Gangnam tiene otro 'style'

Gangnam tiene otro 'style'

(Por Javier Zori del Amo). ¡Qué mala baba tiene PSY! Sí, vale, ha colado el nombre de este barrio de Seúl en todas las pistas de baile y reuniones de amigos youtuberas, pero no deja de ser una ridiculización. O, quizás, una simplificación de lo que se podría considerar un lifestyle pijo a la coreana. Pero Gangnam tiene mucho más que un estereotipo manido y un baile que ha dado la vuelta al mundo, batiendo récords y heredando la universalidad del Dale a tu cuerpo alegría, Macarena.

Vean primero el videoclip en cuestión. PSY se lo pasa pipa humillando un universo paralelo de lujos, hípica, coches deportivos y estilismos horteras. Pero el verdadero estilo de Gangnam tiene una coreografía mucho más sofisticada basada en estos ingredientes, que puedes leer después de esta galería de fotos de Gangnam:

En los años 80 Gangnam no era más que un barrio de tantos de la creciente Seúl. Poco a poco fue concentrando la actividad económica de la ciudad y, por lo tanto, de toda Corea en sus enormes rascacielos organizados a los lados de los 3,7 kilómetros que mide la calle Teheranno. Tiene un poco de Times Square por los deslumbrantes neones de marcas internacionales. Muchas veces resulta difícil distinguir su estampa de la de cualquier otra metrópolis occidental, aunque en este caso alguna que otra letra coreano puede dar una pista.

Pero también tiene algo de Beverly Hills puesto que no es un barrio monotemático dedicado a cerrar compraventas y negocios. Es también residencial y está valorado como una de las áreas más caras de toda Asia donde los precios de los apartamentos rara vez baja de los 600.000 € (¡¡100 millones de pesetas!!). En esta doble vida basa su encanto, puesto que no se trata de manzanas de oficinas plagadas de Starbucks, sino también con algo de vida, de encanto, de alternativa a lo plástico y al fastfood chic.

VIDA CARA

A la sombra del cielo de aluminio se agolpa todo lo que se puede esperar de un barrio exclusivo, pero que en Corea es más exclusivo y extraño si cabe. Por ejemplo, tiene el único casino grande de la ciudad, el Seven Luck, lo cual es todo un imán para directivos ludópatas y chinos ansiosos de juegos de azar con recompensa. También guarda su particular milla de oro en Apgujeong-dong donde se suceden escaparates prohibitivos y suspiros de envidia La otra corriente, ajena a las marcas internacionales y ferviente seguidora de los pequeños diseñadores y de los locales 'cucos' se encuentra en Garosugil. Pero no se dejen engañar por las apariencias, sigue siendo caro, caro. Aunque no parezca nada del otro mundo, está el centro comercial más grande del país, el COEX Mall. Este hecho es significativo porque los coreanos no son muy dados a pasar las tardes de sábados ataviados con un chándal de Decathlon recorriendo los suelos encerados de las grandes superficies.

Gangnam quiere decir al sur del río, pero la relevancia del Han no se circunscribe solo a su etimología. Pese a tener ese color poco sano de los ríos de ciudad, por sus aguas navegan lo más granado de la sociedad de Gangnam, que equiparan su estatus a los metros de eslora. Las playas y las zonas ajardinadas de la orilla están también pobladas por gente de bien que hace deporte, toma el sol o, simplemente sale a correr con todo el equipo: iPhone al brazo con su indispensable app, zapatillas relucientes, cinta en el pelo y gesto de estoicidad.

BIZARRADAS COREANAS

La mezcla de gusto asiático con el dinero hace que las peculiaridades orientales se expresen en total libertad en forma de museos y establecimientos bizarros. Desde el parque temático dedicado a Pucca hasta el museo del Kimchi, el plato por excelencia de este país que aquí se muestra como todo un logro. Mejor probarlo, ¿no? Como no podría ser menos, también tiene su Cat Café, el Cat Attic, donde la gente paga para acariciar gatetes pachorrones. Y sí, se ve como algo normal.

El metro también tiene su aquel, ya que desde que se rodaran escenas de Bourne Legacy en sus andenes, se ha tratado de elevar hasta la categoría de atractivo turístico. Para los que buscan un poco de autenticidad entre tanto producto de consumo, siempre les quedará dar unas patadas en el Kukkiwon, auténtica cuna del Taekwondo o encontrarse a lo que quede de sí mismo tras tanto consumismo en el templo Bongeunsa. Bueno, que conste en acta que no todo es tan extremo, que Gangnam también tienen espacios para un público universal como el gigantesco COEX Aquarium.

Pero lo que realmente ha elevado a este barrio a los altares del derroche sin medida ha sido su vida nocturna de minifaldas de veinteañeras delicadas, Djs comprometidos con la causa bailonga y discotecas con las últimas tecnologías destinadas a contagiar al público. Prácticamente en cada esquina se abre la boca de un garitazo en los que las largas colas y los puertas monosilábicos son su fachada de noche. Pero no se asusten, entren y vean, denle al bebercio y sorteen los invasivos láseres de colores en templos de la noche coreana como el Club Eden, el popero Club Ellui o el Answer, más alternativillo, lo que en Gangnam significa que los hombre lucen camisetas de 500 dólares. Pero ¡qué carajo! Si hemos llegado hasta aquí es sin contar el dinero, sin mirar la cartera. Así que, ya saben, ahora toca hacerle un poco de caso a PSY y gritar eso de "Eeeeeeeeeeeh sexy lady!".