Sin igualdad no es democracia

Sin igualdad no es democracia

El Partido Socialista es el único que sabe que sabe que no se puede salir de la crisis económica sin una economía de la igualdad donde hombres y mujeres cobren lo mismo y cuiden lo mismo, que sabe que no se puede emprender un proceso de regeneración de la vida política, de regeneración democrática sin que la igualdad entre hombres y mujeres sea una cuestión central.

Mañana es el día de reflexión, y el 24 el día en que votaremos en las urnas. Fácilmente escucharemos decir que es la fiesta de la democracia, esa frase tan repetida y tan cursi. Pues bien, en esta fiesta de la democracia las mujeres no debemos ser convidadas de piedra, tenemos mucho que decir. Somos más de la mitad de la población y, sorprendentemente, algunas formaciones políticas siguen pensando que se puede mirar al futuro cerrando los ojos a la defensa de nuestros derechos, cuando no atacándolos directamente. En esta cuestión se puede hacer un ligero pero significativo repaso de lo que ha sido esta florida campaña electoral.

En Podemos hemos visto a Carolina Bescansa asegurar que "el aborto no es un tema que construya potencia política de transformación, y por lo tanto no es prioritario", y de ahí se desprende la indicación de que no fuera mencionado ni defendido en los actos públicos. Sin embargo de repente Manuela Carmena decide, en un ejercicio de apropiación indebida, utilizar, en el peor de los sentidos, una imagen de El tren de la Libertad, superponiendo su foto, y bajo el eslogan "Ahora nosotras, las mujeres con Manuela". Pero qué triste, ella no estuvo con las mujeres defendiendo los derechos sexuales. Donde sí ha tenido presencia -y sinceramente, hubiese agradecido el mutismo habitual, como cada vez que se ha hablado de derechos de las mujeres y de igualdad-, fue en criticar la Ley Integral contra la Violencia de Género, cuestionando la esencia misma del significado de la violencia machista. Y me he centrado en dos mujeres porque a ellos prefiero ni nombrarlos. En fin, esto es Podemos, que aún no ha entendido que sin mujeres no se puede. Nacen del "no nos representan" y terminan no representando a las mujeres, comienzan hablando de nueva política y terminan en lo más viejo, el machismo.

Dentro de las novedades también está Ciudadanos, tirando de argumentos prehistóricos para recaudar votos, y cuya aportación más relevante con mujeres como protagonistas es la promesa de legalizar la prostitución. Aunque en un país que encabeza el consumo de prostitución en Europa -con unas cifras de 4 de cada 10 hombres-, en realidad me hace dudar de cuál es el público objetivo de esta medida. Sea como sea, en un contexto donde las mujeres están padeciendo un aumento histórico de destrucción de empleo, paro y precariedad laboral, ofrecer como alternativa a las mujeres lo que Naciones Unidas califica de esclavitud de nuestro siglo y el tribunal de La Haya como crimen de lesa humanidad es una barbaridad. Albert Rivera debería comprender que en un contexto de tanta necesidad y donde la pobreza tiene cara de mujer y de niños es más que cuestionable el argumento de libre consentimiento, y que deberíamos reafirmarnos en que ninguna mujer ha nacido para ser explotada sexualmente. Con la excusa económica de salida de la crisis, abrir la puerta a la explotación sexual y a la venta de los cuerpos de las mujeres explica claramente qué lugar nos reserva Ciudadanos en la sociedad como mujeres. Desde luego, no ser ciudadanas con los mismos derechos y oportunidades, libres e iguales.

Y por último el PP, donde Mariano Rajoy el Día de la Familia se despacha con que "muchas mujeres deciden cuidar hijos porque quieren, y no trabajan tanto como un hombre". A ver si se entera este señor: a las mujeres, trabajo nos sobra, lo que nos falta es empleo. Porque con sus medidas de recortes y retrocesos está haciendo que seamos las mujeres las que más duramente estamos pagando la crisis. Expulsadas del empleo por la reforma laboral y sobrecargadas, por los recortes en el Estado de bienestar, con los cuidados de mayores, dependientes, niños y niñas. Sin olvidar que, ante cada cita electoral, ha desempolvado la amenaza a la ley del aborto para intentar arañar un puñado de votos del sector más conservador a costa de los derechos y libertades de las mujeres.

Mañana reflexionamos, y no paro de recordar la frase que Clara Campoamor decía cuando pedía el voto femenino: "La República no puede defraudar a las mujeres". Pues bien, ahora la Democracia no puede defraudar a las mujeres. Después de esta campaña electoral, parece que el único partido que lo ha comprendido, porque siempre lo ha defendido, es el Partido Socialista, que sabe que no se puede salir de la crisis económica sin una economía de la igualdad donde hombres y mujeres cobren lo mismo y cuiden lo mismo, que sabe que no se puede emprender un proceso de regeneración de la vida política, de regeneración democrática, sin que la igualdad entre hombres y mujeres sea una cuestión central, desde la toma de decisiones con gobiernos paritarios, pasando por el blindaje de los derechos y libertades de las mujeres -como el aborto-, para que no sean derechos de quita y pon, como pretende el PP, hasta garantizar la seguridad y la integridad de muchas mujeres que merecen vivir una vida digna, segura y libre de violencia machista.

Mañana os deseo buen día reflexión. El 24 os esperamos en las urnas.