china corporativa equivalente al 128% del PIB del país, cuando el porcentaje máximo para no perjudicar el crecimiento econónomico es de 99%. El Gobierno chino también perdió su superávit fiscal de 260.000 millones de dólares en 2011 a un rojo de 21.000 millones en 2012.

La pregunta entonces es: ¿Qué pasa si China cierra su generosa billetera?

EEUU endeudado a niveles récord, agotados en su discurso económico el FMI y el BCE como prestamistas de última instancia y con China más cuidadosa con sus finanzas, ¿quién será el salvador ante una posible crisis?

Este artículo también se podrá leer en el blog del autor La revancha de Keynes