Las claves de la semana: De altos y bajos vuelos

Las claves de la semana: De altos y bajos vuelos

A falta de debates orgánicos o de liderazgo, en el PP discuten sobre lo que son y sus vuelos: si humanistas cristianos o sólo humanistas; si la definición va en el preámbulo o en el articulado y si la gaviota no es una gaviota, sino un charrán, "aunque algunos dirigentes se hayan movido estos años entre la basura"

No es lo mismo un charrán que una gaviota. La diferencia no es menor. Son pájaros que simbolizan valores diferentes. El primero vuela alto y libre, mientras que la gaviota es carroñera, vuela bajo y se mueve entre la basura. 28 años con el mismo logo y no saben qué son, si charranes o gaviotas. Está pasando en la derecha española. Rajoy es el amo, Cospedal se queda y lo de las primarias está arreglado con unos retoques en los porcentajes del sistema de doble vuelta anunciado. Así que, a falta de debates orgánicos o de liderazgo, en el PP discuten sobre lo que son y sus vuelos: si humanistas cristianos o sólo humanistas; si la definición va en el preámbulo o en el articulado y si la gaviota no es una gaviota, sino un charrán, "aunque algunos dirigentes se hayan movido estos años entre la basura".

Charrán o gaviota

Así, tal cual. Lo ha dicho y lo ha escrito uno de ellos. El ex concejal del Ayuntamiento de Madrid Fernando Martínez Vidal. Anda el hombre inquieto con esto de que alguien pueda igualar a los populares con la cochambre, y ha redactado una enmienda para que los nuevos estatutos del partido aclaren, y aclaren bien, que el logo que él mismo diseñó en 1989 cuando AP se convirtió en PP es un charrán y no un ave carroñera como es la gaviota.

Si todas las enmiendas presentadas a las ponencias fueran como la de la denominación del pájaro, Rajoy saldría a hombros del congreso nacional de febrero. Pero, no. Siempre hay alguien dispuesto -en Génova los llaman interpuestos- a llevar al cónclave asuntos que dividen a los populares. El aborto, uno de ellos. Un tema que para la dirección actual es ya cansino, no ocupa ni preocupa a la cúpula del partido pero sitúa al PP en la derecha más extrema. Polémica servida que los populares tendrán que afrontar por enésima vez el segundo fin de semana de febrero.

El futuro de Cospedal

Mientras esto llega, la calle Génova es un hervidero de dimes y diretes sobre Cifuentes y Cospedal. Sáenz de Santamaría no cuenta en esto porque su arraigo en el partido y su protagonismo en el congreso nacional suman cero. De la presidenta de Madrid se ha hablado porque está detrás de enmienda a favor de la maternidad subrogada. Y de la ministra de Defensa porque todo apunta a que, además, de permanecer como secretaria general del PP, seguirá como presidenta de los populares de Castilla-La Mancha. Es lo segundo mucho más que lo primero lo que dará pistas sobre sus intenciones futuras. Porque si algún día de algún año de algún siglo, Rajoy decidiera pensar en su relevo, no sería lo mismo competir por el liderazgo del partido desde la presidencia de un territorio que sin ella. En la sede nacional dan por hecho que ella aspira a compatibilizar los tres cargos que hoy ostenta para volar cual charrán hasta lo más alto.

Esto la misma semana en la que en el PSOE también se detuvo de ornitología. Bueno, no exactamente el PSOE, sino el relator económico de la ponencia marco de su próximo congreso. Con ustedes, el "independiente" José Carlos Díez, un hombre que en su primera rueda de prensa en la calle Ferraz habló de la necesidad de que el peso de los salarios sobre el PIB regrese a los niveles de 2011 y del eterno cambio de modelo productivo, pero también de sí mismo, de sus libros y de la importancia del agua y del turismo ornitológico. Ya saben. Díez se incorpora al equipo de la calle Ferraz para que el socialismo deje de hablar de sí mismo y para, junto al vasco Eduardo Madina, coordinar la ponencia marco del próximo congreso.

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Los agraviados por el "sanchismo" vuelven a casa

Sí, Madina is back, con la venia de Susana Díaz. Un regreso cargado de grandilocuencia en el verbo y en el vuelo, que contará con la colaboración de un tropel de represaliados por el "sanchismo". Y todo para que el PSOE vuelva a casa, como dijo el vasco haciendo suyas el viernes las palabras que Alfonso Guerra dijo el jueves en la presentación del relanzamiento del periódico El Socialista.

Está por ver si el socialismo va, vuelve o decide qué quiere ser de mayor. De momento la mirada sigue puesta en el retrovisor y los pasos apuntan a la misma dirección que en el pasado en lo que respecta a un partido fracturado en dos bandos irreconciliables y de vuelo bajo.

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¿Un congreso de refundación?

Claro que para planeo el que se marcó el portavoz de la gestora del PSOE, Mario Jiménez, en la presentación de las bases sobre las que se redactará la ponencia marco del congreso con el anuncio de unos nuevos estatutos y la redefinición ideológica del partido. ¿Acaso no era ordinario el conclave de junio? ¿ En nombre de quién se dispone una dirección interina a mandatar la redacción de unas nuevas normas para el partido?

Si lo de Jiménez no fue otra grandilocuencia verbal, como dicen, y el trabajo que se ha propuesto la gestora es el que dijo, los socialistas caminan hacia un congreso, no ordinario, sino de refundación. La música suena a eso.

Rajoy prefiere a Susana Díaz

Como suena intensamente en los cenáculos madrileños que el devenir de esta Legislatura lo marcará el resultado de las primarias del PSOE porque en el PP andan diciendo que si ganase Pedro Sánchez, Rajoy al día siguiente convocaría elecciones, y si lo hiciese Patxi López, lo pensaría, ya que el ex lehendakari no es de los socialistas que mejor prensa tiene en el PP tanto por el papel que desempeñó como presidente del Congreso como por su actitud con los populares después de que estos le prestaran apoyo en Vitoria para que ocupara la lendakaritxa. Sólo Susana Díaz garantizaría que el presidente agotase el mandato. Ahí queda.