Crisis, deporte, gestión y el sueño olímpico de Madrid 2020

Crisis, deporte, gestión y el sueño olímpico de Madrid 2020

Este deporte español que algunos siguen insistiendo en situar en una excelsa y pretenciosa "Edad de Oro", sigue el camino marcado para el resto de los pilares sociales y económicos de un estado que, deporte al margen, parece desmoronarse por momentos.

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Fotografía del autor.

Pasó la cuarentena olímpica, se acabaron ya los saques de honor en las diferentes catedrales de nuestro deporte rey por parte de nuestos olímpicos y las aguas, cual río enloquecido durante unos días -no muchos, por cierto- volvieron a su cauce. Es este un río de curso difícil, pleno de meandros de angostos recodos donde se pierde, la mayor parte de las veces, la perspectiva de futuro.

Ahora, además, este deporte español que algunos siguen insistiendo en situar en una excelsa y pretenciosa "Edad de Oro", sigue el camino marcado para el resto de los pilares sociales y económicos de un estado que, deporte al margen, parece desmoronarse por momentos. El deporte, evidentemente, no iba a ser más que la cultura, la investigación, la sanidad o las pensiones, y los efectos de la negligencia de muchos y la responsabilidad -visto lo visto - de muy pocos, tendrá también repercusiones - y muy graves- en nuestro deporte.

A pesar de ello no todo está perdido. Jaime Gómez es muy conciso y claro en su exitoso y totalmente recomendable artículo escrito en Pasaporte Olímpico: "La regeneración del deporte español a través de la crisis", donde lejos de ver la crisis como algo exclusivamente lamentable y de lo que mucha gente va a sufrir severas consecuencias, de eso no hay duda alguna, el periodista talaverano advierte de la parte positiva que puede y debería resultar para el deporte español, de una "necesaria" regeneración de un modelo que ha venido dando, desde hace ya mucho, "claros síntomas de desgaste".

Sin duda que ese Plan Director del Deporte al que el bueno de Jaime hace referencia debería de ser el toque fundamental con el que redefinir el futuro de nuestro deporte.

Es hora de despertarse

Se acabó el tiempo de siesta y se debería de acabar, con ella, la desidia, la inoperancia y la falta de imaginación de algunas Federaciones que no han sido capaces de, con un pozo insondable de dinero, gestionar adecuadamente los recursos a ellas asignadas en beneficio de su deporte y sus deportistas. Si no han sabido -vamos a dejarlo ahí- hacerlo en la abundancia, ¿van a saber hacerlo con la "escasez" actual? Dudo, y estoy en mi derecho y obligación, de hacerlo así.

Pero no toda la culpa es de las siempre apedreadas Federaciones, aquí hay para todos. También los medios debemos de ser críticos con nuestra actuación durante los cuatro años interjuegos, pues con nuestra actitud de "boca cerrada" ahuyentamos cualquier posibilidad de publicidad o patrocinio para nuestros deportistas. ¿Qué empresa va a querer, si no es por amor al arte, patrocinar a un deporte y a unos deportistas que no tienen eco mediático alguno?

No sirve, claro está, la tan afamada como incierta frase de "son deportes que no tienen seguimiento". El seguimiento se crea, se motiva, se origina desde la regularidad y eficiencia informativa, aportando todo aquello necesario para su sostén mediático y para eso, claro está, hay que tener ganas y también, volvemos atrás, la ayuda y colaboración de expertos de las diferentes federaciones que sepan ofrecer el ángulo adecuado, ese ángulo adictivo que toda especialidad deportiva tiene, y que sepan instruir y cautivar a una potencial afición.

Sólo así se conseguirá que exista también un compromiso comercial de las empresas que, entonces sí, verán recompensado su incentivo en esa simbiosis tan necesaria como imprescindible. Por cierto, poner de moda en las competiciones nacionales el streaming que algunas Federaciones ya emplean podría ser un primer paso para "publicitar" a patrocinadores, al deporte y a sus deportistas.

Madrid 2020

Septiembre de 2013 está a la vuelta de la esquina. A principios de ese mes, en menos ya de un año, el sueño olímpico volverá a pasearse por encima del territorio español en forma de posibilidad, más incierta ahora que hace un mes, de organizar, por segunda vez en la historia, unos Juegos Olímpicos (JJ OO).

No va a ser fácil y opino, desgraciadamente, que las opciones de que Madrid albergue los JJOO han sufrido un duro revés tras la posibilidad de que algunas de nuestras Federaciones deban "desprenderse" de algunas competiciones de máximo nivel que ya habían sido otorgadas a nuestro país.

A pesar de ello, insisto, no todo está perdido. La cordura organizativa y económica del proyecto se hacen más necesarias que nunca y el ingenio debe brotar, si cabe, con más fuerza e intensidad que en Barcelona. Eso sí, no hay margen de error. Estoy convencido de que una gestión buena puede y debe traer unos Juegos beneficiosos para todos y en todos los ámbitos: deportivo, cultural, económico...

Así, como diría mi amigo Jaime, "gestión, gestión y gestión", una tríada que sólo se hace viable con gente dispuesta, trabajadora, honrada y brillante. Esperemos que sea así y que este nuestro país, que entre otras cosas lleva en la sangre el superarse en los momentos difíciles, nos dé la de cal, que es la buena.

Por cierto, amigos deportistas, en vosotros recaerá, también, el deber de darlo todo y un poco más porque, al fin y al cabo, vosotros sois los responsables últimos, así como la herramienta indispensable para que todo esto llegue a buen puerto. Sin vosotros no hay nada. Suerte.