¿Cuál es el recurso que más se pasa por alto en la lucha contra el extremismo? Las madres

¿Cuál es el recurso que más se pasa por alto en la lucha contra el extremismo? Las madres

Nosotros intentamos llegar a los guardianes: los familiares y los amigos íntimos de los terroristas. Porque, como ellos son los que los conocen mejor, también saben lo que puede haber motivado a sus seres queridos a unirse a un grupo radical y qué es lo que les mueve.

Ozana Rodrigues, the mother of Brian De Mulder, who left for Syria after being indoctrinated by Islamist group Sharia4Belgium, poses with a photo of her son outside the Antwerp courthouse, where the trial of the group is currently taking place, ...Yves Herman / Reuters

STUTTGART (Alemania) - Cuando el joven Akhror Saidakhmetov, de 19 años, empezó a salir con dos hombres mayores que él y a hablar de extender la yihad en Siria, su madre le quitó el pasaporte. Más adelante, como informa el Washington Post, cuando el joven le suplicó a su madre que le devolviera el pasaporte -admitiendo que quería unirse al Estado Islámico-, ella le colgó el teléfono. Este tipo de madres pueden ser el mejor método, el primero y el último para detener a los reclutadores de militantes, pero las autoridades suelen dejarlas fuera de las actividades de lucha contra el terrorismo en Estados Unidos y en Europa.

Hay tres vías por las que un país puede enfrentarse al extremismo violento y al terrorismo: la prevención, la represión y la intervención. En su mayoría, los países occidentales utilizan la prevención y la represión. Se centran en contener al movimiento extremista activo con operaciones legales, o en financiar programas de educación y de apoyo a gran escala dirigidos a aquellos que se considera que corren el riesgo de ser radicalizados. Sin embargo, los Gobiernos occidentales suelen pasar por alto los programas de desradicalización más precisos (a los que a veces se denomina "salidas") que se centran en las familias y las comunidades de individuos que se considera que están bajo el dominio de las narrativas extremistas.

Luchamos por destruir lo guay del yihadismo por medio de un testigo que pueda decir: "Yo estuve allí... y es una mierda".

Hace dos años fundé GIRDS (por sus siglas en inglés) -el Instituto Alemán para los Estudios de Radicalización y Desradicalización-, que opera en todo el mundo con el objetivo de descubrir cómo intervenir cuando se radicaliza a la población. Empecé a mostrar interés por el tema después de haber crecido en un barrio de Berlín en el que los skinheads neonazis eran aceptados como parte de la cultura juvenil. Me fui a la universidad y luego me concedieron una beca Fullbright para estudiar el extremismo y la lucha contra el terrorismo. Desde entonces, he trabajado como asesor familiar para desarrollar programas de desradicalización, entre los que se incluyen planes de asesoramiento familiar especialmente diseñados para familiares de combatientes yihadistas.

A medida que el Gobierno va aumentando la presión que ejerce sobre los grupos extremistas mediante operaciones encubiertas y redadas, algunos miembros confiesan si se les da la opción de separarse del grupo (algo que probablemente quieran hacer si se les da la posibilidad) o realizan una acción violenta para intensificar su nivel de compromiso con el grupo. Los programas de intervención pretenden ofrecer una posibilidad que permita a los miembros indecisos de una célula extremista salir de ahí. El ingrediente clave de este tipo de programas es la desacreditación de las atractivas narrativas extremistas. Luchamos por destruir lo guay del yihadismo por medio de un testigo que pueda decir: "Yo estuve allí... y es una mierda".

Si queremos evitar ataques futuros, necesitamos reclutar a familiares y amigos de posibles atacantes y proporcionarles el servicio de expertos antiterroristas especializados. En muchos ataques perpetrados por un terrorista o por miembros de células terroristas pequeñas, ha habido alguien en el entorno social cercano del terrorista que ha reconocido cambios en el comportamiento del atacante. En ocasiones, ese familiar o amigo que advierte el cambio de conducta ni siquiera conoce los planes de ataque.

Normalmente, estos familiares o amigos están desesperados por conseguir ayuda o consejo para saber cómo actuar, a pesar de que tienen sentimientos encontrados por el hecho de traicionar a un ser querido; pero las fuerzas policiales no suelen ofrecer ninguna estrategia que haga que esto parezca factible.

Estos guardianes saben lo que puede haber motivado a sus familiares a unirse a un grupo radical y qué es lo que les mueve.

En los países que han introducido una línea directa dedicada al asesoramiento familiar y un plan de apoyo contra la radicalización se ha visto que estos programas han recibido muchas llamadas y peticiones de ayuda de familiares de individuos en todas las fases del proceso de radicalización. Esto pone de manifiesto la gran demanda y el éxito de llegar a las familias afectadas una vez que se les hayan ofrecido programas específicos y la intervención de un asesor neutral.

Si se diseñan y se llevan a cabo correctamente, estos programas sirven para empoderar a las familias y a las comunidades para que contrarresten el atractivo del extremismo. Nosotros intentamos llegar a los guardianes: los familiares y los amigos íntimos. Porque, como ellos son los que conocen mejor a sus amigos y familiares, también saben lo que puede haber motivado a sus seres queridos a unirse a un grupo radical y qué es lo que les mueve. Además, tienen la legitimidad para sugerir alternativas y aportar otras soluciones. Pero precisamente por eso necesitan ayuda y redes de apoyo sólidas.

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Landi Alinji y Hurma Alinji, el hermano y la madre de Ervis Alinji, al que se cree que mataron por ser soldado de ISIS, en su casa de Leshnice (Albania) el 25 de abril de 2016. (GENT SHKULLAKU/AFP/Getty Images)

Las madres son las guardianas imprescindibles. Muchas de las madres con las que he trabajado, que han perdido a sus hijos por culpa de ISIS o de otros grupos terroristas, se han dado cuenta de que algo cambiaba en ellos, pero en su mayoría estaban solas y no tenían ningún tipo de ayuda externa. Cuando estas familias de todo el mundo se ponen en contacto conmigo, lo que suelen transmitirme casi siempre es la necesidad de entender lo que está pasando y de saber qué pueden hacer. Muchos padres actúan por su cuenta, les quitan el pasaporte a sus hijos, no les dejan salir de casa o se mudan a otra ciudad. Estas reacciones son comprensibles, pero contraproducentes, y pueden acelerar el proceso de radicalización.

Hay un conocido dicho entre yihadistas: "Alá pone a prueba a aquel al que ama"; lo que significa que cualquier obstáculo en el camino al martirio será concebido como una prueba de que se es el elegido. Además, los reclutadores y la ideología salafista-yihadista explican a aquellos atraídos por el terrorismo que esas señales de rechazo por parte de su propia familia son una consecuencia natural de la verdad perfecta que han descubierto. La familia biológica es sustituida por la espiritual, la Ummah, y, de esta manera, incluso tu propia madre puede ser tachada de infiel o de enemigo.

Supimos que ISIS tenía miedo de la capacidad de los padres para impedir sus reclutamientos.

Cuando una madre acude a nosotros, se le asigna un trabajador social especializado. Juntos, analizan el caso de su hijo e intentan identificar la receta de la radicalización. ¿Qué es lo que atrae a su hijo a ISIS? Diseñan un plan paso por paso, identifican a los agentes externos y construyen redes de apoyo dentro de la familia. El asesor enseña a los familiares técnicas para reducir la frustración, las peleas en el entorno familiar y el acoso en el escolar. Aportan alternativas positivas que vayan en la misma dirección que las motivaciones de los hijos. ¿Y si quiere ayudar a las mujeres y a los niños de Siria? En ese caso, la madre puede sugerir a su hijo que trabaje con una organización benéfica musulmana o que participe en una campaña de recogida de fondos de una organización legítima. Además, la madre recibirá análisis de riesgos del asesor con regularidad para poder decidir si informar de la cuestión a las autoridades o cuándo hacerlo. El asesor es como un puente entre la familia y los agentes externos relevantes.

Para poner en contacto a las madres, hemos creado una comunidad llamada Mothers For Life [madres por la vida], solo existe como plataforma online, pero también ha celebrado reuniones en persona un par de veces. Cuando escribimos una carta abierta a ISIS el verano de 2015 y el grupo respondió ese mismo día en Twitter, supimos que ISIS tenía miedo de la capacidad de los padres para impedir sus reclutamientos. Esta carta contenía las preguntas que se hacían y las sensaciones que experimentaban las madres cuando les arrebataban a sus seres queridos contra su voluntad, lo que contrasta llamativamente con los valores fundamentales del islam. Queríamos plantear cuestiones pensadas para disolver parte de la narrativa de ISIS. Cuando recibimos cartas de combatientes encarcelados que decían que se daban cuenta de lo que les habían hecho a sus propias madres y que quería dejar el yihadismo, supimos que había funcionado.

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Fethiya Charni sujeta una fotografía y el pasaporte de su hijo Tarak Slimi, de quien sospechan que se ha unido a ISIS en Libia, en su casa de Túnez el 14 de abril. (REUTERS/Zohra Bensemra)

Movilizar a las madres tapa otro agujero de la estrategia de las autoridades. Los miembros de la comunidad Mothers 4 Life me han dicho que, en principio, no tienen ningún problema en cooperar con las autoridades, pero que sí que han perdido la confianza en ellas. A veces, los servicios de inteligencia y la Policía vigilaban a sus hijos y no hacían nada para impedir que se fueran. En algunas ocasiones, a las propias madres se las trataba como terroristas durante los registros domiciliarios. En otras, se les acusaba de haber proporcionado apoyo material a organizaciones terroristas, a pesar de que habían hecho todo lo posible para recuperar a sus hijos. Incluso yo he tenido que explicar a las autoridades cuál es el papel de las familias, que son aliados, que quieren ayudar y que deberían ser respetados y concebidos como socios, no como sospechosos.

Actualmente, Mothers 4 Life actúa en 11 países (Estados Unidos, Canadá, Francia, Reino Unido, Bélgica, Dinamarca, Países Bajos, Alemania, Italia, Suecia y Noruega). La mayoría de los padres implicados cuentan con sus propias organizaciones nacionales de apoyo a otras familias. Los expertos de GIRDS, con sede en seis de los países mencionados anteriormente, han formado a expertos y asesorado a Gobiernos de todo el mundo sobre cómo enfrentarse al extremismo. Hace poco me pidieron que diera cursos a agentes de vigilancia de presos en libertad condicional de Minneapolis sobre cómo realizar intervenciones de desradicalización y estudios de riesgo y de evaluación del grado de radicalización a varios acusados.

ISIS ha anunciado que el hecho de que le quiten su territorio en Siria y en Irak no acabará con su marca ni con sus ideas fundamentales. Seguirá reclutando y modificará sus tácticas y estrategias para seguir realizando ataques terroristas en el extranjero. Lo que hace que para las sociedades occidentales gane prioridad la tarea de contrarrestar el atractivo de ISIS y de otras organizaciones extremistas y terroristas, y que cobre importancia la idea de que no existen combatientes más eficaces para esta causa que los familiares y las comunidades inmediatas de esos jóvenes alienados tentados por la distorsionada promesa del martirio.

Producido por Zocalo Public Square.

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Este post fue publicado originalmente en 'The World Post' y ha sido traducido del inglés por Lara Eleno Romero.