Dejad de comparar vuestra vida con fotos llenas de filtros

Dejad de comparar vuestra vida con fotos llenas de filtros

"Nos hemos convertido en unos magníficos cuentistas".

Crystal Wilson

Eh, que todos lo hacemos. Por eso la "depresión por redes sociales" se ha convertido en un problema y por eso algunas personas están empezando a tomarse un descanso o a dejar de usarlas.

Verás, nos hemos convertido en unos magníficos cuentistas. Nuestros móviles se han convertido en una herramienta de edición de fotos: podemos hacer una fotografía normal y corriente, recortarla, ponerle filtros y convertirla en una obra de arte. Una foto cualquiera pasa a ser mucho más interesante una vez que está en blanco y negro y le pones una frase profunda.

¿Y eso es malo? No lo creo. Con suerte, nos está transformando en personas más creativas e imaginativas. De hecho, algunas vallas publicitarias se han creado a partir de fotos sacadas con el móvil, permitiendo así a todo el mundo el acceso a los medios necesarios para conseguir una foto o un vídeo increíble.

El problema surge cuando te recorres las páginas y publicaciones de las redes sociales de otras personas. A veces, sus vidas se presentan como un catálogo perfectamente organizado o como una revista repleta de viajes apasionantes, retratos familiares con una iluminación de ensueño y unos hijos aparentemente perfectos.

Es aterrador la facilidad con la que una persona puede iniciar la senda del "ojalá tuviera tanto dinero como esa persona" u "ojalá mis hijos se portaran así".

Creo que la mayoría de la gente se da cuenta de que las vidas de los demás no son, ni de cerca, tan perfectas como las pintan en sus perfiles. De hecho, algunos hasta aprovechan la locura de la vida real para inmortalizar las "apasionantes" aventuras sobre el lado oscuro de ser padres o sus percances en el trabajo.

Es aterrador la facilidad con la que una persona puede iniciar la senda del "ojalá tuviera tanto dinero como esa persona" u "ojalá mis hijos se portaran así".

Entonces ¿por qué me molesto en escribir esto?

Vi hace poco una publicación en Instagram que me impactó. Una bloguera a la que sigo publicó que había ido con su familia por la mañana a dar un paseo en moto. Había sacado unas fotos simplemente geniales, pero añadió una posdata sobre por qué la experiencia no había ido tan bien como parecía: uno de sus hijos pequeños estropeó la mayor parte de la mañana, enfurruñado porque no le dejaban llevar a él la moto.

La bloguera insistió en lo irritada que estaba, especialmente tras ver que había otra familia cerca que parecía estar pasando el mejor rato de sus vidas. "¿Por qué no podemos ser así?", se preguntaba. La bloguera quería la fotografía perfecta del paseo en moto pese a todo lo que tuviera que soportar para lograrla.

Confesó que las cosas no son siempre tan bonitas como parecen. ¿Qué quería enseñar? Que disfrutes de tus buenos momentos y dejes de compararlos con los de otras personas. Las apariencias engañan y jamás podrás saber a ciencia cierta cómo son las vidas de los demás.

Las redes sociales son ocio, están hechas para entretener, compartir y contar historias. Y eso a algunas personas se les da muy bien.

Aunque la lección de esta bloguera se basa en su experiencia real, puede ser incluso más sencillo caer en las redes de la trampa en Internet. Pasa demasiado tiempo viendo fotos bonitas de la gente y verás cómo sale a relucir tu envidia. Así que recuerda: las redes sociales son ocio, están hechas para entretener, compartir y contar historias. Y eso a algunas personas se les da muy bien.

La próxima vez que estés cotilleando fotos en Internet y sientas que tu vida no está a la altura, recuerda que lo que estás viendo es solo una faceta (UNA, y muy recortada, filtrada y embellecida) de la vida de una persona normal y corriente.

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Ojalá vuestra vida llegue a ser algún día tan impresionante como la pintáis en Facebook.

Este post fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.