Iglesias mantiene el órdago

Iglesias mantiene el órdago

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"(...) Los socialistas han hecho una operación admirable: desde su estrategia política se han quedado casi con el monopolio de la protesta ante el país. Han renunciado a la complicidad con este Gobierno, representada por el consenso y acaban de obtener en el mejor momento, sus rentables y hasta ahora invisibles credenciales de oposición (...)".

El entrecomillado pertenece a Emilio Romero. Lo escribió en la páginas del diario El País el 27 de mayo de 1980 con motivo de la moción de censura que Felipe González presentó contra Adolfo Suárez. El periodista, que no era precisamente un rojo peligroso sino todo lo contrario, llegó a calificar en la misma tribuna de "gran prueba de sagacidad política" la iniciativa del PSOE, aun a sabiendas de que no prosperaría.

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"Lo han hecho -afirmó- para abanderar la queja, la crítica y la protesta españolas, ante una situación de la que son necesariamente titulares, responsables y culpables los Gobiernos de los últimos tres años (...). El país empezaba a estar hasta el moño de todo esto, y el PSOE ha tenido la perspicacia de encabezar este sentimiento general, muy extendido, mediante un debate en el Parlamento y la presentación de una moción de censura".

Si entonces la democracia española intentaba dar sus primeros pasos en medio de un terrorismo obstinado, una grave inseguridad ciudadana, una profunda crisis económica y la imposibilidad de canalizar pacíficamente la autonomía vasca, hoy España vive entre el sobresalto y la indignación por la corrupción sistémica en el PP, las injerencias del Gobierno en la Magistratura, la rebelión de los fiscales, el asalto de las empresas públicas y la difusión de las bochornosas conversaciones entre políticos, empresarios y periodistas para tapar el chapapote de la inmundicia política.

Así que no hay vuelta atrás. Aunque el apoyo político y mediático con el que cuenta Pablo Iglesias no es el que tenía González a principios de los ochenta, el secretario general de Podemos mantiene el órdago, y habrá moción de censura antes de que acabe la primavera. Al fin y a la postre, las otras dos que tuvieron lugar en democracia también fracasaron. Felipe González perdió la de 1980, pero se impuso en el debate a Adolfo Suárez y consolidó un proyecto de país cuyos cimientos empezaría a poner dos años más tarde, tras una victoria electoral histórica.

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Lo de Hernández Mancha, en 1987, fue otra cosa, más bien una forma de proyectar la imagen de un político desconocido para propios y ajenos. En este caso el fracaso fue doble. El secretario general de AP perdió el debate y también el liderazgo de una oposición parlamentaria que, más tarde, abriría la puerta a José María Aznar.

El resultado político, que no numérico, de la moción de censura anunciada por Iglesias está aún por escribir. Pero, de momento, no se arredra ante el desprecio con el que el resto de grupos -con la excepción de ERC y Compromis- ha recibido la iniciativa. "Las mociones de censura se ganan en la sociedad, y no en el Parlamento", defiende ante El HuffPost.

La suya cuenta ya con el beneplácito de los sindicatos, las redes sociales y una parte de la sociedad civil. Como muestra de agradecimiento al aval de UGT y CC.OO., Iglesias acudirá este lunes por primera vez a la manifestación convocada por las centrales sindicales con motivo del Día del Trabajador. Aunque era allí donde tenía pensado anunciar la fecha en la que registrará la moción en el Parlamento, lo hará en los próximos días. El texto entrará seguro en la cámara en la tercera semana de mayo.

Para cuando esto ocurra, el Reglamento de la Cámara sólo tiene establecidos dos plazos: 48 horas para que el resto de grupos puedan presentar candidatos alternativos y cinco días como mínimo antes de que se produzca la votación. La fecha definitiva queda en manos de la presidenta, Ana Pastor, y de lo que acuerde con los portavoces parlamentarios.

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En todo caso, el debate sobre la moción tendrá lugar después del 21, con el secretario general del PSOE ya elegido por las bases, si bien no ratificado por los delegados de su congreso federal que está previsto para el 17 y 18 de junio. Y es probable, incluso, que pueda celebrarse antes de la aprobación definitiva de los Presupuestos Generales del Estado el próximo 29 de mayo. De momento, Iglesias ya ha decidido delegar en Alberto Garzón (IU) y Alberto Montero (Podemos) la responsabilidad del debate de totalidad de las cuentas públicas que tendrá lugar el próximo jueves para dedicarse en exclusiva a preparar la moción de censura.

El secretario general de Podemos abrirá este lunes una ronda de contactos con el resto de partidos, que ha empezado con una carta enviada al presidente de la gestora socialista, Javier Fernández, para solicitarle una entrevista personal. Y, aunque la semana pasada ya habló con el portavoz de la dirección interina, Mario Jiménez, sobre el asunto sin demasiado éxito, acudirá a la cita dispuesto a estudiar candidatos para la presidencia del Gobierno que pudiera proponer el PSOE y a pactar un programa. ¿Apoyaría Podemos a Susana Díaz? "Tienen derecho a elegir", responde.

Iglesias sostiene que en su propuesta no hay cálculo de partido, sino que una cuestión de país con la que nunca buscó añadir tensión a las primarias socialistas. "En las próximas semanas -explica- Podemos se enfrenta también a caros procesos internos y no menores en Valencia, Baleares y Navarra, pero el momento de país requiere ir más allá de las dinámicas internas de los partidos". De ahí que invite al PSOE a considerar su propuesta y a anteponer "las circunstancias históricas que la justifican".

Podemos convocará, con motivo del 2 de mayo, y en el transcurso del primer acto conjunto de Iglesias y Errejón tras Vistalegre, a una gran movilización en Madrid

¿Con qué mayoría?, se pregunta el presidente de la gestora socialista, antes de añadir que el PSOE nunca construirá una alternativa al PP con la suma de los nacionalistas. En el fondo, Iglesias sabe que la única posibilidad de entenderse con el PSOE sería con una victoria de Pedro Sánchez en las primarias, pese a la distancia personal y política que a ambos les separa. No en vano, el ex secretario general de los socialistas ya admitió, ante dos millones de espectadores en el programa de Jordi Évole, estar arrepentido de haber aceptado una resolución política del Comité Federal que en diciembre de 2016 le limitó la negociación con los nacionalistas para la formación de gobierno. Esto además de que es el único de los tres aspirantes a las primarias que ha reconocido estar dispuesto a reconocer como nación a Cataluña y el carácter plurinacional del Estado.

Aún así la suma de Podemos (71), PSOE (85), ERC (9) y EH-Bildu (2) y CDC (8), quedaría a 1 voto de la necesaria mayoría absoluta para que prosperara la moción de censura. Sería necesario también el concurso de CC (1) porque el PNV ya ha dicho que ni está ni se le espere en esta fiesta. Claro que esta suma saldría siempre y cuando el grupo socialista no se rompiera, una opción en absoluto descartable.

Antes de todo ello, Podemos convocará, con motivo del 2 de mayo, y en el transcurso del primer acto conjunto de Iglesias y Errejón tras Vistalegre, a una gran movilización en Madrid, el epicentro de la operación Lezo que ha llevado a prisión al ex presidente regional Ignacio González y a otras once personas por el saqueo del Canal de Isabel II. La fecha elegida no es casual. Igual que Madrid se sublevó contra las tropas napoleónicas, Iglesias busca que doscientos nueve años después, haga lo propio con el Gobierno del PP.

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