El disputado voto del PSC

El disputado voto del PSC

Parecería que en el complejo clima político que vive Cataluña apenas hay puntos de acuerdo entre los diferentes partidos, especialmente entre la derecha catalana y la derecha española, entre CiU y el PP. Pero hay algo más en lo que coinciden Mas y Rajoy: en su afán por atraer a los votantes del PSC.

Parecería que en el complejo clima político que vive Cataluña apenas hay puntos de acuerdo entre los diferentes partidos, especialmente entre la derecha catalana y la derecha española, entre CiU y el PP. Un somero repaso a sus posiciones en materia económica y social demuestra que esa percepción no se corresponde con la realidad: en casi todo piensan lo mismo, aunque no lo digan. Pero hay algo más en lo que coinciden Mas y Rajoy: en su afán por atraer a los votantes del PSC.

En el caso de CiU, esta pretensión no es nueva y tampoco la ocultan. Los nacionalistas llevan tiempo intentando seducir al alma catalanista del electorado socialista con un mensaje tan simple como falso: los socialistas no defienden a Cataluña, y ser nacionalista es una manera más intensa de ser catalanista.

En el polo opuesto, el PP también cree haber encontrado un nicho de mercado entre los votantes socialistas. Si CiU les decía que debían anteponer su catalanismo a sus valores y principios socialistas, la derecha española les interpela con un mensaje simétrico, pero que esconde el mismo argumento: En situaciones como ésta, los principios y los valores, el modelo de sociedad que uno defiende, las ideas de justicia y equidad, todo eso es secundario. Ante el desafío independentista, el PP es el único partido que defiende a España.

De esta forma, los intereses de la derecha española, que con sus campañas, sus recursos y sus políticas ha alimentado el sentimiento de agravio entre los catalanes, y los intereses de la derecha catalana, que ha basado su estrategia en rentabilizar ese sentimiento, vuelven a coincidir. A unos y a otros les interesa captar votos entre el electorado del PSC.

Y ambos, conocida la resistencia del electorado a cambiar de opción, se conformarían con que los votantes tradicionales del PSC se quedaran en casa el día de las elecciones.

No es mi intención hacer reproches aquí a otros partidos; allá cada cual con sus estrategias electorales. Sí quiero subrayar que estas estrategias demuestran que en el PSC confluyen votantes que comparten una misma visión de la sociedad, la del socialismo democrático, con diferentes maneras de entender la relación de Cataluña con España, eso sí, siempre dentro de España. Me interesa hacer notar que si CiU y el PP se disputan a los votantes del PSC es porque es el partido que mejor refleja la pluralidad que existe en Cataluña. Es más, que esa pluralidad de procedencias y puntos de vista es una de sus señas de identidad, de sus fortalezas; lo que hace al PSC tan importante para garantizar la convivencia entre los catalanes y el respeto que los catalanes se merecen del resto de España.