No paren Europa por ayudar a Cameron

No paren Europa por ayudar a Cameron

Si Cameron terminara aceptando lo que propone Tusk y lo llevara a referéndum, el resto de los europeos deberíamos reclamar la legítima oportunidad de rechazarlo en las urnas para defender en derecho lo que hemos construido tras décadas de esfuerzo y éxito y ahora se quiere comenzar a desmantelar por la puerta de atrás.

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Foto: EFE

Seguro que Donald Tusk (presidente del Consejo Europeo) está convencido de que sus propuestas para satisfacer las demandas de David Cameron ante su referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la UE serán suficientes para el Gobierno británico.

Se equivoca de medio a medio, porque, como afirma Liberation en un editorial, ninguna cesión será suficiente para los antieuropeos ingleses a no ser que se reconozca a Londres una suerte de derecho natural a dirigir la UE o se atomice esta hasta convertirla en una unión inexistente.

En realidad, si Cameron terminara aceptando lo que propone Tusk y lo llevara a referéndum, el resto de los europeos deberíamos reclamar la legítima oportunidad de rechazarlo en las urnas para defender en derecho lo que hemos construido tras décadas de esfuerzo y éxito y ahora se quiere comenzar a desmantelar por la puerta de atrás.

Acabar con la libre circulación, negar los derechos sociales al resto de los europeos y, en el colmo del despropósito, dinamitar el proceso democrático de toma de decisiones de la UE introduciendo una suerte de veto atribuido a los parlamentos nacionales, no solo es inaceptable por principios, sino que es ilegal porque va contra los Tratados en vigor.

Reino Unido tiene todo el derecho a permanecer o no en la Unión, como el resto de países. Pero lo que no puede pretender es dictar a los demás lo que deben ser. Y estamos al borde de que Cameron y sus huestes lo consigan. Porque una cosa es tener excepciones (en mi opinión, discutibles) y otra muy distinta que se abra la puerta a derribar poco a poco lo construido.

La única respuesta a Cameron pasa por poner rumbo ya a la Europa Federal en torno a la eurozona.

Eso es lo que está proponiendo Tusk a sus colegas del Consejo Europeo: que todos paguen a satisfacción de uno. Y además cuando ese uno busca lidiar con lo más retardatario de su país: los euroescépticos del Partido Conservador, los antieuropeos del UKIP, los medios eurofobos o la City, entre otros.

Si el Consejo Europeo respalda lo que ha propuesto Tusk asumirá una grave responsabilidad. Todavía más lo hará la Comisión si lo acepta. Y no digamos el Parlamento Europeo si no cumple con su deber de denunciar lo que está sucediendo e impedirlo.

En realidad, la única respuesta a Cameron pasa por poner rumbo ya a la Europa Federal en torno a la eurozona. Quien quiera quedarse atrás, que lo haga, pero que los demás no se queden parados por el freno de algunos.

Me pregunto por la posición del Gobierno en funciones de Rajoy: ¿va a apoyar lo que propone Tusk? Bien haría la oposición en reclamar de inmediato su comparecencia ante la Comisión Mixta Congreso-Senado para la UE antes de que el 18 de febrero comience la reunión del Consejo Europeo o, al menos, la consulta con los principales partidos, empezando por el de la persona encargada por el rey de intentar formar un nuevo Ejecutivo, Pedro Sánchez.

Se empezó aceptando de facto que el inglés fuera la lengua franca en la Unión (así ocurre en realidad en todas las instituciones) a pesar de nuestra pluralidad lingüística y se puede terminar asumiendo embarrancarla para satisfacer a alguien que no cree en ella. Vaya negocio.