Por fin se están realizando esfuerzos para llevar a ISIS ante los tribunales

Por fin se están realizando esfuerzos para llevar a ISIS ante los tribunales

La abogada Amal Clooney relata en este post cómo las víctimas de ISIS tienen ahora la esperanza de hacerse oír ante un juez.

Nadia Murad, superviviente de ISIS, y Amal Clooney asisten a la reunión del Consejo de Seguridad organizada para adoptar una resolución histórica en la lucha contra el ISIS en Irak. Sede de la ONU en Nueva York, 21 de septiembre de 2017.Brendan McDermid / Reuters

NACIONES UNIDAS — Por primera vez, Naciones Unidas ha comenzado una investigación internacional de los crímenes del autodenominado Estado Islámico. De esta forma, la ONU transmite a los terroristas de ISIS el mensaje de que, si cometen un genocidio, crímenes de guerra o crímenes contra la humanidad, se les llevará a juicio. Y, a las víctimas, el mensaje de que llegará el día en que se les escuche en los tribunales.

El acuerdo 2379 del Consejo de Seguridad fue propuesto por el Gobierno británico y aprobado por unanimidad el pasado jueves por los 15 miembros del Consejo. En él se establece un equipo de investigación de la ONU, liderado por un asesor especial, para recopilar pruebas de los crímenes cometidos por el ISIS en Irak. Estas pruebas se pueden utilizar en los juicios contra los combatientes del ISIS en cualquier parte del mundo. Este acuerdo es una demostración poco habitual de unidad en el Consejo y proporciona una respuesta global con respecto al ISIS que va más allá de los campos de batalla e incluye el compromiso de castigar a los terroristas en los tribunales. Se trata de una gran victoria para las víctimas del ISIS, que con valentía han luchado por la justicia y han tenido que esperar demasiado para tener la oportunidad de ver a los criminales entre rejas.

Según el Departamento de Estado estadounidense, el ISIS "ha cometido graves violaciones de los derechos humanos" en Irak. La ONU ha documentado los terribles crímenes que ha perpetrado el ISIS contra los chiíes, los cristianos, los suníes y otros grupos, además del genocidio contra los yazidíes. Los yazidíes no son cristianos ni musulmanes y, en parte porque no tienen ningún libro sagrado, el ISIS considera que son infieles de la peor calaña.

Nadia Murad, una superviviente del ISIS que se ha convertido en embajadora de la ONU contra la trata de personas, es una de las miles de yazidíes que fueron secuestradas, retenidas y utilizadas como esclavas sexuales por los combatientes del ISIS. Su madre y sus hermanos fueron ejecutados y se llevaron a sus sobrinos, que ahora son niños soldado. Nadia no entiende por qué no se ha juzgado a ningún miembro del ISIS por todo esto aunque el genocidio comenzó hace tres años. En vez de eso, las pruebas van desapareciendo día tras días: los testigos huyen, las pruebas médicas se pierden y se destruyen los documentos. Además, las fosas comunes —como en la que Nadia cree que está enterrada su madre— están expuestas a la contaminación. A menos que se empiecen a recopilar las pruebas de la forma adecuada, la justicia siempre estará fuera de nuestro alcance. Por esta razón es tan importante la intervención del Consejo de Seguridad: no solo para los yazidíes, sino también para todas las víctimas de la brutalidad del ISIS.

Las pruebas van desapareciendo día tras día: los testigos huyen, las pruebas médicas se pierden y se destruyen los documentos.

El equipo de la ONU que ha establecido el Consejo de Seguridad trabajará codo con codo con los fiscales y jueces iraquíes para recopilar pruebas con el fin de utilizarlas en juicios que respeten los estándares internacionales de este tipo de procesos, ya sea en Irak o en otro país. Aunque muchos de los milicianos del ISIS han sido asesinados en Irak, se ha arrestado a miles de ellos y se detendrá a muchos más a medida que se vayan reuniendo más pruebas. Algunos de los combatientes provenientes de otros países están regresando a sus países de origen, en los que también se les podría procesar. Las nuevas pruebas pueden servir de ayuda a la Corte Penal Internacional, que tiene jurisdicción sobre los militantes del ISIS que posean la nacionalidad de alguno de los 124 países que forman parte de la Corte.

La resolución del Consejo de Seguridad responde a una petición de asistencia por parte del Gobierno iraquí, que se enfrenta a serios retos a la hora de juzgar las atrocidades de gran escala que han infligido a su población civil. Aunque ha habido varios juicios contra los miembros de ISIS en Irak, en ninguno se incluían cargos de genocidio o violencia sexual. Los juicios celebrados han generado preocupación en torno a los procesos.

La ONU ha descubierto que ha habido "una continua falta de respeto [...] a los estándares de juicios justos" en los tribunales penales de Irak. Los observadores de la ONU informan de que los jueces condenan a los acusados en base a confesiones supuestamente obtenidas por tortura y que a los acusados "rara vez se les da la oportunidad de presentar una defensa [...] o de reunirse con un abogado". Los informes de Human Rights Watch y Amnistía Internacional llegaron a conclusiones similares. Pese a estas faltas, los juicios ante los tribunales iraquíes dan lugar a largas condenas a prisión o incluso a ejecuciones; de hecho, el uso de la pena de muerte en Irak ha aumentado en la actualidad.

Algunos combatientes de ISIS extranjeros están volviendo a sus países de origen y puede que sean juzgados ahí.

La ONU no debe ser cómplice en el uso de los tribunales como máquinas de matar ni en ningún juicio que niegue un proceso adecuado a un acusado y, por tanto, que arrebate a las víctimas su derecho a una justicia significativa. Por eso es tan importante que la resolución implique una recopilación de pruebas "siguiendo las mayores garantías posibles" y solo para ser usadas en procedimientos penales "justos e independientes". Las condiciones de la resolución requieren expresamente que el que equipo de la ONU cumpla también con el derecho internacional y con las buenas prácticas de la ONU. Esto pone el listón alto, porque el derecho internacional incluye requisitos detallados para juicios justos, y en las mejores prácticas de la ONU se incluye el compromiso de no utilizar la pena de muerte.

La resolución también prevé una asistencia internacional a largo plazo para que el sistema legal de Irak mejore su capacidad para llevar a cabo juicios justos. Propone que los expertos internacionales del equipo de la ONU "compartan su conocimiento y asistencia técnica con Irak" y que los Estados hagan lo mismo con el fin de "fortalecer los tribunales de Irak". Entre esas medidas de asistencia podría haber formación para jueces y abogados iraquíes, así como asesoramiento legal para añadir los crímenes internacionales a la legislación. No obstante, a corto plazo, es complicado imaginar cómo los juicios iraquíes podrían responder a los estándares internacionales sin la asistencia de jueces, fiscales y supervisores en los juicios.

El éxito de la iniciativa del Consejo de Seguridad dependerá finalmente de cómo la apliquen la ONU y los iraquíes. Queda mucho por hacer, y el éxito de la investigación es más bien remoto. No obstante, para Nadia y las miles de víctimas de la brutalidad de ISIS, es hora de celebrar el hecho de tener —por fin— la justicia al alcance de su mano.

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Amal Clooney es asesora legal de las víctimas de los crímenes de ISIS, entre ellas Murad y las víctimas representadas por la ONG Yazda. Desde hace más de un año, Clooney pide que la ONU investigue los crímenes de ISIS y que se juzgue a los culpables ante tribunales internacionales. Actualmente, representa a mujeres yazidíes en casos contra miembros y ex-miembros de ISIS en Alemania y en Estados Unidos.

Este artículo fue publicado originalmente en el 'The World Post' y ha sido traducido del inglés por Lara Eleno Romero y Marina Velasco Serrano