Bajo la sombra de la shiringa

Bajo la sombra de la shiringa

Beatriz García Moreno

Dicen que el shiringuero comienza a trabajar la corteza del árbol entre las 5 y las 7 de la mañana, y que puede rasgar hasta 120 ejemplares en un solo día. Como casi todos los trabajos del campo, hay poco lugar para el descanso y mucho para el esfuerzo.

La actividad shiringuera en la Reserva Territorial Madre de Dios, en Perú, se inició a finales del siglo XIX y dio origen a varias localidades, entre ellas Alerta, Iberia e Iñapari. Tras un periodo de pausa, en 2005 la extracción del látex del árbol de la shiringa renació en la provincia de Tahuamanu, donde un conjunto de pobladores creó la Empresa Comunal Jebe Natural del MAP Tahuamanu (Ecomusa).

Hoy, los shiringueros han mejorado los procesos de manejo del látex y ofrecen al mercado productos provenientes de bosques manejados de forma sustentable.

El árbol de la shiringa (Hevea brasiliensis) es una especie forestal presente en los bosques de Perú, Brasil, Colombia y Bolivia. Sin embargo, en Perú, Ecomusa ha sabido encontrar valiosos aliados, como WWF Perú y la empresa Evea, encargada de comercializar los productos derivados del látex, como suelas para zapatos, bolsos, mochilas, capas impermeables, llaveros y productos artesanales.

"Gracias a la producción de látex sustentable, 22 familias se ven beneficiadas en la región de Tahuamanu", cuenta Edith Condori, especialista en manejo de recursos naturales en WWF Perú.

Esta organización no gubernamental conoció el trabajo de los shiringueros en 2008, año en el que el Gobierno peruano otorgó los primeros contratos de concesión forestal. Desde entonces, Ecomusa cuenta con 7.900 hectáreas de bosque en la provincia de Tahuamanu por un periodo de 40 años. A ellas se unen otras mil hectáreas de predios privados, y de todas ellas se puede extraer látex, castañas, resina y madera bajo planes de manejo que son fiscalizados por el estado.

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La suma de las fuerzas

"Al principio eran principalmente los hombres los que trabajaban la shiringa, pero en el proceso de ir dándole valor agregado al producto, la mujer se fue incorporando al proyecto de manera muy interesante", dice Condori.

Así, actualmente ellos y ellas trabajan de la mano y explotan las habilidades de cada uno.

"El látex lo limpia él, y ella apoya en el proceso de laminado y coagulado. Ellas tienen más delicadeza para que el producto final quede bien".

Antes de empezar con la extracción del látex, los shiringueros deben hacer un inventario, identificando y marcando los árboles productivos de shiringa.

Y es que no cualquier árbol sirve. El diámetro mínimo a la altura del pecho ha de ser superior a 20 centímetros, y tiene que ser mayor de 6 años. Además, hay que dejarlo descansar dos días después de que se haya realizado la primera jornada de extracción del látex para que la zona de corte se seque y cicatrice adecuadamente. Solo así se podrá volver a trabajar en la misma zona de corte tras un lapso de cuatro a seis años.

Un negocio productivo pero bajo amenaza

La shiringa es un regalo de la tierra, un árbol que alberga una inmensa riqueza en sus entrañas. En promedio, cada ejemplar da entre 200 y 500 mililitros de látex por corte, lo que significa que un shiringuero en la zona de Tahuamanu puede llegar a extraer 25 litros al día.

Además, la shiringa es agradecida. Cuando un árbol se encuentra en la fase de descanso y posteriormente su corteza vuelve a ser cortada, los primeros cortes son de apenas 100 mililitros durante los dos o tres primeros meses. Sin embargo, cuando se vuelve a rallar de manera continuada, la productividad se recupera hasta alcanzar las cifras iniciales. La shiringa sabe que tiene que dar lo mejor de sí.

Pese a ello, sobre la shiringa sobrevuelan los peligros típicos del Amazonas. Los bosques viven bajo la amenaza de la tala que deja paso a campos aptos para la agricultura y la ganadería, y el cambio climático modifica de manera impredecible las estaciones del año, complicando las etapas de extracción.

Ante esta situación, en la región de Madre de Dios han surgido plantaciones agroforestales de shiringa que, operadas por empresas privadas, en apenas dos años estarán listas para producir el oro blanco de la selva. Si los inversionistas de estas plantaciones quieren tener éxito, tendrán que escuchar la experiencia de los shiringueros más veteranos, agrupados bajo el paraguas de Ecomusa.

Actualmente, y gracias al acuerdo de cooperación establecido entre WWF Perú y Visit.org, es posible visitar a los shiringueros de Ecomusa en la localidad de Iberia.

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¿Sabías qué?

  • El género Hevea deriva del término indígena hevé (jebe), que significa "goma".
  • Entre todas las especies de Hevea en el mundo, la que destaca es la Hevea brasiliensis, ya que tiene mayor capacidad productiva y genera un jebe de buena calidad. Por ello, el 99% de todo el jebe producido en el mundo pertenece a esta especie.
  • El árbol de la shiringa no se raya en días de lluvia para que los hongos no ataquen las zonas de corte y para que el látex no se mezcle con el agua.
  • Cuando el árbol esta en floración también se interrumpe el corte para no perturbar el ciclo.
  • Abril, mayo, junio, julio y agosto son los meses de mayor producción de látex.