Refugiados: ¿quién los salvará de los salvadores?

Refugiados: ¿quién los salvará de los salvadores?

El derecho y la hipocresía parecen ser dos herramientas indisociables en las relaciones humanas: nos remitimos al derecho para resolver los conflictos que surgen de nuestras discrepancias, mientras que recurrimos sin dudarlo a la hipocresía para evitarlos. Puede que esto nos ayude a entender por qué quienes en su momento exigían a al-Asad que respetara los derechos humanos en su país se han convertido ahora en los autores de violaciones masivas de derechos humanos en las fronteras de Europa.

EFE

El derecho y la hipocresía parecen ser, efectivamente, dos herramientas indisociables en las relaciones humanas: nos remitimos al derecho para resolver los conflictos que surgen de nuestras discrepancias, mientras que recurrimos sin dudarlo a la hipocresía para evitarlos. Puede que esto nos ayude a entender por qué quienes en su momento exigían a al-Asad que respetara los derechos humanos en su país se han convertido ahora en los autores de violaciones masivas de derechos humanos en las fronteras de Europa. ¡Que la hemeroteca se apiade de ellos! Sobre todo de quienes plantearon armar a rebeldes en Siria para derrocar al Gobierno y ahora piden ayuda a la OTAN para reprimir a los que intentan escaparse desesperadamente del infierno en que se ha convertido Siria.

Por desgracia, presentar la crisis de los refugiados como una amenaza a la seguridad de Europa se ha vuelto ya una costumbre. Quienes estén familiarizados con la teoría de la securitization entenderán perfectamente que cualquier situación presentada como una amenaza a la seguridad nacional por un actor que goza de cierta autoridad para hacerlo, y que consigue que la audiencia comparta su visión, permite adoptar medidas extraordinarias, incluso inaceptables, en el marco de un estado de derecho.

"La gestión de la crisis de los refugiados por la Unión Europea adolece tanto de cinismo como de inconsistencia"

Dicho de otro modo: a partir del momento en que un problema es visto por la sociedad como una amenaza para la seguridad nacional, la movilización tanto de recursos económicos como humanos, así como el respaldo social necesario para adoptar y mantener medidas impropias de un estado de derecho moderno, están garantizados. Y esto explica por sí solo el intento de militarización de la crisis humanitaria por la canciller alemana, Angela Merkel, denunciado por Fernando Ntutumu Sanchis en su artículo "De la retórica del «Welcome Refugees!» a la realpolitik del «Help me OTAN!»".

La gestión de la crisis de los refugiados por la Unión Europea adolece tanto de cinismo como de inconsistencia. Por ello, hay que insistir no solo en la conveniencia, sino también en la necesidad, de que la UE cumpla con sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos. Se debe proceder a hacer efectivo, en el más breve plazo posible, el derecho al asilo de todos los refugiados que lo soliciten. Además, sería recomendable que el proceso se llevara a cabo bajo el más estricto escrutinio de observadores internacionales, así como de otros organismos de promoción y defensa de los derechos humanos.

"Esta vergonzosa situación en las fronteras europeas requiere una solución urgente"

No cabe la menor duda de que esta vergonzosa situación en las fronteras europeas requiere una solución urgente si es que los abanderados de los derechos humanos sueñan con conservar aún parte de su decadente credibilidad, y así mantener cierta legitimidad para poder exigir decencia a los demás países cuando se trate de respeto a los derechos y las libertades individuales como pilar básico de toda sociedad moderna. Una vez más, creo que es necesario demostrar que los derechos humanos no son negocio de nadie y que se fundamentan en una premisa indiscutible: la dignidad humana como activo innegociable de toda persona.

En cualquier caso, ya que sabemos que la canciller alemana pide ayuda ni más ni menos que a la OTAN para "acabar" con la actual crisis humanitaria de los refugiados, quizá vaya siendo hora de preguntarse o preguntar para cuándo serán los drones. Porque, a estas alturas y a este ritmo, ya no se puede descartar nada.