La responsabilidad es la coherencia: en defensa del No

La responsabilidad es la coherencia: en defensa del No

Desde la noche del 26 de junio, una mayoría amplísima del partido es consciente de que los votantes de izquierdas, socialistas y progresistas que optaron por la papeleta del PSOE lo hicieron para que el PSOE fuera la alternativa al PP, no para que gobernara con el PP o le dejara gobernar. Hablo del PP, no de Rajoy, del PP. Nuestro rechazo a la investidura de Rajoy es coherente con nuestras promesas, con nuestros principios y con nuestra palabra.

5c8b6a7c240000f404a4a905

Foto: EFE

Coherencia: actitud lógica y consecuente con los principios que se profesan.

¿Qué es la responsabilidad? La responsabilidad es la coherencia. Y desde la noche del 26 de junio, una mayoría amplísima del partido es consciente de que los votantes de izquierdas, socialistas y progresistas que optaron por la papeleta del PSOE lo hicieron para que el PSOE fuera la alternativa al PP, no para que gobernara con el PP o le dejara gobernar. Hablo del PP, no de Rajoy, del PP. Nuestro rechazo a la investidura de Rajoy es coherente con nuestras promesas, con nuestros principios y con nuestra palabra.

El PSOE debate pasado mañana si cambiar esta posición o mantenerla. Bien es cierto que el debate no se ha planteado nunca en estos términos, pues los partidarios de la abstención (con todo su derecho a defender esta posición) se han movido en términos de ambigüedad. Votaré mantener la posición del No (por responsabilidad y coherencia); eso sí, con la frustración de que no se haya consultado a la militancia sobre esta decisión tan trascendental para España y que traerá consecuencias para el PSOE (catastróficas en caso de virar a la abstención).

Aunque según nuestras normas esta decisión es competencia del Comité federal, hurtar la posibilidad de que las bases del partido se pronuncien (opción que ha rechazado el órgano provisional que dirige ahora el partido) conlleva un riesgo claro y muy peligroso: adoptar una decisión totalmente legítima en lo normativo, pero absolutamente deslegitimada por la militancia del PSOE.

La abstención nos lleva al rincón del incumplimiento y a la irrelevancia, ni siquiera a una quiebra en nuestra credibilidad, sino a una pérdida absoluta de confianza por parte de nuestros votantes actuales y potenciales.

El PSOE, como proyecto autónomo en sus 137 años de historia y trayectoria, ha aprendido (y forma parte de su cultura) que los intereses del partido y los de España son los mismos. Separarlos es un error de enfoque que pagaremos muy caro. Mantener esa coincidencia de intereses es la máxima responsabilidad que puede tener hoy mismo, con esta coyuntura, el partido.

Porque la responsabilidad no es dejar gobernar a Rajoy (para que no haya terceras elecciones se dice), sino que es continuar el proceso de reconciliación con un electorado de izquierdas que está esperando a ese PSOE que se adapte a la sociedad actual y ofrezca una alternativa renovada y moderna. Esa reconciliación es la que nos acerca a posiciones progresistas y de cambio de mayoría social. La abstención en cambio nos lleva al rincón del incumplimiento y a la irrelevancia, ni siquiera a una quiebra en nuestra credibilidad, sino a una pérdida absoluta de confianza por parte de nuestros votantes actuales y potenciales.

Por todo ello, defiendo el No a una nueva investidura de Rajoy y del PP. Y por todo ello, pido desde aquí a todos los militantes que se queden en el partido, y pido a votantes y simpatizantes descontentos con todo lo sucedido en las últimas semanas que se afilien y que hagan valer su voz y su voto en el próximo Congreso (que no puede demorarse nada más que lo imprescindible en lo organizativo) del PSOE. Tome la decisión que tome (legítima y estatutaria) el Comité federal del próximo domingo, serán los militantes quienes decidan el futuro del partido. Y por eso creo que hay todavía una oportunidad para la esperanza.