La Vuelta premia a Aru y descubre a Dumoulin

La Vuelta premia a Aru y descubre a Dumoulin

La Vuelta a España 2015 confirma también una recuperación de la afición, propiciada por acertados diseños en el recorrido y la incesante lucha de los corredores y a pesar de las insuficiencias mediáticas y de la dudosa riqueza del producto televisivo.

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La Vuelta que comenzó con una participación histórica, con la mejor nómina de corredores de todas sus ediciones, terminó igualmente, tras veinte etapas de sur a norte, de manera histórica en los escenarios clásicos de los puertos del sistema Central. Ganó el sardo Fabio Aru, líder del potente equipo Astana, una escuadra especialmente conformada para ganar esta Vuelta que dejó patente, una vez más, la importancia del equipo en un deporte a veces erróneamente interpretado como de carácter individual. Sin equipo estuvo la revelación de la carrera, el joven holandés Tom Dumoulin, a quien la ronda española le ha hecho crecer de la noche a la mañana, haciéndole creer que la podía ganar, cuando en realidad no era posible. Esta Vuelta ha demostrado que el ciclismo, como casi todo en la vida, no es un ente abstracto; lo real siempre acaba imponiéndose y, en este caso, una cierta abstracción que suponía ganador a Dumoulin a partir de la superación de los puertos asturianos y, sobre todo, tras su éxito en la contrarreloj de Burgos, se convirtió en una cruda realidad en la sierra madrileña, relegado a un insuficiente sexto puesto y sin la posibilidad de entrar en el selecto grupo de los grandes campeones.

Quedará para el recuerdo la última etapa de alta montaña y sus cuatro puertos, que fueron escenario de una de las jornadas más vibrantes e impredecibles de la historia de la Vuelta.

Con Tom Dumoulin también se hizo evidente la importancia del equipo, en este caso por su ausencia. Sin duda, el holandés pagó la falta de objetivos para la general del GIANT Alpecin, que ahora deberá replantear su estructura si quiere apostar por el especialista del cronómetro para la general de una vuelta de tres semanas.

La Vuelta más histórica nos dejó la mejor clasificación personal de Purito Rodríguez en la ronda española, segundo puesto y victoria de etapa en Sotres, de la misma manera que el histórico Tour vivido en julio nos dejó la mejor clasificación de Alejandro Valverde, quien también cumplió en la Vuelta con su victoria en Vejer de la Frontera y el maillot verde. Dos corredores de la generación más dorada del ciclismo español y que, contra las leyes del paso del tiempo, siguen manteniendo al ciclismo nacional en lo más alto del panorama internacional.

Quedará también para el recuerdo la última etapa de alta montaña y sus cuatro puertos, que fueron escenario de una de las jornadas más vibrantes e impredecibles de la historia de la Vuelta. Nunca antes dos corredores habían llegado a la última etapa con tan estrecho margen de diferencia (seis segundos) y nunca antes, en esa última batalla, los primeros puestos de la general bailaron en un complejo rompecabezas en el que cinco corredores (Dumoulin, Aru, Purito, Majka y Quintana) lucharon con opciones reales de repartirse los tres peldaños del podio final. La alegría del italiano del Astana en meta será recordada como contraste a la rabia y frustración del holandés; una etapa que forma parte ya de la memoria colectiva de la misma manera que lo hace aquella del '83, en la que Bernard Hinault machacaba al líder, Julián Gorospe, camino de Ávila; o aquella de la Vuelta'85, en la que Perico Delgado arrebató, contra todo pronóstico, la victoria al escocés Robert Millar en tierras segovianas; o la más reciente batalla de Fuente Dé (Cantabria), donde Alberto Contador convirtió el sueño de Purito en pesadilla.

La Vuelta a España es la tercera de las grandes que en este 2015 ha confirmado que el cambio generacional es ya una realidad. Son Aru (25) y Dumoulin (24) el futuro de este deporte, igual que Quintana (25) y Majka (26), nombres que repetiremos con frecuencia en los próximos años en las listas de favoritos a las grandes vueltas, en las que se irán diluyendo como gotas de agua entre la lluvia los de Valverde (35), Purito (36) o Contador (32) y donde tan solo Mikel Landa(25) parece estar hoy en condiciones de tomar su relevo.

La Vuelta a España 2015 confirma también una recuperación de la afición, propiciada por acertados diseños en el recorrido y la incesante lucha de los corredores y a pesar de las insuficiencias mediáticas y de la dudosa riqueza del producto televisivo.